Las ventas de las pymes en Argentina caen 15 % en nueve meses
Las pequeñas y medianas empresas (pymes) en Argentina han experimentado una de sus peores caídas en ventas en los últimos años. Según un informe reciente de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), las ventas minoristas de las pymes han acumulado una caída del 15 % en los primeros nueve meses de 2024. Esta tendencia negativa se debe principalmente a la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores en medio de una inflación altísima y un fuerte ajuste económico que ha afectado gravemente al consumo.
El informe de CAME señala que, aunque las ventas siguen cayendo, la velocidad de esa caída parece estar desacelerándose. En septiembre de 2024, las ventas minoristas de las pymes disminuyeron un 5,2 % interanual, a precios constantes. Este porcentaje, aunque aún alarmante, es inferior a las caídas registradas en meses anteriores: en junio, las ventas cayeron un 21,9 %; en julio, un 17,7 %; y en agosto, un 10,5 %. Este patrón sugiere que, aunque el sector sigue atravesando dificultades, la magnitud del declive se está reduciendo gradualmente.
En la comparación mensual, las ventas en septiembre cayeron solo un 0,5 %, lo que contrasta con la disminución del 1,6 % que se había registrado en agosto. Si bien esta reducción en la caída mensual puede interpretarse como una señal de que el mercado está buscando estabilizarse, el panorama general sigue siendo preocupante para las pymes.
Vea también: GDN Argentina lanza promociones exclusivas con descuentos y cuotas hasta octubre
Factores detrás de la caída en las ventas
El principal motor detrás de la caída en las ventas de las pymes es la alta inflación que afecta a Argentina. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), la inflación interanual en agosto de 2024 fue del 236,7 %, lo que ha provocado una significativa pérdida de poder adquisitivo entre los consumidores. Las familias han visto cómo sus ingresos se ven erosionados mes tras mes, lo que ha reducido drásticamente su capacidad para consumir bienes y servicios.
Este aumento en los precios no solo afecta a los consumidores, sino también a los propios comerciantes. Los costos de operación de las pymes han aumentado, lo que ha hecho que muchos comercios no puedan competir en precios con las grandes cadenas o con los comercios mayoristas, que han absorbido una mayor parte del mercado. Según CAME, esta situación ha generado preocupación entre los pequeños comerciantes, ya que muchos consumidores prefieren comprar en grandes tiendas o mayoristas que ofrecen precios más competitivos.
En medio de la crisis económica, uno de los fenómenos más visibles ha sido el cambio en las preferencias de los consumidores hacia productos más baratos. Cada vez más, las familias argentinas están optando por segundas marcas y productos en oferta, dejando de lado las primeras marcas que solían dominar el mercado. Esto es especialmente notable en rubros como alimentos, indumentaria y electrodomésticos.
El informe de CAME destaca que, en el rubro de alimentos, las ventas cayeron un 2,7 % interanual en septiembre, acumulando una caída del 18,6 % en los primeros nueve meses del año. A pesar de esta contracción, el sector parece haber encontrado un piso en su declive, ya que las ventas de alimentos experimentaron un leve aumento del 0,1 % en septiembre en comparación con el mes anterior.
Este cambio en la demanda también ha sido visible en otros rubros, como el de calzado y textiles para el hogar, donde las liquidaciones agresivas y las cuotas a largo plazo han permitido que algunos consumidores continúen comprando, aunque de manera más selectiva y enfocada en ofertas. Sin embargo, en términos generales, la mayoría de las pymes han tenido dificultades para adaptarse a esta nueva realidad de consumo.
La inflación no solo ha afectado el poder adquisitivo de los consumidores, sino que también ha complicado la operación diaria de las pymes. Los precios de los insumos y los costos de operación han subido, obligando a muchos comercios a trasladar estos aumentos a sus productos. Sin embargo, con una demanda debilitada, muchas pymes se encuentran en la disyuntiva de subir precios o mantenerlos y enfrentar una reducción de márgenes que compromete la viabilidad de sus negocios.
Además, la incertidumbre económica ha dificultado la planificación a largo plazo para muchos pequeños comerciantes. Con una inflación mensual que promedió el 4,2 % entre mayo y agosto, y que se espera que se desacelere a un 3,5 % en septiembre, los márgenes de maniobra para planificar estrategias de precios y promociones se han reducido.
Ante este escenario, muchas pymes han intentado adaptarse a las nuevas condiciones del mercado mediante diversas estrategias. Algunas han optado por ajustar sus inventarios y reducir sus costos operativos, mientras que otras han optado por atraer a los consumidores a través de promociones y descuentos agresivos. Las cuotas a largo plazo, especialmente en sectores como electrodomésticos y muebles, han sido una de las herramientas más utilizadas para estimular el consumo, a pesar de la crisis.
A nivel sectorial, CAME ha advertido que la única forma de revertir esta tendencia es mediante una mayor estabilidad económica, que permita a los consumidores recuperar su poder adquisitivo y a las empresas planificar de manera más efectiva. Esto implicaría, entre otras cosas, una baja sostenida de la inflación y políticas que fomenten el crecimiento del consumo interno.
Uno de los problemas adicionales que enfrentan las pymes en Argentina es la competencia desleal con las grandes cadenas y los mayoristas. Según el informe de CAME, muchos pequeños comerciantes han expresado su preocupación por no poder competir con las ofertas de estos actores más grandes, que tienen una mayor capacidad de negociación con los proveedores y pueden ofrecer precios más bajos.
Esta situación ha generado una suerte de «migración» de los consumidores hacia las grandes cadenas, lo que ha afectado aún más las ventas de las pymes. Para muchos pequeños comerciantes, la única opción viable es diferenciarse en términos de calidad de servicio, cercanía y ofertas personalizadas, pero este camino también presenta sus propios desafíos.
Vea también: Llega a Argentina Inteligencia Artificial capaz de reconocer automáticamente un producto al pesarlo
Si bien las ventas de las pymes han mostrado una desaceleración en su caída en los últimos meses, las perspectivas para el resto de 2024 siguen siendo inciertas. La estabilidad de precios que se ha observado en algunos rubros podría ayudar a que las pymes encuentren un punto de equilibrio, pero todo dependerá de cómo evolucione la economía en los próximos meses.
Los analistas esperan que la inflación siga siendo un problema central para las pymes, aunque con una tendencia a desacelerarse gradualmente. En este contexto, las pequeñas y medianas empresas deberán seguir ajustándose a las nuevas realidades del mercado, buscando formas innovadoras de atraer a los consumidores y mantenerse competitivas frente a los grandes actores del mercado.