El desafío de los repartidores en Brasil, lucha por condiciones dignas y mejor remuneración, en un contexto de creciente precariedad laboral, los repartidores de aplicaciones en Brasil han decidido alzar la voz. Durante dos días consecutivos, miles de trabajadores del sector realizaron una huelga nacional para exigir mejores condiciones salariales y laborales. Este paro, que ha contado con una fuerte adhesión en diversas ciudades del país, marca un hito en la lucha de estos trabajadores por el reconocimiento de sus derechos.
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Un Paro Nacional con Amplia Participación
Desde las primeras horas del lunes, repartidores de plataformas como Uber Eats, iFood, 99 y Zé Delivery tomaron las calles en movilizaciones masivas. En ciudades como São Paulo, Río de Janeiro, Florianópolis, Curitiba, Belo Horizonte y Salvador, cientos de motociclistas y ciclistas recorrieron avenidas principales, haciendo sonar bocinas y portando carteles con sus demandas.
La protesta, que nació a través de redes sociales y fue impulsada por sindicatos y organizaciones laborales, tiene un objetivo claro: mejorar las condiciones de trabajo de los repartidores, quienes enfrentan largas jornadas, bajas tarifas por entrega y la falta de beneficios básicos como seguro médico o derechos de seguridad social.
Principales Demandas del Paro
Entre las principales exigencias de los repartidores se encuentran:
- Incremento en la tarifa mínima por entrega: Actualmente, oscila entre 1,13 y 1,74 dólares (alrededor de 10 reales), lo que no cubre los costos operativos de los trabajadores.
- Aumento del pago por kilómetro recorrido: Para reflejar mejor los gastos de transporte, mantenimiento de vehículos y tiempo invertido en cada trayecto.
- Límite de distancia para ciclistas: Se exige un máximo de tres kilómetros por pedido para evitar sobrecargas físicas excesivas.
- Pago justo por entregas combinadas: Muchas plataformas agrupan pedidos sin aumentar proporcionalmente la remuneración de los repartidores.
Respuestas de las Empresas y el Intento de Boicot
El éxito de la huelga ha generado reacciones por parte de las empresas de delivery. Según los organizadores del paro, algunas plataformas ofrecieron incentivos económicos específicos para aquellos trabajadores que decidieran no sumarse a la protesta. Sin embargo, desde los sindicatos han criticado esta medida, argumentando que solo demuestra que las compañías pueden pagar mejores tarifas cuando se ven presionadas.
Por su parte, la Asociación Brasileña de Movilidad y Tecnología (Amobitec), que representa a varias de estas empresas, defendió que el ingreso promedio de los repartidores creció un 5% por encima de la inflación entre 2023 y 2024, alcanzando los 31,33 reales (menos de 6 dólares) por hora trabajada. Además, aseguraron que mantienen un «diálogo continuo» con los trabajadores para mejorar sus condiciones.
Impacto de la Huelga y Futuro del Movimiento
El paro ha tenido un impacto significativo en la operación de las aplicaciones de delivery, con reportes de demoras en las entregas y menos repartidores disponibles en las ciudades donde se realizaron movilizaciones. Este movimiento no solo visibiliza las dificultades que enfrentan los trabajadores del sector, sino que también reabre el debate sobre la regulación de las plataformas digitales en Brasil.
El Gobierno Federal ha mostrado interés en avanzar en una legislación que garantice derechos básicos a estos trabajadores, aunque hasta el momento las medidas han sido insuficientes según los sindicatos. En un mercado donde la tecnología y la economía de plataformas han transformado las formas de empleo, los repartidores siguen luchando por una equidad laboral que les permita vivir dignamente de su trabajo.
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La huelga de los repartidores en Brasil es un claro ejemplo de la tensión existente entre las plataformas digitales y los derechos laborales. A medida que crece la presión para mejorar las condiciones de trabajo en el sector, es probable que surjan nuevas protestas y negociaciones en el futuro. El camino hacia una regulación justa sigue siendo un desafío, pero lo que es seguro es que los repartidores han demostrado estar dispuestos a seguir luchando por sus derechos.