Brasil propone impuesto a las grandes tecnológicas para garantizar la meta fiscal de 2025, el gobierno de Brasil ha presentado una propuesta audaz para gravar a las grandes empresas tecnológicas y establecer un impuesto mínimo global del 15% a las corporaciones multinacionales. Esta iniciativa, impulsada por el Ministerio de Hacienda, busca asegurar el cumplimiento de la meta fiscal para 2025, en un contexto donde se proyecta un superávit primario de 3,700 millones de reales (658 millones de dólares). La propuesta es parte de un paquete más amplio de ajustes fiscales que incluyen cambios en los impuestos sobre la renta de las empresas y en los intereses sobre pagos de capital. Este artículo explora en detalle las implicaciones de estas medidas, los desafíos que enfrenta el gobierno brasileño y las posibles repercusiones para las grandes tecnológicas y otros sectores económicos.
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El Contexto Económico y la Necesidad de Ajustes Fiscales
Brasil, la mayor economía de América Latina, ha estado enfrentando desafíos fiscales significativos en los últimos años. La pandemia de COVID-19 exacerbó la situación económica del país, aumentando la presión sobre el gasto público y elevando los niveles de endeudamiento. A medida que el país emerge de la crisis, el gobierno ha centrado sus esfuerzos en estabilizar las finanzas públicas y reducir el déficit fiscal.
El Ministerio de Hacienda, liderado por el ministro Fernando Haddad, ha identificado la necesidad de aumentar los ingresos fiscales para alcanzar la meta de superávit primario proyectada para 2025. En este contexto, se han propuesto varias medidas fiscales, incluyendo el aumento de determinados impuestos sobre la renta y la implementación de un impuesto mínimo global del 15% para las multinacionales. Estas medidas buscan corregir distorsiones fiscales y asegurar que las grandes corporaciones, especialmente las tecnológicas, contribuyan equitativamente a las arcas del Estado.
Impuesto a las Grandes Tecnológicas: Un Cambio Necesario
El auge de las grandes empresas tecnológicas ha transformado la economía global, creando nuevos desafíos para los sistemas fiscales tradicionales. Estas empresas, que operan a través de plataformas digitales y modelos de negocio basados en el conocimiento, a menudo aprovechan lagunas fiscales y estructuras corporativas complejas para minimizar su carga tributaria en los países donde generan ingresos.
Brasil, al igual que otros países, ha estado luchando para adaptar su marco fiscal a esta nueva realidad. El impuesto propuesto por el gobierno brasileño se alinea con un movimiento global hacia una mayor tributación de las grandes tecnológicas, que incluye iniciativas como el impuesto digital europeo y las reformas propuestas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
El Ministerio de Hacienda estima que la implementación de este impuesto podría generar ingresos adicionales de hasta 17,900 millones de reales (3,187 millones de dólares). Estos fondos son cruciales para cerrar la brecha fiscal y cumplir con la meta de superávit proyectada. Sin embargo, la implementación de este impuesto no está exenta de desafíos. Las grandes tecnológicas han demostrado ser hábiles en adaptar sus operaciones para evitar nuevas cargas fiscales, lo que podría complicar la recaudación efectiva de este impuesto.
Ajustes en la Contribución Social sobre la Renta de las Empresas (CSLL)
Además del impuesto a las tecnológicas, el gobierno brasileño ha propuesto cambios en el impuesto de Contribución Social sobre la Renta de las Empresas (CSLL) y en los intereses sobre pagos de capital (JCP). Estos ajustes buscan aumentar la recaudación fiscal y corregir distorsiones que han permitido a algunas empresas reducir significativamente su carga tributaria.
El gobierno espera que estas reformas generen ingresos adicionales por un valor de 58,500 millones de reales (10,416 millones de dólares) el próximo año. Una parte significativa de estos ingresos provendrá de un nuevo programa de resolución de disputas para grandes contribuyentes, que se lanzará en 2025. Este programa, basado en un acuerdo alcanzado con la petrolera estatal Petrobras, es un ejemplo de cómo el gobierno busca negociar con las grandes corporaciones para garantizar un flujo constante de ingresos fiscales.
El Rol del Consejo Administrativo Federal de Recursos Fiscales (CARF)
Otro componente clave de la estrategia fiscal del gobierno es el papel del Consejo Administrativo Federal de Recursos Fiscales (CARF). Este organismo, responsable de resolver disputas fiscales entre los contribuyentes y el Estado, se ha convertido en un elemento central en la recaudación de ingresos adicionales.
El Ministerio de Hacienda prevé recaudar 28,500 millones de reales adicionales a través de fallos favorables del CARF en 2025. Además, la corrección de distorsiones fiscales podría añadir otros 20,000 millones de reales a las arcas del Estado. Estas medidas reflejan el enfoque del gobierno en maximizar los ingresos a través de la eficiencia administrativa y la aplicación estricta de las normas fiscales existentes.
Desafíos y Perspectivas Futuras
A pesar de las ambiciosas metas fiscales y las nuevas propuestas, el gobierno brasileño enfrenta varios desafíos en su camino hacia la estabilización fiscal. La implementación de nuevos impuestos, especialmente aquellos dirigidos a grandes corporaciones y tecnológicas, podría encontrar resistencia tanto a nivel nacional como internacional. Las empresas afectadas podrían recurrir a estrategias legales para minimizar su exposición fiscal, lo que podría retrasar la recaudación de los ingresos proyectados.
Además, la situación económica global y las dinámicas políticas internas también juegan un papel crucial en la efectividad de estas medidas. La incertidumbre económica, tanto a nivel nacional como global, podría afectar el crecimiento económico y, por ende, la capacidad del gobierno para alcanzar sus metas fiscales.
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La propuesta del gobierno brasileño de gravar a las grandes empresas tecnológicas y ajustar otros impuestos corporativos es una respuesta necesaria a los desafíos fiscales que enfrenta el país. Si bien estas medidas tienen el potencial de generar ingresos significativos y asegurar la meta de superávit para 2025, su éxito dependerá de la implementación efectiva y la capacidad del gobierno para navegar los desafíos políticos y económicos que puedan surgir. A medida que Brasil avanza en su agenda fiscal, será crucial mantener un equilibrio entre la recaudación de ingresos y el fomento de un entorno empresarial que permita el crecimiento económico sostenido.