Tensión en el sistema financiero brasileño, Banco Central y grandes banqueros definen el futuro de Banco Master, durante un encuentro clave celebrado el pasado fin de semana, el presidente del Banco Central de Brasil, Gabriel Galípolo, convocó a los principales líderes de la banca nacional para abordar una situación que ha encendido alertas dentro del sistema financiero del país: el incierto destino del Banco Master SA.
El Banco Master, una entidad financiera de menor escala pero de crecimiento vertiginoso en los últimos años, ha entrado en una etapa crítica tras conocerse su posible absorción parcial por el BRB – Banco de Brasília SA, una operación que ha generado preguntas importantes sobre la estabilidad del banco y los mecanismos de protección al ahorro en Brasil.
En esta reunión extraordinaria que contó con la presencia de ejecutivos de los bancos más influyentes del país como Itaú Unibanco, Bradesco, Santander Brasil y BTG Pactual se discutieron temas sensibles como la gobernanza del Fondo Garantidor de Créditos (FGC), pieza clave del andamiaje financiero brasileño.
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¿Por qué el caso del Banco Master genera preocupación?
El Banco Master no es un gigante del sistema, pero sí ha jugado un papel muy visible gracias a una agresiva estrategia de crecimiento basada en ofrecer tasas de interés superiores a las del mercado para captar depósitos de personas físicas. Su éxito se apoyó fuertemente en la garantía implícita que representa el FGC, que asegura los depósitos hasta un límite de 250.000 reales (unos USD $42.700) por persona y por banco.
A finales de 2024, el Banco Master acumulaba más de 16.000 millones de reales en pasivos con vencimiento durante 2025, un volumen significativo para una institución de su tamaño. Esto ha puesto presión sobre el FGC, que opera como una red de seguridad financiada por las contribuciones de los propios bancos del sistema.
Un eventual colapso del Banco Master no sólo activaría el uso masivo del fondo, sino que también podría erosionar la confianza del público en la solidez de otras instituciones medianas que operan bajo modelos similares.
El acuerdo con el BRB: ¿una solución o una bomba de tiempo?
El anuncio de una combinación entre el BRB – una entidad pública del Distrito Federal – y el Banco Master llegó como un intento por estabilizar la situación. Sin embargo, la operación no contempla una adquisición integral. Algunos activos, especialmente aquellos considerados de mayor riesgo, quedarían fuera del acuerdo.
Entre esos activos excluidos figuran participaciones en empresas pequeñas y medianas, así como una cartera de bonos vinculados a demandas judiciales, un tipo de inversión que en Brasil ha sido históricamente volátil y difícil de valorar. Este escenario plantea interrogantes sobre qué ocurrirá con esos activos «residuales», y si podrían desencadenar una crisis de confianza o incluso una intervención regulatoria.
Una cumbre financiera de alto nivel
La reunión, que tuvo lugar en São Paulo, no fue un evento aislado. De acuerdo con un comunicado oficial del Banco Central, este tipo de encuentros forman parte de una agenda regular con los líderes del Sistema Financiero Nacional, aunque en esta ocasión el carácter del diálogo fue especialmente delicado.
Junto a Gabriel Galípolo y los líderes de los bancos privados, también estuvo presente Daniel Lima, presidente del FGC. La discusión giró no solo en torno a Banco Master, sino también sobre la estructura de gobernanza del propio fondo, cuya autonomía y capacidad de respuesta están siendo puestas a prueba en esta coyuntura.
Si bien el Banco Central no dio mayores detalles sobre las conclusiones del encuentro, sí adelantó que continuará el diálogo en los próximos días con ejecutivos de bancos más pequeños, lo cual indica que se busca una evaluación sistémica del caso.
FGC: el escudo financiero bajo presión
El Fondo Garantidor de Créditos ha sido históricamente uno de los pilares de estabilidad del sistema financiero brasileño. Asegura depósitos individuales, otorga liquidez en momentos de crisis y actúa como un mecanismo de contención ante eventuales quiebras.
Sin embargo, el modelo de financiamiento del FGC se basa en las contribuciones de los principales bancos, lo que genera tensiones cuando un banco más pequeño, como Master, se beneficia ampliamente del fondo al tiempo que representa un riesgo importante para sus recursos.
Los grandes bancos, cuyos ejecutivos estuvieron en la reunión, han manifestado preocupaciones respecto a que el fondo sea utilizado para cubrir riesgos asumidos por instituciones que aplican estrategias más agresivas y menos sostenibles.
Este desequilibrio podría obligar a revisar las reglas del juego: desde los criterios de elegibilidad para el respaldo del FGC hasta los mecanismos de intervención previa cuando se detectan señales de estrés financiero.
¿Qué sigue para el Banco Master?
El futuro inmediato del Banco Master dependerá de varios factores: la viabilidad de su reestructuración, la capacidad del BRB para absorber los activos viables, y las decisiones que tomen los reguladores para evitar un contagio dentro del sistema.
Por ahora, los grandes bancos han evitado hacer comentarios públicos sobre la reunión, manteniendo una actitud de cautela. No se han ofrecido respuestas concretas sobre el plan de acción, pero es evidente que la situación ha encendido las alarmas entre los reguladores.
Existe la posibilidad de que, si no se encuentra una solución satisfactoria en el corto plazo, el Banco Central y el FGC se vean obligados a intervenir de manera más decidida para preservar la confianza en el sistema.
Un reflejo de tensiones más amplias
El caso de Banco Master también refleja un problema estructural dentro del mercado financiero brasileño: la brecha entre las grandes instituciones financieras, sólidas y bien capitalizadas, y una constelación de bancos más pequeños con modelos de negocio más expuestos al riesgo.
En años recientes, muchos de estos bancos menores han crecido rápidamente gracias a la digitalización, el auge de las fintechs, y una búsqueda agresiva de nichos desatendidos por los gigantes financieros. Sin embargo, ese crecimiento muchas veces ha venido acompañado de estructuras de gobernanza más laxas y prácticas crediticias más arriesgadas.
En este contexto, los reguladores enfrentan el reto de fomentar la competencia y la inclusión financiera sin comprometer la estabilidad del sistema.
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¿Es este un punto de inflexión?
La reunión de emergencia entre el Banco Central y los líderes de la banca brasileña podría marcar un punto de inflexión en la manera en que se regula y supervisa el sistema financiero. El caso del Banco Master ha puesto de manifiesto la necesidad de revisar cómo se usan los fondos de garantía, qué prácticas deben considerarse responsables y qué salvaguardas deben activarse antes de que se produzcan situaciones críticas.
En un entorno global donde la estabilidad financiera es más frágil que nunca con economías enfrentando presiones inflacionarias, tasas de interés en niveles altos y mercados en transición tecnológica, Brasil busca blindarse ante potenciales crisis internas que puedan tener efectos en cadena.
El destino del Banco Master aún está por definirse, pero lo que está claro es que sus implicaciones van mucho más allá de una sola institución: toca el corazón mismo del modelo de protección al ahorro y de la confianza pública en el sistema bancario brasileño.