Brasil impulsa la reforma fiscal, nuevas medidas para gravar a tecnológicas y multinacionales en 2025, el gobierno de Brasil, bajo el liderazgo de Luiz Inácio Lula da Silva, está avanzando con medidas significativas para reformar su sistema tributario. En un esfuerzo por aumentar los ingresos fiscales y garantizar la estabilidad económica, se están considerando propuestas para gravar a las grandes empresas tecnológicas y establecer un impuesto mínimo global del 15% para las corporaciones multinacionales. Estas medidas forman parte de un ambicioso proyecto de presupuesto para 2025 que busca alcanzar un superávit primario de 3.700 millones de reales. A continuación, se exploran los detalles de estas propuestas, el contexto económico que las motiva y las posibles implicaciones para Brasil y las empresas involucradas.
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Contexto Económico y Fiscal
Brasil, la mayor economía de América Latina, enfrenta un desafío considerable en la gestión de sus finanzas públicas. La administración de Lula da Silva ha identificado la necesidad de aumentar los ingresos fiscales para cubrir el déficit presupuestario y mantener el ritmo de crecimiento económico. A lo largo de 2024, el gobierno ha estado luchando para equilibrar la necesidad de inversión pública con las restricciones fiscales, un dilema común en economías emergentes.
En su último esfuerzo por estabilizar las finanzas públicas, el Ministerio de Hacienda de Brasil ha anunciado su intención de introducir nuevas medidas tributarias dirigidas a las grandes empresas tecnológicas y a las multinacionales. Estas medidas son parte de un paquete más amplio que incluye la reforma del impuesto de contribución social sobre la renta de las empresas (CSLL) y cambios en los intereses sobre pagos de capital (JCP).
Propuestas Clave del Gobierno
- Impuesto a las Tecnológicas
El gobierno brasileño ha identificado a las grandes empresas tecnológicas como un sector clave para aumentar la recaudación fiscal. En los últimos años, estas empresas han crecido exponencialmente, beneficiándose de la digitalización global y de un entorno regulatorio relativamente laxo en cuanto a impuestos. Sin embargo, la falta de contribuciones fiscales proporcionales a su crecimiento ha generado críticas tanto dentro como fuera de Brasil.En respuesta, el Ministerio de Hacienda ha propuesto gravar a estas empresas con un impuesto específico. Aunque los detalles aún están por definirse, se espera que este impuesto tenga un impacto considerable en la recaudación fiscal, contribuyendo a cerrar el déficit de ingresos previsto para 2025.
- Impuesto Mínimo Global del 15%
Siguiendo la tendencia global y las recomendaciones de organismos internacionales como la OCDE, Brasil busca implementar un impuesto mínimo global del 15% para las corporaciones multinacionales. Este impuesto está diseñado para evitar que las grandes empresas evadan impuestos al trasladar sus ganancias a jurisdicciones con impuestos más bajos.Como presidente del foro G20, Brasil ha sido un firme defensor de esta medida, que busca asegurar una mayor equidad en la recaudación fiscal a nivel global. La implementación de este impuesto podría posicionar a Brasil como un líder en la reforma fiscal internacional, fortaleciendo su influencia en la economía global.
- Reforma del Impuesto de Contribución Social (CSLL)
Otro aspecto clave de la propuesta es la reforma del impuesto de contribución social sobre la renta de las empresas (CSLL). Este impuesto, que actualmente grava las ganancias de las empresas, podría ser ajustado para aumentar la recaudación. Los cambios propuestos incluyen modificaciones en la base imponible y en las tasas aplicables, lo que podría generar ingresos adicionales significativos para el Estado brasileño. - Resolución de Disputas y Negociaciones Tributarias
El gobierno también ha propuesto un nuevo programa de resolución de disputas tributarias, dirigido a grandes contribuyentes. Este programa, que se lanzará en 2025, busca resolver conflictos fiscales pendientes, lo que podría generar hasta 30.000 millones de reales en ingresos adicionales. Este enfoque negociado ha sido bien recibido por algunas de las mayores empresas del país, que han expresado su disposición a liquidar sus deudas fiscales.Además, el Consejo Administrativo Federal de Recursos Fiscales (CARF) podría contribuir con 28.500 millones de reales adicionales mediante fallos en casos administrativos. Estas resoluciones se centran en corregir distorsiones fiscales que han permitido a algunas empresas pagar menos impuestos de los que les corresponden.
Impacto y Perspectivas
La implementación de estas medidas fiscales tendrá un impacto profundo tanto en el entorno empresarial brasileño como en la economía global. Las empresas tecnológicas y multinacionales deberán reevaluar sus estrategias fiscales y operativas en Brasil. Algunas podrían decidir absorber los costos adicionales, mientras que otras podrían optar por trasladarlos a los consumidores, lo que podría tener implicaciones para la inflación y el poder adquisitivo en Brasil.
Por otro lado, estas medidas podrían fortalecer la posición de Brasil como una economía comprometida con la equidad fiscal y la sostenibilidad económica. Al aumentar la recaudación fiscal, el gobierno podría tener más recursos para invertir en infraestructura, educación y salud, lo que a su vez podría impulsar el crecimiento económico a largo plazo.
Desafíos y Críticas
Aunque estas propuestas han sido recibidas con optimismo por algunos sectores, también han surgido críticas. Los opositores argumentan que los nuevos impuestos podrían desalentar la inversión extranjera en Brasil, especialmente en el sector tecnológico, que ha sido un motor clave del crecimiento económico en la última década. Además, las empresas podrían trasladar sus operaciones a países con regímenes fiscales más favorables, lo que podría reducir la competitividad de Brasil en el mercado global.
Por otro lado, algunos economistas advierten que la dependencia de ingresos fiscales extraordinarios, como los generados por la resolución de disputas tributarias, podría ser insostenible a largo plazo. Sugieren que Brasil necesita una reforma fiscal más integral que aborde las desigualdades estructurales en su sistema tributario.
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Brasil se encuentra en una encrucijada fiscal. Las medidas propuestas por el gobierno de Lula da Silva para gravar a las tecnológicas y multinacionales representan un paso audaz hacia la estabilización económica y la equidad fiscal. Sin embargo, su éxito dependerá de la capacidad del gobierno para implementar estas reformas de manera efectiva y equilibrada, sin desalentar la inversión y el crecimiento económico.
A medida que Brasil avanza con estas reformas, el mundo observará de cerca, ya que las lecciones aprendidas en este proceso podrían servir de modelo para otras economías emergentes que enfrentan desafíos similares. La búsqueda de un equilibrio entre la recaudación fiscal y el crecimiento económico seguirá siendo un desafío central para Brasil en los próximos años.