Ventas de supermercados en Argentina refleja la crisis en su economía
Las ventas en supermercados en Argentina cayeron un 17,8% interanual en octubre, reflejando la crisis del consumo y la pérdida de poder adquisitivo. Las ventas en supermercados, autoservicios mayoristas y centros de compras en Argentina registraron una caída significativa durante octubre de 2024, en un contexto marcado por la crisis económica y la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores. Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), las ventas a precios constantes en supermercados se desplomaron un 17,8% interanual en octubre, mientras que el acumulado del año hasta ese mes muestra una caída del 12,3% en comparación con 2023.
El informe del Indec revela que la baja en las ventas no se limita a la comparación interanual. En relación con septiembre, las ventas desestacionalizadas disminuyeron un 1,7%, aunque el índice de tendencia-ciclo presentó un leve aumento del 0,6%, lo que refleja un mercado estancado con variaciones marginales mes a mes.
En cuanto a los rubros con mayores incrementos en precios corrientes, destacan:
Verdulería y frutería (+181,8%).
Lácteos (+178,3%).
Artículos de limpieza y perfumería (+178,0%).
Panadería (+168,8%).
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Estos aumentos reflejan la fuerte presión inflacionaria que afecta a los productos básicos y no básicos.
Por otro lado, el análisis de los medios de pago evidenció un cambio significativo en los hábitos de consumo. Las compras con tarjeta de crédito representaron el 46,3% del total, creciendo un 190,1% interanual en términos nominales, un reflejo del creciente endeudamiento de las familias para sostener el consumo.
En el caso de los autoservicios mayoristas, el Indec reportó una baja interanual del 22,8% en octubre y un acumulado decreciente del 15,4% en el año. Sin embargo, las ventas desestacionalizadas mostraron una leve recuperación mensual del 2,1%, aunque insuficiente para revertir la tendencia negativa.
Los precios de algunos artículos en estos establecimientos también se incrementaron notablemente:
Indumentaria, calzado y textiles para el hogar (+210,9%).
Panadería (+170,0%).
Verdulería y frutería (+149,8%).
Los centros comerciales tampoco escaparon a la crisis. Aunque las ventas nominales crecieron un 127,1% interanual, las ventas a precios constantes cayeron un 7,8%. El consumo en rubros estacionales como perfumería y farmacia (+174,0%) y patio de comidas (+151,0%) reflejó un leve dinamismo, pero insuficiente para compensar las pérdidas.
Además, la desaceleración del consumo se percibe en la actividad previa a la Navidad. Según datos del sector, las jugueterías enfrentaron una baja del 10% en comparación con el año anterior, con un ticket promedio que varía entre $15.000 y $35.000 dependiendo del tipo de comercio.
Especialistas señalan que la caída en las ventas está vinculada con la pérdida del poder adquisitivo. Los salarios reales en el sector público y privado no registrado están un 20% por debajo del nivel del año pasado, afectando el consumo de productos nacionales y promoviendo un aumento de los productos importados.
A pesar de que ciertos indicadores como la estabilidad de precios han permitido un repunte en las ventas financiadas con crédito, el consumo minorista acumulado del año sigue registrando una baja del 12,2%, según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
El panorama para diciembre es incierto. Si bien comerciantes esperan un repunte de última hora impulsado por promociones, las previsiones siguen siendo cautelosas. La Federación de Almaceneros de la Provincia de Buenos Aires apunta a una canasta navideña más austera, con precios que buscan adaptarse a la realidad económica de los consumidores.
Con un consumo que continúa contrayéndose y una recuperación salarial aún distante, el desplome en las ventas de supermercados y otros canales de distribución refleja una crisis estructural que exige soluciones de fondo.
La caída en las ventas de supermercados no es solo un indicador del estado actual de la economía, sino también una señal de alarma sobre el futuro del consumo en Argentina. La pérdida de poder adquisitivo, la inflación y el endeudamiento de las familias están creando un círculo vicioso que afecta tanto a los consumidores como a los comerciantes.
La fuerte presión inflacionaria ha llevado a aumentos significativos en los precios de productos básicos como verduras, frutas, lácteos y artículos de limpieza. Estos aumentos no solo afectan el presupuesto familiar, sino que también reducen la capacidad de consumo de los hogares.
El creciente uso de tarjetas de crédito para sostener el consumo refleja la necesidad de las familias de financiar sus compras ante la falta de liquidez. Este endeudamiento puede tener consecuencias a largo plazo, afectando la estabilidad financiera de los hogares y la economía en general.
La desaceleración del consumo se percibe claramente en la actividad previa a la Navidad. Las jugueterías enfrentan una baja del 10% en comparación con el año anterior, lo que indica una reducción en el gasto navideño. Los comerciantes esperan que las promociones de última hora puedan impulsar las ventas, pero la realidad económica sigue siendo un obstáculo significativo.
Para revertir esta tendencia negativa, se requieren soluciones estructurales que aborden tanto la inflación como el poder adquisitivo de los consumidores. Algunas medidas posibles incluyen:
Políticas de Estabilización de Precios: Implementar políticas que ayuden a estabilizar los precios de los productos básicos y no básicos.
Aumento de Salarios Reales: Trabajar en la recuperación del poder adquisitivo de los salarios, tanto en el sector público como privado.
Crédito Accesible: Facilitar el acceso a créditos con tasas de interés bajas para que las familias puedan financiar sus compras sin caer en el endeudamiento excesivo.
Promoción del Consumo Local: Fomentar el consumo de productos nacionales para fortalecer la economía local y reducir la dependencia de los productos importados.
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El desplome en las ventas de supermercados en Argentina es un reflejo claro de la crisis económica que afecta al país. La pérdida de poder adquisitivo, la inflación y el endeudamiento de las familias están creando un entorno desafiante para el consumo. Sin embargo, con medidas adecuadas y una estrategia a largo plazo, es posible revertir esta tendencia y promover un consumo más sostenible y equitativo.