Supermercados de Argentina en crisis: El impacto de la inflación y la Canasta Básica
El inicio de 2025 ha estado marcado por una fuerte retracción en el consumo en supermercados y autoservicios de Argentina, una situación que preocupa tanto a comerciantes como a economistas. Según datos de un informe privado, las ventas en enero sufrieron una caída del 3,5% interanual, mientras que en febrero el retroceso se acentuó hasta el 9,8%, consolidando un periodo de 15 meses consecutivos de descenso en el consumo masivo.
Un fenómeno que se arrastra desde 2024
Desde mediados de 2024, el consumo ha experimentado una tendencia descendente, con una caída promedio del 10,2% mensual según datos de la consultora Scentia. Los meses más críticos fueron septiembre (-22,3%), octubre (-20,4%) y noviembre (-20%). Sin embargo, desde finales de 2024, la baja ha mostrado signos de desaceleración, aunque la situación sigue siendo preocupante.
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El fenómeno contrasta con el comportamiento del consumo en el segundo semestre de 2023, cuando se registraron incrementos sostenidos, con picos del 8,5% en septiembre y del 8% en octubre. Sin embargo, la nueva aceleración de la inflación y el aumento de los precios de productos básicos han revertido esta tendencia positiva.
Productos y sectores más afectados
Las categorías de productos que han sufrido la mayor contracción incluyen:
Bebidas sin alcohol (-18,8%)
Bebidas con alcohol (-16,2%)
Productos de consumo impulsivo (-10,5%)
Artículos de limpieza para ropa y hogar (-9,7%)
Productos de higiene y cosmética (-8%)
Estos datos reflejan una caída generalizada en la adquisición de productos esenciales y no esenciales, lo que pone en evidencia la menor capacidad de compra de los consumidores y la selección más estricta de bienes prioritarios.
Desigualdad en la caída según regiones
El impacto de la baja en el consumo no ha sido homogéneo en todo el país. En el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), la retracción alcanzó el 8,3%, mientras que en el resto del país la caída fue del 4,9%. Esta diferencia sugiere que la situación económica ha golpeado con mayor intensidad a la capital y sus alrededores, donde el costo de vida es más elevado.
La Canasta Básica y su impacto en el poder adquisitivo
Uno de los factores determinantes en la contracción del consumo ha sido el fuerte incremento de la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que mide la línea de indigencia. En febrero, esta registró un aumento del 3,2%, el más alto desde septiembre de 2024. Este aumento estuvo impulsado principalmente por el incremento en los precios de la carne, un componente esencial en la dieta de los argentinos.
Por otro lado, la Canasta Básica Total (CBT), que define la línea de pobreza, también experimentó un alza del 2,3%.
El costo de vida y la situación de las familias
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), una familia tipo compuesta por dos adultos y dos niños necesitó en febrero $1.057.923 para no ser considerada pobre. Para no caer en la indigencia, requirió al menos $468.108. Estos valores reflejan la creciente dificultad de los hogares argentinos para afrontar sus gastos básicos en un contexto de inflación persistente y pérdida de poder adquisitivo.
Frente a este panorama, los analistas prevén que la tendencia negativa podría mantenerse en los próximos meses, a menos que haya un cambio en las políticas económicas que alivie la presión sobre el poder adquisitivo de los consumidores. Entre las medidas que podrían ayudar a revertir la situación se encuentran:
Políticas que frenen la inflación y estabilicen los precios
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Incremento de los ingresos reales de la población
Mayor acceso al crédito para el consumo
Sin embargo, en un contexto económico inestable, las perspectivas siguen siendo inciertas para los comercios y supermercados que enfrentan uno de los períodos más desafiantes de los últimos años.