Musimundo: Un legado musical en peligro en la era digital
En el bullicioso año de 1952, mientras la Argentina lloraba la pérdida de María Eva Duarte de Perón y celebraba la supervivencia milagrosa de Juan Manuel Fangio en el Gran Premio de Monza, nacía en el corazón del barrio de Villa del Parque una pequeña tienda de discos llamada «Elgar». En aquel entonces, el rock’n’roll apenas asomaba su cabeza en la escena musical, y pocos podían prever el impacto que tendrían unos jóvenes de Liverpool en la industria del entretenimiento.
Cuarenta años después, con Alemania reunificada y Celine Dion dominando las ventas de CD, esa modesta tienda de barrio, ubicada entre Paternal y Agronomía, se había convertido en el gigante de la industria musical en Argentina, controlando casi el 50% del mercado de la música. Fue pionera en la importación de discos compactos y reproductores, y su expansión constante en sucursales y facturación la llevó a ser adquirida por el Grupo Exxel por la impresionante suma de $235 millones de dólares.
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Pero ahora, el año es 2024, y el avance imparable de la inteligencia artificial parece estar transformando todos los aspectos de nuestras vidas. Spotify, la plataforma de transmisión de música líder, ha incorporado la IA para crear listas de reproducción personalizadas según los hábitos de escucha de cada usuario. Mientras tanto, al noroeste de la Provincia de Buenos Aires, como un símbolo de los tiempos cambiantes, se baja una persiana que nunca más volverá a subir: Musimundo, la empresa que alguna vez fue «Elgar» y que luego fue adquirida por el Grupo Exxel, anuncia el cierre de su sucursal en la calle Roque Sáenz Peña, completando así su retirada definitiva del interior de la provincia, un proceso que comenzó en 2018 cuando tuvo que cerrar casi treinta de sus locales en diferentes puntos del país.
La prosperidad de la cadena de venta de música, que luego se diversificó hacia la venta de electrodomésticos en la segunda década del siglo XXI, se vio amenazada por primera vez en 2018, cuando se hizo público el pedido de concurso preventivo por parte de CARSA, una sociedad oriunda del Chaco que se había convertido en accionista de la empresa en 2011. Tras anunciar la reestructuración de una deuda que ascendía a los 3000 millones de pesos argentinos, Musimundo logró salir del concurso preventivo de acreedores, llegando a acuerdos finales con bancos y bonistas en 2021.
Sin embargo, esta operación vino acompañada de una drástica reducción en su operación: entre 2018 y 2019, cerró sucursales en ciudades como Tandil, Chivilcoy, Mercedes, Olavarría, Necochea, Ezeiza y dos locales en Mar del Plata. En esta última ciudad, el cierre fue particularmente traumático, ya que los representantes de Musimundo ofrecieron pagar las indemnizaciones en dieciséis cuotas, una propuesta que los trabajadores despedidos rechazaron rotundamente. La pandemia también afectó la rentabilidad de algunos de sus locales, debido a la caída de las ventas.
A pesar del reciente cierre en la ciudad de Junín, todavía hay algunas señales positivas para Musimundo en 2024: la empresa anunció la incorporación de la comercialización de seguros a su cartera de servicios, y en marzo se observó un gran despliegue publicitario con la iniciativa «Electrofans», una colaboración entre siete cadenas de tecnología del país que ofrecieron descuentos de hasta el 40% y financiación en hasta seis cuotas sin interés.
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Sin embargo, a medida que avanza la era digital y las preferencias de los consumidores cambian, el futuro de Musimundo, una vez líder indiscutible en la industria discográfica argentina, parece más incierto que nunca. La empresa, que alguna vez fue sinónimo de música y entretenimiento, ahora lucha por adaptarse a un mundo cada vez más dominado por la tecnología y el streaming. Solo el tiempo dirá si Musimundo podrá reinventarse y mantener viva su rica historia en los corazones de los argentinos, o si se convertirá en una víctima más del implacable avance del progreso tecnológico.
