Brasil enfrenta una baja significativa en las exportaciones de café, pero se beneficia de precios internacionales en alza
Durante el primer trimestre de 2025, Brasil, reconocido como el líder mundial en producción y exportación de café, ha experimentado una reducción considerable en el volumen de sus envíos al extranjero. Esta caída, que se acentuó de forma marcada en marzo, contrasta con un incremento sustancial en los ingresos obtenidos, gracias al comportamiento del mercado internacional y a la cotización favorable del grano. La situación refleja una dinámica compleja donde los factores climáticos, económicos y políticos están modelando el presente y el futuro del sector cafetalero brasileño.
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Desaceleración en los envíos: una comparación con un año excepcional
Según el Consejo de Exportadores de Café de Brasil (Cecafé), el país exportó en marzo 3,29 millones de sacos de 60 kilos de café, una cifra que representa una caída del 24,9% respecto al mismo mes del año anterior. A pesar de esta merma en el volumen exportado, los ingresos generados por esas ventas ascendieron a 1.321 millones de dólares, un incremento del 41,8% frente a marzo de 2024.
En términos acumulados, las exportaciones brasileñas de café durante el primer trimestre de 2025 sumaron alrededor de 9,012 millones de sacos, lo que equivale a una reducción del 11,3% respecto al mismo período del año pasado. Sin embargo, el valor total de esas exportaciones se disparó en un 54,3%, alcanzando casi 4.000 millones de dólares.
Este comportamiento, según explicó Márcio Ferreira, presidente de Cecafé, es comprensible al compararse con el desempeño del año anterior, que fue catalogado como un año récord en materia de exportaciones. “Estamos frente a un ajuste natural en el mercado, considerando que en 2024 se alcanzaron niveles históricos tanto en volumen como en ingresos”, indicó.
Precios internacionales: el salvavidas de la industria cafetera
El aumento de los ingresos por exportaciones se debe principalmente a la evolución positiva de los precios del café en los mercados internacionales. Factores como la escasez de oferta en algunos países productores, el encarecimiento del transporte marítimo, y la incertidumbre económica global han impulsado las cotizaciones del grano, lo que ha favorecido a países exportadores como Brasil.
“La valorización del producto compensa la reducción en volumen”, afirmó Ferreira. No obstante, advirtió que esta coyuntura puede cambiar si se modifican las condiciones comerciales internacionales. Entre los riesgos mencionados por el directivo están las nuevas políticas económicas proteccionistas, así como los conflictos comerciales entre potencias económicas, que podrían impactar la demanda global de café.
Uno de los factores que genera mayor preocupación actualmente son los aranceles anunciados por el presidente estadounidense Donald Trump, que han generado inestabilidad en los mercados financieros y comerciales. Esta política ha sido percibida como un elemento que podría ralentizar el comercio global y generar una contracción en la demanda, incluso en sectores tradicionalmente sólidos como el cafetalero.
Clima extremo y producción: una amenaza constante
Más allá de la dinámica comercial y geopolítica, la producción de café en Brasil también se ha visto condicionada por condiciones climáticas extremas, incluyendo sequías prolongadas, olas de calor y fenómenos meteorológicos impredecibles como lluvias fuera de temporada.
Estos eventos han provocado reducciones en la productividad de las plantaciones, especialmente en estados clave como Minas Gerais, Espírito Santo y São Paulo. Los productores han debido enfrentar mayores costos para mantener sus cultivos, además de tener que invertir en tecnologías de riego y mitigación de daños climáticos, lo que encarece aún más el proceso productivo.
Ferreira señaló que las variaciones climáticas podrían continuar afectando la oferta brasileña en los próximos meses, lo que genera una incertidumbre adicional sobre la capacidad de respuesta del país frente a la demanda global.
Estados Unidos y Europa: los principales destinos del café brasileño
A pesar de la caída en el volumen exportado, la demanda internacional por el café brasileño sigue siendo robusta, especialmente desde mercados consolidados como Estados Unidos y Europa.
Durante el primer trimestre de 2025, Estados Unidos fue el principal destino de las exportaciones brasileñas, representando el 16,9% del total. Le siguieron Alemania con un 13,1%, Italia, Japón y Bélgica. Estos cinco países concentran una porción significativa del mercado global del café, lo que convierte a Brasil en un socio comercial estratégico para sus industrias de tostado, procesamiento y distribución.
Este liderazgo en la exportación también se debe a la calidad y diversidad del café brasileño. Las variedades producidas en distintas regiones del país ofrecen perfiles sensoriales que satisfacen distintos gustos y necesidades de consumidores alrededor del mundo.
Café arábigo: el favorito en los mercados internacionales
Entre las distintas variedades que Brasil exporta, el café arábigo sigue liderando ampliamente. En los tres primeros meses del año, esta variedad representó el 84,2% de los envíos totales, con 9,012 millones de sacos enviados al exterior.
El café arábigo se caracteriza por su sabor más suave, menor acidez y notas aromáticas más complejas, lo que lo convierte en el preferido para la elaboración de cafés especiales y de alta gama. La fuerte demanda internacional por esta variedad permite a los productores brasileños obtener precios más elevados por su producto.
En segundo lugar, se ubicó el café soluble, que representó el 9,1% del total exportado entre enero y marzo. Esta categoría ha ganado popularidad en mercados emergentes debido a su facilidad de preparación y al crecimiento del consumo doméstico en países en desarrollo.
Riesgos comerciales y económicos en el horizonte
A pesar del buen comportamiento de los ingresos, las autoridades y actores del sector cafetalero en Brasil se mantienen cautos. Uno de los principales motivos de preocupación es el impacto potencial de los aranceles y medidas proteccionistas que podrían entrar en vigor en los próximos meses, especialmente en Estados Unidos y Europa.
Asimismo, el enfriamiento de la economía global, marcado por tensiones comerciales, inflación y tasas de interés elevadas, podría debilitar la demanda de productos no esenciales como el café, particularmente en segmentos de mayor valor agregado.
Cecafé también advirtió que la competitividad del café brasileño podría verse comprometida si no se mantiene una inversión constante en innovación, sostenibilidad y eficiencia logística. La infraestructura portuaria, el costo del transporte interno y la necesidad de diversificar mercados emergen como temas clave en la agenda del sector para 2025.
Un llamado a la diversificación y sostenibilidad
En este contexto, diversos analistas del sector coinciden en que Brasil debe apostar por la diversificación de mercados y la sostenibilidad de la cadena productiva como pilares de su estrategia exportadora. Si bien los principales destinos actuales siguen mostrando interés por el café brasileño, existe un potencial importante en regiones como el sudeste asiático, el Medio Oriente y África, donde el consumo de café está en expansión.
Al mismo tiempo, las exigencias de los consumidores internacionales en términos de sostenibilidad, comercio justo y prácticas agrícolas responsables están presionando a los exportadores para que adopten estándares más altos en sus procesos. La trazabilidad del producto, el uso eficiente del agua, la reducción de la huella de carbono y el respeto a los derechos laborales se están convirtiendo en factores determinantes para acceder a ciertos mercados.
Brasil ya ha avanzado en estos aspectos, con iniciativas de certificación, programas de agricultura regenerativa y asociaciones público-privadas para apoyar a los pequeños y medianos productores. No obstante, los desafíos siguen siendo significativos, especialmente en regiones con menor infraestructura y acceso a financiamiento.
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Un panorama de contrastes
El primer trimestre de 2025 deja un escenario mixto para la industria cafetera brasileña. Por un lado, la disminución del volumen exportado refleja una combinación de factores estructurales, coyunturales y climáticos que están afectando la capacidad de producción y logística. Por otro, el aumento notable en los ingresos gracias a los precios internacionales ha amortiguado los efectos negativos y permite mantener un flujo económico favorable para el sector.
Sin embargo, este equilibrio es frágil. La industria deberá prepararse para escenarios más complejos, en los que el acceso a mercados, la competitividad productiva y la sostenibilidad ambiental y social serán cada vez más importantes. La capacidad de adaptación y de respuesta estratégica será clave para que Brasil mantenga su liderazgo en el comercio mundial del café en los años venideros.
