El futuro del Open Banking en América Latina, innovación y seguridad en el centro de la transformación financiera, un modelo bancario que permite a los usuarios compartir de manera segura sus datos financieros con terceros para acceder a servicios innovadores y personalizados, está marcando un antes y un después en la industria financiera global. Según Statista, se estima que el volumen global de transacciones bajo este modelo superará los 600 billones de dólares para 2027. Este crecimiento acelerado no solo subraya su impacto revolucionario, sino también la urgencia de abordar los desafíos que plantea. En América Latina, el Open Banking representa una oportunidad única para fomentar la inclusión financiera, impulsar la innovación y modernizar un sector que aún enfrenta importantes barreras estructurales.
A pesar de los avances, el éxito del Open Banking en la región depende de equilibrar dos pilares fundamentales: la innovación y la seguridad. Por un lado, la implementación de nuevas tecnologías es clave para democratizar el acceso a los servicios financieros; por otro, la confianza del consumidor y la protección de sus datos son imprescindibles para garantizar la adopción masiva del modelo. Este artículo explora los desafíos y oportunidades del Open Banking en América Latina, destacando el papel crucial de la colaboración entre gobiernos, entidades financieras y empresas tecnológicas.
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América Latina: un ecosistema diverso para el Open Banking
América Latina presenta un ecosistema financiero marcado por la diversidad. Desde países con sistemas bancarios consolidados como Brasil, hasta otros en vías de desarrollo como Guatemala, la región ofrece un terreno heterogéneo para la implementación del Open Banking. Según Paola Sánchez, Business Developer de RiskShield en INFORM para Latinoamérica, este modelo tiene el potencial de transformar profundamente la región al promover la inclusión financiera, reducir costos y estimular la competencia entre entidades financieras tradicionales y fintechs.
Sin embargo, el avance del Open Banking es desigual. Brasil se destaca como líder regional gracias a un marco regulatorio integral que ha sentado las bases para la interoperabilidad y la confianza del consumidor. En contraste, países como México, Chile y Colombia aún enfrentan retos significativos, incluyendo la ausencia de regulaciones claras y uniformes, que limitan la implementación de este modelo a gran escala.
La interoperabilidad es un factor clave para el éxito del Open Banking. Sin una normativa estandarizada que garantice la integración de sistemas y procesos entre diferentes países, las oportunidades de innovación y colaboración se ven restringidas. Este es uno de los principales desafíos que deben abordar los reguladores en la región para maximizar el impacto positivo del Open Banking.
Innovación: el motor del Open Banking
El Open Banking está impulsando una ola de innovación sin precedentes en la industria financiera. Al permitir que los consumidores compartan sus datos con terceros de manera segura, este modelo facilita el desarrollo de productos y servicios personalizados que responden a necesidades específicas. Entre los ejemplos más destacados se encuentran:
- Apps de gestión financiera: Herramientas que analizan los hábitos de gasto y ayudan a los usuarios a optimizar su presupuesto.
- Préstamos personalizados: Plataformas que ofrecen créditos adaptados al perfil financiero del consumidor.
- Pagos digitales avanzados: Soluciones que integran pagos rápidos y seguros, mejorando la experiencia del usuario.
- Seguros a medida: Políticas que se ajustan a las necesidades específicas de los clientes, basadas en sus datos y comportamientos.
Estas innovaciones no solo benefician a los consumidores, sino que también representan una ventaja competitiva para las fintechs y bancos que adoptan el modelo. Sin embargo, la implementación de estas soluciones requiere una infraestructura tecnológica robusta, así como un marco regulatorio que fomente la colaboración y la competencia.
Seguridad: un pilar fundamental
A medida que el Open Banking gana terreno, la seguridad se convierte en una preocupación central. Los consumidores solo adoptarán este modelo si tienen garantías claras de que sus datos están protegidos contra el fraude y el acceso no autorizado. La protección de la información financiera no es solo una cuestión técnica; es un factor crítico para la confianza del consumidor.
En este contexto, la inteligencia artificial (IA) emerge como una herramienta clave para fortalecer la seguridad en el Open Banking. Las soluciones de IA pueden:
- Detectar fraudes en tiempo real: Analizar patrones sospechosos y alertar sobre actividades inusuales.
- Proteger las APIs: Garantizar que las Interfaces de Programación de Aplicaciones sean seguras y resistentes a ciberataques.
- Gestionar identidades digitales: Verificar la identidad de los usuarios de manera precisa y rápida.
Según Paola Sánchez, el uso de IA en el Open Banking no solo mejora la seguridad, sino que también optimiza la experiencia del usuario al ofrecer procesos más rápidos y eficientes.
Regulaciones y colaboración: claves para el éxito
El éxito del Open Banking en América Latina dependerá en gran medida de la colaboración entre los diferentes actores del ecosistema financiero. Los gobiernos, entidades financieras y empresas tecnológicas deben trabajar juntos para crear un entorno que fomente tanto la innovación como la seguridad. Algunas recomendaciones incluyen:
- Establecer marcos regulatorios claros: Los reguladores deben definir normativas que garanticen la protección de los datos de los consumidores, al tiempo que fomenten la competencia y la interoperabilidad.
- Fomentar la educación financiera: Los usuarios necesitan comprender los beneficios y riesgos del Open Banking para adoptarlo con confianza.
- Impulsar la colaboración público-privada: Los gobiernos y las empresas deben trabajar juntos para desarrollar infraestructuras tecnológicas que soporten el modelo.
- Promover la adopción de estándares internacionales: Esto facilitará la integración de sistemas y procesos, beneficiando a consumidores y empresas por igual.
Brasil: un modelo a seguir
Brasil se ha convertido en un referente para la región gracias a su enfoque proactivo hacia el Open Banking. El país ha implementado un marco regulatorio integral que garantiza la interoperabilidad entre sistemas y la protección de los datos de los usuarios. Además, ha promovido la colaboración entre bancos tradicionales, fintechs y reguladores para desarrollar un ecosistema financiero más inclusivo y eficiente.
El éxito de Brasil demuestra que la regulación puede ser un catalizador para la innovación. Otros países de la región pueden aprender de esta experiencia y adaptar sus enfoques para maximizar el impacto del Open Banking.
Inclusión financiera: una oportunidad para transformar vidas
Uno de los mayores beneficios del Open Banking es su capacidad para fomentar la inclusión financiera. En América Latina, donde una gran parte de la población carece de acceso a servicios financieros formales, este modelo puede marcar una diferencia significativa. Al permitir que las personas compartan sus datos con terceros, el Open Banking abre la puerta a servicios adaptados a sus necesidades, como préstamos, seguros y herramientas de ahorro.
La inclusión financiera no solo beneficia a los individuos, sino que también impulsa el crecimiento económico al ampliar la base de consumidores y fomentar la inversión en la región.
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El futuro del Open Banking en América Latina
El Open Banking tiene el potencial de transformar profundamente el sector financiero en América Latina. Sin embargo, su éxito depende de la capacidad de la región para superar los desafíos relacionados con la seguridad, la regulación y la interoperabilidad. Si los gobiernos, entidades financieras y empresas tecnológicas logran colaborar de manera efectiva, este modelo podría democratizar el acceso a servicios financieros, estimular la innovación y construir un futuro más inclusivo para millones de personas.
En definitiva, el momento de actuar es ahora. El Open Banking no solo representa una oportunidad para modernizar el sector financiero, sino también para transformar vidas y construir un ecosistema más justo y equitativo. Con un enfoque estratégico y colaborativo, América Latina puede liderar esta revolución financiera y sentar las bases para un futuro más próspero.
Por Paola Sánchez, Business Developer de RiskShield en INFORM para Latinoamérica