Brasil ante el desafío económico, proyecciones de crecimiento e inflación para 2024 y 2025, la economía de Brasil se enfrenta a un panorama de desafíos y oportunidades en los próximos años. Según el Informe Trimestral de Inflación publicado recientemente por el Banco Central de Brasil, se espera que la mayor economía de América Latina experimente un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 3,5% en 2024, seguido de una desaceleración al 2,1% en 2025. Estas proyecciones representan una leve mejora respecto a los cálculos realizados hace tres meses, lo que indica una revisión optimista basada en el desempeño reciente del país.
Vea también: El declive del Real Brasileño, retos fiscales y desafíos económicos
Crecimiento impulsado por factores clave
El ajuste al alza en las expectativas de crecimiento para 2024, que pasaron del 3,2% al 3,5%, se debe a varias razones. Una de ellas es el desempeño positivo observado en el tercer trimestre de 2024, donde el PIB registró un crecimiento del 0,9% frente al trimestre anterior. Este resultado refleja una recuperación en diversos sectores, especialmente en la agroindustria, que continúa siendo uno de los motores fundamentales de la economía brasileña.
En 2025, aunque el crecimiento será más moderado (2,1%), el Banco Central prevé que la agropecuaria mantendrá un desempeño destacado. La perspectiva de una cosecha récord contribuirá significativamente al PIB, contrarrestando la ralentización esperada en otros sectores debido a una política monetaria más restrictiva y a un menor estímulo fiscal.
Impacto de las políticas monetarias
El Banco Central ha endurecido su política monetaria en respuesta a la creciente inflación. En noviembre de 2024, la institución elevó la tasa básica de interés al 12,25% anual y anunció que continuará con incrementos adicionales hasta abril de 2025. Estas medidas buscan controlar las presiones inflacionarias, pero también implican un freno en el ritmo de crecimiento económico.
En el informe, el Banco Central señaló que «el crecimiento será menor en 2025 debido al menor impulso fiscal, la inflexión de la política monetaria en marcha y un entorno externo menos favorable». Esta combinación de factores limitará la expansión en sectores como la industria y los servicios, mientras que la agroindustria actuará como un amortiguador.
Proyecciones de inflación: Un desafío persistente
En cuanto a la inflación, las proyecciones también han sido revisadas al alza. Tras haber terminado 2023 con una inflación del 4,6%, se estima que esta alcanzará el 4,9% en 2024 y el 4,5% en 2025, antes de estabilizarse en el 3,6% en 2026. Estos niveles superan la meta del Banco Central, que se sitúa en un 3,0% anual con un margen de tolerancia de 1,5 puntos porcentuales.
La presión sobre los precios de los alimentos y la depreciación del real brasileño han sido los principales factores detrás del aumento en las expectativas inflacionarias. A pesar de los esfuerzos por estabilizar el tipo de cambio y controlar los precios internos, la inflación sigue siendo un desafío significativo que afecta tanto a los consumidores como a las empresas.
Contexto global y perspectivas futuras
El entorno económico global también juega un papel crucial en las perspectivas de Brasil. La desaceleración del crecimiento mundial, combinada con condiciones financieras más estrictas en los mercados internacionales, limita las oportunidades de exportación y reduce el margen de maniobra para políticas expansionistas.
Sin embargo, Brasil tiene fortalezas estructurales que podrían ayudar a mitigar estos desafíos. La diversificación de su economía, la resiliencia del sector agroindustrial y los avances en infraestructura son elementos clave que podrían apoyar un crecimiento sostenible en el mediano plazo.
Vea también: La profundización económica entre Brasil y Perú
Las proyecciones del Banco Central de Brasil para 2024 y 2025 reflejan un panorama mixto. Por un lado, el crecimiento del 3,5% previsto para 2024 es un indicio de recuperación económica, pero la desaceleración al 2,1% en 2025 destaca los retos que enfrenta el país en términos de política fiscal y monetaria.
El control de la inflación será crucial para garantizar la estabilidad económica y mejorar las condiciones de vida de la población. A medida que Brasil avanza hacia un escenario de menor crecimiento, la coordinación entre las políticas económicas internas y las estrategias para aprovechar las oportunidades globales será fundamental.