Brasil desafía las expectativas económicas, crecimiento impulsado por el gasto y desafíos fiscales emergentes
Brasil continúa demostrando su capacidad para sorprender en el ámbito económico. En el tercer trimestre de 2024, la mayor economía de América Latina volvió a superar las expectativas de crecimiento gracias a un sólido gasto de los consumidores y del gobierno. Esta dinámica, aunque beneficiosa en el corto plazo, plantea desafíos significativos, como el aumento de la inflación y las tensiones en los mercados financieros.
Según datos oficiales publicados el martes, el Producto Interno Bruto (PIB) brasileño creció un 0,9% en el período de julio a septiembre respecto al trimestre anterior. Este desempeño se vio impulsado principalmente por el sector servicios, que representa más de dos tercios de la economía del país y experimentó un crecimiento del 0,9%. Asimismo, la producción industrial creció un 0,6%, reflejando una sólida actividad en fábricas y proyectos de construcción. Sin embargo, el sector agrícola se contrajo un 0,9%, marcando un contraste con el desempeño general.
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El papel clave del consumo y el empleo
El repunte económico de Brasil se atribuye, en gran medida, al fuerte consumo interno. Una tasa de desempleo en niveles históricamente bajos y el aumento de los salarios han permitido a los brasileños gastar más, lo que ha dinamizado el mercado. Esta situación ha fortalecido el argumento del presidente Luiz Inácio Lula da Silva sobre el cumplimiento de sus promesas de mejorar la calidad de vida de los trabajadores.
Lula expresó su satisfacción en las redes sociales, destacando que el PIB continúa creciendo, generando más empleos y colocando más recursos en manos de las familias brasileñas. Este contexto también ha fortalecido la confianza en la política económica de su gobierno, a pesar de los desafíos asociados.
Desafíos económicos emergentes
El crecimiento, sin embargo, no está exento de complicaciones. El avance económico ha alimentado preocupaciones sobre un posible sobrecalentamiento de la economía. Según Adriana Dupita, economista de Bloomberg Economics, este escenario podría llevar al Banco Central de Brasil a mantener una postura más restrictiva en su política monetaria para lograr su objetivo de inflación.
Los costos de endeudamiento en Brasil ya se encuentran en niveles elevados, con la tasa Selic establecida en un 11,25%. A pesar de estos altos tipos de interés, el consumo interno ha mostrado resiliencia. Sin embargo, los analistas advierten que este ciclo de endurecimiento monetario podría generar tensiones significativas en los próximos meses.
Por otro lado, los inversores también han mostrado escepticismo hacia las políticas fiscales del gobierno. La semana pasada, el gobierno presentó un plan para reducir el gasto en 70.000 millones de reales (aproximadamente USD 11.500 millones) en los próximos dos años, una cifra que quedó por debajo de las expectativas del mercado. Esto llevó a una caída en los valores bursátiles de Brasil y un debilitamiento de su moneda frente al dólar.
El dilema fiscal de Brasil
El enfoque del presidente Lula, basado en el aumento del gasto público para estimular el crecimiento, ha generado un debate intenso. Durante sus primeros mandatos, este enfoque fue bien recibido, pero las circunstancias actuales presentan desafíos distintos. Con un déficit presupuestario nominal del 9,5% del PIB en los 12 meses hasta octubre, los economistas instan al gobierno a adoptar medidas más estrictas para equilibrar las cuentas públicas.
William Jackson, economista jefe de mercados emergentes en Capital Economics, describe el déficit como «demasiado elevado» para una economía en esta etapa del ciclo. Este panorama obliga a Lula y su equipo a reconsiderar su estrategia de gasto, especialmente si el crecimiento a largo plazo se ve amenazado por desequilibrios fiscales.
Proyecciones futuras y expectativas del mercado
A pesar del sólido desempeño en 2024, los analistas ven un camino incierto para los próximos años. La combinación de políticas monetarias restrictivas, una inflación persistente y las limitaciones fiscales representan un desafío complejo. Andrés Abadía, economista jefe para América Latina en Pantheon Macroeconomics, anticipa que el ciclo de endurecimiento del banco central continuará, lo que podría limitar la actividad económica en el futuro cercano.
Al mismo tiempo, los mercados financieros se enfrentan a una paradoja. Mientras el crecimiento económico actual podría ser visto como positivo, algunos inversores consideran que una desaceleración controlada sería más saludable para evitar una posible crisis a largo plazo.
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El desempeño económico de Brasil en el tercer trimestre de 2024 destaca tanto las fortalezas como las vulnerabilidades del país. El crecimiento impulsado por el consumo y el gasto público refleja un momento positivo, pero las preocupaciones sobre la inflación, la política fiscal y el sobrecalentamiento de la economía subrayan la necesidad de un enfoque equilibrado y sostenible. A medida que Brasil avanza, las decisiones tomadas en los próximos meses serán cruciales para determinar si puede mantener este impulso sin comprometer la estabilidad económica a largo plazo.