Brasil lidera el crecimiento económico en América Latina, un ciclo virtuoso impulsado por la industria y los servicios
La economía de Brasil se encuentra en una fase de expansión inesperadamente sólida, lo que está generando un creciente optimismo tanto a nivel local como internacional. En el segundo trimestre de 2024 (2T24), el Producto Interno Bruto (PIB) de Brasil aumentó un 1,4% respecto al primer trimestre (1T24) y un 3,3% en comparación con el segundo trimestre de 2023 (2T23). Estos resultados han superado las expectativas de los economistas y expertos financieros, quienes ahora proyectan un crecimiento del PIB más cercano al 3% para el cierre de 2024.
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Este notable desempeño económico ha sido impulsado por el dinamismo de sectores clave como la industria y los servicios, que mostraron aumentos del 3,9% y 3,5%, respectivamente, en el 2T24. Sin embargo, el sector agrícola se contrajo un 2,9%, debido a que en el último año había alcanzado niveles récord que ahora se han estabilizado. A pesar de esta contracción en la agricultura, el crecimiento sostenido en otras áreas de la economía está colocando a Brasil en una posición privilegiada en la región.
Factores clave del crecimiento económico
El crecimiento económico de Brasil en 2024 ha sido sostenido por varios factores clave. Entre ellos destacan el aumento de las exportaciones, el incremento de la inversión privada y una significativa mejora en el mercado laboral. La tasa de inversión en el 2T24 alcanzó el 16,8%, superior al 16,4% del mismo período en 2023, y la formación de capital fijo bruto experimentó un crecimiento interanual del 5,7%.
Según Roberto Troster, ex economista en jefe de la federación bancaria Febraban, «la economía brasileña ha entrado en un ciclo virtuoso, donde factores como el incremento de las exportaciones y la mejora del mercado laboral están generando una espiral positiva de crecimiento». Troster ha ajustado su proyección de crecimiento del PIB para 2024, elevándola del 2,5% al 2,8%, y estima que otros economistas también revisarán sus pronósticos al alza.
Un aspecto clave de este ciclo positivo ha sido el crecimiento industrial, que ha registrado un impresionante 3,9% en el 2T24. Este sector ha sido beneficiado por las mejoras en la productividad, el acceso a nuevas tecnologías y la creciente demanda externa de productos manufacturados. Por su parte, el sector de servicios, que constituye una parte significativa del PIB brasileño, ha crecido un 3,5% en el mismo período, reflejando un mayor consumo interno y una recuperación del turismo y la actividad empresarial.
Perspectivas para 2024 y 2025
La expansión económica observada en 2024 está llevando a los economistas a revisar sus previsiones no solo para este año, sino también para 2025. Según la encuesta semanal realizada por el Banco Central de Brasil a 100 economistas, el pronóstico promedio de crecimiento del PIB para 2024 ha subido a 2,46%, mientras que para 2025 se espera un crecimiento del 1,85%. Sin embargo, expertos como Troster sugieren que las cifras para 2025 también podrían ajustarse al alza, debido a los efectos estadísticos positivos que ha dejado este año.
William Jackson, economista jefe de mercados emergentes en Capital Economics, considera que el fuerte crecimiento del 2T24 ha sido una sorpresa positiva para muchos analistas. Según Jackson, «la economía de Brasil parece estar en camino de alcanzar un crecimiento del 3% para finales de 2024, lo que genera optimismo, aunque también podría incrementar las preocupaciones del Banco Central respecto a la inflación».
Desafíos fiscales y la política monetaria
A pesar del optimismo generalizado sobre el crecimiento económico de Brasil, algunos desafíos permanecen en el horizonte. Uno de los puntos más destacados es el aumento del gasto público, que está ejerciendo presión sobre el nivel de deuda del país. Aunque la expansión económica ha permitido al gobierno implementar políticas más expansivas, existe una creciente preocupación sobre la sostenibilidad de estos niveles de gasto.
Troster advierte que, aunque el crecimiento ha sido favorable, el gobierno brasileño debería considerar revisar el gasto público para evitar un desequilibrio fiscal en el futuro. «En medio de la expansión económica, sería prudente que el gobierno revisara el gasto, pero no estoy seguro de hasta qué punto estaría abierto a discutir un recorte en este momento», comentó.
Por otro lado, la combinación de aumento del gasto público, incremento del salario mínimo y sólidos indicadores económicos podría obligar al Banco Central a subir la tasa de referencia, conocida como Selic, que actualmente se sitúa en el 10,5%. El gobierno ha presentado al Congreso un proyecto de presupuesto para 2025 que incluye un incremento del 6,87% en el salario mínimo, que se elevaría a 1.509 reales (unos 270 dólares). Esto, junto con el gasto público, podría generar presiones inflacionarias que el Banco Central buscaría mitigar con un ajuste de la Selic.
Jackson señala que «la sólida cifra del PIB para el segundo trimestre ha aumentado las probabilidades de que el Banco Central de Brasil suba la tasa Selic en 25 puntos básicos en su próxima reunión del comité de política monetaria (Copom), programada para finales de este mes».
Proyecciones y oportunidades a futuro
A medida que Brasil avanza en este ciclo económico positivo, las oportunidades de crecimiento continúan ampliándose. El sector industrial y de servicios, en particular, parecen estar en una trayectoria de expansión continua. El gobierno ha expresado su intención de seguir impulsando la inversión en infraestructuras y en sectores clave, como la energía y la tecnología, para mantener el ritmo de crecimiento.
En cuanto a las relaciones internacionales, Brasil ha reforzado sus lazos comerciales con países clave, lo que está contribuyendo al crecimiento de las exportaciones. Las empresas brasileñas, en particular las del sector manufacturero y agrícola, se están beneficiando de una mayor demanda de sus productos en mercados como China, Estados Unidos y Europa.
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La economía de Brasil está experimentando un ciclo de crecimiento inesperadamente sólido, impulsado por el dinamismo de los sectores industrial y de servicios, el aumento de las exportaciones y una mejora en el mercado laboral. Aunque persisten desafíos fiscales, el optimismo sigue creciendo, con proyecciones de un crecimiento del PIB cercano al 3% para 2024. A medida que Brasil continúa su expansión, se espera que siga desempeñando un papel clave en la economía de América Latina.