Comercio bilateral entre Argentina y Brasil, un análisis de déficit, competitividad y perspectivas para 2025, el comercio bilateral ha enfrentado un panorama complejo en 2024, caracterizado por fluctuaciones económicas, devaluaciones monetarias y un saldo comercial deficitario que impacta la balanza comercial argentina. A pesar de estos desafíos, las cifras reflejan una recuperación notable en algunos sectores, como el automotriz y el agroindustrial, que ofrecen perspectivas alentadoras para el próximo año.
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Un déficit persistente en un contexto de recuperación
Durante noviembre de 2024, el comercio bilateral entre Argentina y Brasil alcanzó un flujo total de USD 2.468 millones, marcando un aumento interanual del 27,9%. Sin embargo, el saldo comercial volvió a ser negativo para Argentina, registrando un déficit de USD 81 millones, el cuarto mes consecutivo con resultados deficitarios.
En el acumulado de 2024, Argentina contabilizó un déficit de USD 256 millones con su mayor socio comercial dentro del Mercosur. Aunque esta cifra representa una mejora significativa respecto al saldo negativo de USD 4.769 millones de los primeros 11 meses de 2023, sigue evidenciando una dependencia estructural de productos importados, especialmente en sectores clave como el automotriz.
Factores detrás del déficit comercial
El contexto macroeconómico en Brasil ha jugado un rol fundamental en el desempeño del comercio bilateral. En las últimas semanas, el real brasileño experimentó una devaluación significativa, cerrando a 6,14 por dólar, lo que ha incrementado la competitividad de los productos brasileños frente a los argentinos. Esta situación, combinada con un peso argentino relativamente apreciado, ha generado un desbalance que amenaza con profundizar el déficit comercial.
Además, esta brecha cambiaria ya se ha reflejado en áreas como el turismo, donde muchos argentinos optan por destinos brasileños más económicos frente a las tradicionales playas de la Costa Atlántica.
Importaciones desde Brasil: un crecimiento desigual
En noviembre, las importaciones argentinas desde Brasil alcanzaron los USD 1.275 millones, mostrando un crecimiento interanual del 30,9%. Este incremento, el tercero consecutivo tras un periodo de caídas prolongadas, estuvo impulsado principalmente por el sector automotriz.
Entre los productos destacados se encuentran los vehículos de carretera, cuyas importaciones crecieron un 194,4%, los automóviles de pasajeros (141,4%) y los vehículos para transporte de mercancías (138,9%). Por otro lado, las importaciones de soja, que habían sido relevantes en 2023 debido a la sequía, registraron una caída del 100%, reflejando un cambio en la dinámica del comercio agrícola.
Exportaciones argentinas: resiliencia y crecimiento sectorial
Las exportaciones argentinas a Brasil también mostraron una tendencia positiva en noviembre, alcanzando los USD 1.194 millones, un aumento interanual del 24,8%. A pesar de estar por debajo de las importaciones, estos resultados destacan el desempeño de sectores clave como el agroindustrial y el automotriz.
En el sector agrícola, las exportaciones de trigo crecieron un impresionante 257,2% interanual, mientras que en el sector automotriz se registraron incrementos en la venta de vehículos de pasajeros (22,1%), vehículos de mercancías (18,8%) y partes automotrices (32,4%). Estos datos refuerzan la importancia estratégica de Brasil como destino para las exportaciones argentinas, consolidando su posición como el tercer mayor proveedor y cuarto comprador de productos brasileños.
Perspectivas para 2025: desafíos y oportunidades
A medida que 2024 llega a su fin, las proyecciones para 2025 anticipan un aumento en el dinamismo del comercio bilateral, aunque persisten los desafíos estructurales. Según la consultora Abeceb, se espera que el déficit comercial con Brasil se amplíe, alcanzando los USD 3.000 millones, impulsado por un mayor dinamismo importador y las fluctuaciones cambiarias.
La reducción del impuesto PAIS y un tipo de cambio local apreciado en términos reales, junto con la depreciación del real brasileño, reforzarán esta tendencia. Sin embargo, el impacto dependerá en gran medida de factores externos, como la política monetaria en Brasil y la estabilidad de los mercados financieros.
En Brasil, la expectativa de un aumento en la tasa Selic para contener la salida de capitales y la inflación podría moderar la demanda de productos extranjeros, afectando indirectamente las exportaciones argentinas.
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El comercio bilateral entre Argentina y Brasil es un componente esencial para ambas economías, reflejando tanto oportunidades como vulnerabilidades. Mientras que sectores como el agro y el automotriz destacan por su resiliencia, los desequilibrios cambiarios y el déficit estructural son retos que Argentina deberá abordar para fortalecer su posición en el mercado brasileño.
De cara a 2025, será crucial monitorear las políticas económicas y monetarias de ambos países, buscando aprovechar las oportunidades que surjan en sectores estratégicos y minimizar los riesgos asociados a un contexto global incierto.