Evaluación de la solvencia.- Humphreys decidió mantener “Categoría AA-“ a los títulos de deuda de largo plazo y “Categoría Nivel 1+” a los títulos de deuda de corto plazo de Banco Ripley, de igual forma manteniendo la tendencia en “Estable”.
La clasificación de solvencia del banco en “Categoría AA- / Nivel 1+” responde, principalmente, a la implementación de un modelo de negocio que se caracteriza por presentar exposiciones crediticias altamente atomizadas con un balance que, exhibe una baja exposición patrimonial. En efecto, se observa que los créditos individuales otorgados por el banco representan menos del 0,1% de su patrimonio (deuda promedio bajo los $ 850.000); además, dado su volumen, del orden cerca al millón de deudores, se puede presumir que la cartera crediticia presenta un comportamiento estadísticamente normal y, por lo tanto, predecible de forma razonable.
Evaluación de la solvencia y desempeño financiero
Como elementos positivos, la clasificación incorpora la cultura de control de riesgo de la organización y los estándares que debe cumplir, en particular, por las exigencias que impone el regulador. Además, se reconocen las medidas propias adoptadas por la administración para monitorear los riesgos en sus diversas expresiones, de mercado, financiero y operativo.
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También, se recoge el hecho de que el banco llega a un segmento que, además de conocer bien en cuanto a sus hábitos y comportamiento de pago al tratarse de clientes recurrentes del grupo Ripley, no es el principal objetivo para la banca en general, operando en un mercado más bien de nicho. Lo anterior, permite que el banco esté adecuadamente preparado para soportar shocks externos, ya que, su protección está dada, por el conocimiento de su demanda, estando habilitada la institución para predecir razonablemente las necesidades de provisión. Si bien en cualquier proyección existe margen de error, el banco tiene como protección adicional la atomización de los créditos y, por último, un bajo endeudamiento relativo, con una relación pasivo exigible a patrimonio de 4,88 veces a marzo de 2024 (reducido para una institución financiera) y un índice de Basilea mayor al 17%.
En contraposición, la clasificación del banco se ve restringida por su reducido nivel de operación comparativo, lo cual dificulta el acceso a economías de escala y la obtención de excedentes elevados.
Además, la baja escala, asumiendo hipotéticamente igualdad de spread con otros bancos, repercute negativamente en los resultados del negocio crediticio. Esta situación se hace más adversa si, tal como ocurre en la realidad, el banco se fondea a un costo superior que el resto del sistema bancario. En contraposición, se tiene que considerar que el banco puede exigir mayor retorno a su segmento objetivo y con ello mantener un spread comparativamente elevado.
Por otra parte, sin desconocer las ventajas que tiene el banco en insertarse en un grupo como Ripley, no se puede ignorar que dicha relación también podría significar eventuales implicancias negativas si en el futuro se debilitaran los restantes negocios (situación que no se avizora en el corto o mediano plazo).
Con respecto a los avances de ESG, la empresa presenta una matriz de impacto en su memoria anual incluyendo temas de gobernanza, clientes, colaboradores, comunidades y medio ambiente.
La tendencia de la categoría se califica “Estable” por cuanto, se espera que en el corto y mediano plazo no se producirán cambios relevantes en la institución, más allá de la evolución natural en toda organización e industria.
Banco Ripley se posiciona como una institución orientada a la banca de personas, con énfasis en créditos de consumo otorgados directamente o mediante el uso de tarjetas de crédito. El banco se inserta dentro del grupo Ripley, conglomerado especializado en tiendas por departamentos, ventas en líneas y negocio inmobiliario; dado ello, el banco aprovecha las sinergias que se pueden generar con los clientes del área comercial.
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A marzo 2024, Banco Ripley presentaba un total de activos por $ 1.257.883 millones y colocaciones por $ 873.731 millones, las cuales son mayoritariamente a créditos de consumo (98,4%). En dicho ejercicio, el banco tuvo utilidades por $ 7.428 millones, comparado a la pérdida de $ 112 millones de marzo 2023, explicado básicamente por un aumento de ingresos operacionales, disminución de gastos administrativos, remuneraciones y provisiones por riesgo de crédito. Durante el año 2023, el banco exhibió un resultado final de $ -4.345 millones, lo que se compara desfavorablemente con la utilidad de $ 16.028 millones registrada en 2022, principalmente por un aumento significativo de provisiones y gastos remuneraciones por reestructuración administrativa.