Respiro inflacionario en Brasil, la escalada de precios se modera en abril, aunque las perspectivas económicas siguen siendo cautelosas, la trayectoria de la inflación en Brasil, la economía más grande de América Latina, ha mostrado signos de moderación en el mes de abril, ofreciendo un respiro en medio de las persistentes preocupaciones económicas. Según la información divulgada este viernes por el gobierno brasileño, el índice nacional de precios al consumidor (IPCA) registró un incremento interanual del 5,53% en abril, lo que representa un ligero aumento de apenas 0,05 puntos porcentuales en comparación con la cifra del mes precedente.
Vea también: La guerra arancelaria global agita la cadena logística marítima de Brasil
Este leve repunte inflacionario se produjo a pesar de un aumento mensual del 0,43% en el IPCA durante abril, un resultado que estuvo principalmente impulsado por las alzas en los precios de los alimentos y los servicios de salud. No obstante, es importante destacar que esta cifra mensual fue inferior a los incrementos observados en marzo (0,56%) y, especialmente, en febrero (1,31%), lo que sugiere una tendencia incipiente hacia la desaceleración en el ritmo de crecimiento de los precios.
De esta manera, la inflación en Brasil evidenció en abril una pérdida de impulso en su escalada, lo que se tradujo en un aumento interanual menos pronunciado en comparación con los meses anteriores. Detrás de esta moderación se encuentra, principalmente, la caída en los precios de los pasajes aéreos y los combustibles, según el análisis de la oficina de estadísticas del gobierno brasileño (IBGE). Esta disminución en rubros clave contribuyó a contener el avance generalizado de los precios.
Sin embargo, la situación de los precios de los alimentos continúa siendo un motivo de preocupación para los hogares brasileños. En abril se registraron aumentos significativos en productos de consumo básico como la patata (con un notable incremento del 18,3%), el tomate (que experimentó una subida del 14,3%) y el café molido (con un alza del 4,5%). Estas subidas en los precios de los alimentos impactan directamente en el poder adquisitivo de la población, especialmente en los segmentos de menores ingresos.
En un esfuerzo por contener la presión inflacionaria, el Banco Central de Brasil (BCB) ha implementado una política monetaria contractiva, elevando de manera sostenida la tasa básica de interés (Selic) en los últimos meses. En su reunión más reciente, celebrada durante la presente semana, el órgano emisor decidió aumentar la Selic en medio punto porcentual, llevándola hasta el 14,75% anual, su nivel más alto desde el año 2006.
Entre las razones que motivaron esta nueva alza en la tasa de interés de referencia, el Banco Central de Brasil citó el escenario externo “adverso”, marcado por la volatilidad económica global generada por la guerra comercial impulsada por el gobierno de Estados Unidos y las persistentes dudas sobre la situación fiscal interna de Brasil. A estos factores se suma la preocupación por la persistente alza de los precios en diversos sectores de la economía.
Para el cierre del presente año 2025, el Banco Central de Brasil proyecta que la inflación se situará en torno al 4,8%, un porcentaje inferior al 5,5% previsto por los analistas del mercado financiero. No obstante, en ambos escenarios, la inflación superaría el techo de la meta establecida por el propio Banco Central, que se sitúa en el 4,5%. Es importante recordar que la inflación en el país sudamericano cerró el año 2024 en un 4,83%, también por encima del objetivo oficial.
El gobierno brasileño, por su parte, ha manifestado públicamente su desacuerdo con la política de elevación de las tasas de interés, argumentando que estas medidas restrictivas están lastrando el potencial de crecimiento económico del país. Si bien el control de la inflación es un objetivo prioritario, existe la preocupación de que las altas tasas de interés puedan frenar la inversión y el consumo, limitando la expansión del Producto Interno Bruto (PIB).
Vea también: Corea del Sur elimina arancel y abre cupo a las exportaciones porcinas brasileñas
Las perspectivas de crecimiento económico para Brasil en 2025 apuntan a una desaceleración significativa en comparación con el desempeño del año anterior. Si bien en 2024 la economía brasileña experimentó un crecimiento del 3,4%, todas las estimaciones actuales proyectan un fuerte frenazo para este año, limitando la expansión del PIB a alrededor del 2%. Esta desaceleración, sumada a una inflación que se espera se mantenga por encima de la meta oficial, plantea desafíos importantes para la gestión macroeconómica del país.
La moderación de la inflación en abril ofrece un atisbo de esperanza, pero la persistencia de presiones en el sector de alimentos y la cautela en las perspectivas de crecimiento sugieren que la batalla contra la inflación en Brasil aún no ha terminado. Las futuras decisiones del Banco Central y la evolución del escenario económico global serán cruciales para determinar la trayectoria de los precios y el ritmo de la actividad económica en la mayor economía de América Latina.