La «exelente» falsificación.- Industrias Ceresita, la pionera de las pinturas en Chile desde 1933, ha decidido llevar a cabo una aventura legal digna de una película de acción. Su misión: poner fin a la venta de productos falsificados bajo la marca Sipa que pululan como estrellas en el mágico mundo del marketplace de Facebook. ¡Sí, señores! La empresa ha revelado que en realidad no tiene nada que ver con esa plataforma ni con las condiciones en que sus “supuestos” productos estaban siendo ofrecidos. ¡Qué drama!
La «exelente» falsificación de pinturas
En su alegato judicial, Ceresita no se anda con rodeos y desglosa las razones de por qué esas pinturas son tan falsificadas que uno podría pensar que vinieron de un mal remake. Para empezar, Pinturas Sipa no fabrican ni distribuyen artículos sin un rótulo que los respete. Las tinetas, esas simpáticas latas, presentan etiquetas autoadhesivas plásticas que claramente son más sospechosas que una película de terror, ¡y vaya que no se parecen a las originales!
Pero eso no es todo, mis amigos del suspenso. La querella revela un detalle que haría sonrojar al más astuto: la etiqueta que adorna esos engañosos envases tiene una falta ortográfica que dejaría a cualquier profesor de lengua con la mano en la cabeza. “Exelente” en vez de “Excelente”, un fail monumental que destapa el sorpresivo engaño. ¡Por favor, aprendan a escribir antes de intentar robar una marca!
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Ceresita también se lanzó a desmentir la calidad de estos productos. Según la empresa, lo que ofrecen esos falsificadores no tiene ni un atisbo de la excelencia que caracteriza a sus verdaderas pinturas. La firma lo asegura con toda la seguridad del mundo: “Es un desastre y una broma cómica”, todo un espectáculo en el que ni el precio, ni la calidad, ni la información sobre el fabricante tienen sentido.
Las declaraciones de la empresa son contundentes y dramáticas: el daño económico que han sufrido por la circulación de estas pinturas piratas es significativo. “Se está violando de forma descarada nuestro derecho de propiedad industrial”, destacan con la fuerza de un superhéroe enojado. La pretensión de imitar su imagen y prestigio es un acto que claramente merece unas cuantas escenas de acción en la justicia.
Además, entre los susurros del mercado también hay una advertencia. “Estos productos no cumplen con los estándares técnicos ni sanitarios”, dice Ceresita, poniendo en alerta a potenciales compradores. El tema se torna serio: no queremos que la sala de pintura termine en una película de terror.
Industrias Ceresita está dispuesta a luchar con valentía en esta batalla legal, defendiendo no solo su nombre, sino la salud de los ciudadanos que podrían verse afectados por estos engaños. ¡La justicia debe prevalecer!
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Así que, amigos, la próxima vez que piensen en comprar pintura en Facebook, piensen dos veces. No todas las ofertas son lo que parecen, y a veces las tinteadas pueden convertirse en tóxicas. La aventura de Ceresita nos enseña que, como en todo buen thriller, siempre hay un giro inesperado esperando. ¡Manténganse alertas!