Cuba y Brasil establecen alianza estratégica en biotecnología y farmacéutica en contexto de desafíos sanitarios, en un escenario global marcado por desafíos sanitarios interconectados y la creciente importancia de la colaboración internacional, Cuba y Brasil han dado un paso significativo hacia el fortalecimiento de la cooperación Sur-Sur en el ámbito de la biotecnología y la farmacéutica. Este acercamiento estratégico se produce en un contexto particular para Cuba, que enfrenta una aguda escasez de medicamentos en sus farmacias y una creciente presión sobre su sistema de salud. En este marco, un encuentro clave entre representantes del conglomerado estatal cubano BioCubafarma y delegados del municipio brasileño de Maricá ha sentado las bases para una colaboración bilateral que podría tener implicaciones importantes para ambos países.
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Según un reporte emitido por la Agencia Cubana de Noticias (ACN), la ciudad de La Habana fue el epicentro de una reunión trascendental durante el pasado fin de semana. En este encuentro, directivos de BioCubafarma, la entidad que agrupa a las principales empresas biotecnológicas y farmacéuticas de Cuba, sostuvieron conversaciones de alto nivel con una delegación del municipio brasileño de Maricá, ubicado en el estado de Río de Janeiro. El objetivo central de esta reunión fue explorar y definir estrategias concretas para una cooperación bilateral mutuamente beneficiosa en el crucial sector de la biotecnología y la producción farmacéutica.
La reunión, que tuvo lugar en un momento en que el sistema de salud cubano enfrenta desafíos significativos debido a la escasez de medicamentos e insumos médicos, abarcó una amplia gama de temas de interés común. Las discusiones se centraron en la posibilidad de transferencia de tecnologías biotecnológicas desarrolladas en Cuba, la identificación y puesta en marcha de proyectos conjuntos de investigación científica, y la viabilidad de la exportación de medicamentos producidos en la isla caribeña hacia el mercado brasileño.
A través de un comunicado difundido por BioCubafarma en la plataforma social X (anteriormente Twitter), la entidad cubana destacó que esta colaboración se enmarca dentro de un esfuerzo más amplio por fortalecer la cooperación Sur-Sur, una iniciativa que busca promover el intercambio de conocimientos, tecnologías y recursos entre países en desarrollo, particularmente en áreas tan sensibles y prioritarias como la salud pública.
Como resultado tangible de este encuentro de alto nivel, se formalizaron una serie de acuerdos significativos entre la Alcaldía de Maricá, a través de su Instituto de Tecnología de Innovación, y dos instituciones científicas cubanas de renombre internacional: el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) y el Instituto Finlay de Vacunas. Estos acuerdos sientan las bases para una colaboración estructurada y a largo plazo en áreas clave de la investigación, el desarrollo y la producción biofarmacéutica.
Uno de los puntos más destacados de esta alianza estratégica es la decisión de crear una empresa mixta binacional. Esta nueva entidad tendrá como objetivo principal establecer en Brasil una planta de producción para la fabricación de medicamentos innovadores desarrollados en Cuba, como el Heberprot-P, un fármaco revolucionario para el tratamiento de las úlceras del pie diabético, así como diversas vacunas que han sido desarrolladas y probadas con éxito por científicos cubanos.
El Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) calificó este acuerdo como un hito «histórico», subrayando el potencial sinérgico de combinar la avanzada tecnología biotecnológica desarrollada en Cuba con la robusta capacidad industrial y la infraestructura productiva del gigante sudamericano. Esta empresa mixta no solo podría garantizar el acceso a medicamentos esenciales para la población brasileña, sino que también podría abrir nuevas oportunidades de mercado para los productos biofarmacéuticos cubanos en la región.
El Contraste con la Situación Interna Cubana
La noticia de esta potencial exportación y venta de medicamentos y productos farmacéuticos de Cuba a Brasil ha generado diversas reacciones y comentarios entre los ciudadanos cubanos. Para muchos, este acuerdo llama la atención debido al marcado contraste que existe con la situación interna de la isla, donde un número significativo de pacientes enfrenta serias dificultades para acceder a tratamientos médicos básicos debido a la persistente escasez de una amplia gama de medicamentos esenciales en las farmacias locales.
La escasez de medicamentos en Cuba no se limita únicamente a las farmacias minoristas. La misma situación crítica se vive en policlínicos y hospitales a lo largo del país, donde la disponibilidad de insumos médicos y fármacos es limitada. La situación es aún más precaria en los consultorios médicos de la comunidad, que a menudo se ven afectados por la falta de especialistas, la escasez de recetas médicas y la ausencia de medicamentos básicos para atender las necesidades de los pacientes.
Ante esta escasez prolongada y generalizada, el gobierno cubano ha implementado medidas paliativas para aliviar la situación. Recientemente, se anunció una extensión hasta septiembre de 2025 de los beneficios arancelarios para la importación de alimentos, productos de aseo personal y medicamentos por parte de particulares. Esta medida busca facilitar el ingreso de bienes esenciales al país a través de canales no estatales, ante las limitaciones de la producción y distribución local.
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La paradoja de que Cuba, un país con un reconocido desarrollo en el campo de la biotecnología y la producción farmacéutica, pueda exportar medicamentos a Brasil mientras su propia población enfrenta una escasez significativa, subraya la complejidad de los desafíos económicos y logísticos que afectan al sistema de salud cubano. La alianza con Brasil podría representar una oportunidad para generar ingresos y fortalecer la industria farmacéutica cubana a largo plazo, pero también plantea interrogantes sobre cómo se garantizará el acceso a medicamentos esenciales para la población local en el corto y mediano plazo. La cooperación Sur-Sur en salud entre Cuba y Brasil se presenta como un paso prometedor, pero su impacto real se medirá en última instancia por su capacidad para mejorar la salud y el bienestar de los ciudadanos de ambos países.