El empresario chileno Jorge Said Yarur fue sancionado por infringir una normativa clave del mercado de valores al vender acciones de Parque Arauco durante un periodo en el que tenía prohibido operar. La multa, impuesta por la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), asciende a 200 UF, equivalentes a cerca de $8 millones de pesos.
La infracción que derivó en la sanción
De acuerdo con un comunicado emitido por la CMF, el empresario vendió 1.300.000 acciones de Parque Arauco S.A. los días 7 y 10 de octubre de 2021. Las operaciones se realizaron a través de su sociedad Inversiones Ranco Tres S.A. y alcanzaron un valor total de $933.503.274. Lo relevante de esta operación es que se llevó a cabo en un periodo legalmente restringido: los 30 días anteriores a la divulgación de los estados financieros del emisor.
Según establece el artículo 16, inciso 5º, de la Ley Nº 18.045 sobre Mercado de Valores, los directores, gerentes, administradores, ejecutivos principales de una empresa emisora de valores y sus familiares directos (incluyendo cónyuges, convivientes y parientes hasta el segundo grado de consanguinidad o afinidad), tienen expresamente prohibido realizar operaciones con acciones de la misma dentro del mes previo a la entrega pública de sus resultados financieros.
La normativa busca garantizar condiciones equitativas para todos los participantes del mercado financiero, evitando que quienes tienen acceso privilegiado a información relevante puedan aprovecharla para realizar transacciones con ventajas competitivas. En este caso, Jorge Said es hermano de uno de los directores de Parque Arauco S.A., lo que lo sitúa legalmente dentro del grupo de personas con restricciones transaccionales durante dichos períodos.
¿Quién es Jorge Said Yarur?
Jorge Said Yarur es una figura conocida dentro del mundo empresarial chileno, perteneciente a una de las familias más influyentes del país. A lo largo de los años, ha estado vinculado a múltiples empresas e inversiones, además de protagonizar disputas de alto perfil, tanto dentro como fuera de Chile.
Su apellido es sinónimo de negocios y banca, con conexiones históricas al Banco de Chile y al conglomerado Said. También ha tenido participaciones accionarias relevantes en compañías como Latam Airlines y Parque Arauco. En este último caso, su rol ha sido controversial, ya que ha expresado públicamente sus desacuerdos con la gestión de la firma.
Este nuevo episodio suma otro capítulo a su historial empresarial, pero lo que más llama la atención es que se trata de una infracción técnica a la ley, que puede servir como precedente para futuros casos similares.
El artículo en cuestión no es nuevo, pero cobra especial relevancia en contextos donde los inversionistas institucionales o personas cercanas a la toma de decisiones tienen acceso a información que el mercado en general desconoce.
El propósito de la ley es mantener la confianza en el sistema financiero chileno, asegurando que ningún agente del mercado tenga ventajas injustas derivadas de información privilegiada. La transparencia, la simetría informativa y la competencia justa son pilares fundamentales para cualquier mercado de valores eficiente.
En este sentido, la CMF ha sido clara: las transacciones realizadas por Jorge Said Yarur violaron directamente esta disposición legal, ya que se concretaron en fechas en las que existía la obligación de abstenerse de operar con valores emitidos por Parque Arauco.
¿Qué consecuencias puede traer esta multa?
Desde el punto de vista legal, el caso parece resuelto con la imposición de la multa. Sin embargo, desde la perspectiva reputacional y del buen gobierno corporativo, este tipo de sanciones puede tener impactos significativos.
Las multas por este tipo de infracciones no sólo buscan castigar conductas particulares, sino también disuadir a otros actores relevantes del mercado de actuar de forma similar. Por ello, la CMF publica y comunica este tipo de sanciones para reforzar su rol fiscalizador y dejar en claro que las normativas se aplican a todos por igual, independientemente de su estatus o poder económico.
Además, este caso podría tener implicancias indirectas en la gobernanza de empresas como Parque Arauco, especialmente si se evalúan nuevas políticas internas de cumplimiento, reforzamiento de controles o revisión de sus códigos de conducta corporativa.
Parque Arauco y el contexto bursátil
Parque Arauco S.A. es una de las compañías líderes en desarrollo y operación de centros comerciales en América Latina. Con presencia en Chile, Perú y Colombia, ha sido históricamente una de las firmas de mayor capitalización bursátil dentro del segmento inmobiliario del IPSA.
Durante el año 2021, en plena recuperación tras la pandemia del COVID-19, la empresa enfrentaba una etapa clave de redefinición de estrategia, reactivación de operaciones comerciales y transformación digital. En este marco, cualquier información relacionada con sus estados financieros habría tenido especial sensibilidad para los inversionistas.
La venta de más de un millón de acciones en dicho contexto no pasó desapercibida y fue justamente lo que generó la fiscalización por parte del organismo regulador.
La postura de la CMF frente a las operaciones sospechosas
Este no es un caso aislado. La Comisión para el Mercado Financiero ha fortalecido en los últimos años su capacidad fiscalizadora, apuntando especialmente a detectar movimientos sospechosos o fuera de norma dentro de las transacciones bursátiles. La transparencia, como base del desarrollo financiero, se ha convertido en uno de los pilares de su agenda regulatoria.
Además de investigar casos de uso de información privilegiada, también ha impuesto sanciones por faltas de reportabilidad, incumplimientos en el deber fiduciario y conflictos de interés no informados.
Con la digitalización de los mercados y el acceso más eficiente a la data financiera, se espera que la CMF pueda seguir profundizando en su rol preventivo y correctivo.
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La sanción contra Jorge Said Yarur reafirma un mensaje claro para todos los actores del mercado de valores en Chile: el cumplimiento de la ley no es opcional, y las infracciones, aunque parezcan menores, tendrán consecuencias.
El caso también deja en evidencia la necesidad de que empresas emisoras de valores implementen mecanismos robustos de compliance y ética corporativa, que aseguren que tanto sus ejecutivos como sus cercanos comprendan plenamente las obligaciones legales que enfrentan.
Por otro lado, este tipo de episodios ofrece una oportunidad para reforzar la educación financiera en torno a lo que significa operar dentro del marco legal. Los inversionistas minoritarios, quienes a menudo confían en la imparcialidad del mercado, necesitan garantías de que se está actuando con justicia, sin que insiders abusen de su posición.
En un entorno financiero cada vez más complejo y competitivo, la confianza del público es el activo más valioso. Y para conservarla, casos como el de Jorge Said Yarur deben servir de precedente para una conducta más ética, transparente y responsable.