La venta ilegal callejera ascendió en diciembre: Análisis de Buenos Aires
En diciembre de 2024, la Ciudad de Buenos Aires experimentó un notable incremento en la actividad de venta ilegal callejera, según el último informe del Observatorio de Comercio y Servicios de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC). Aunque el fenómeno ha sido recurrente en los últimos años, la magnitud de su crecimiento durante este período ha encendido alarmas en distintos sectores.
El relevamiento realizado por la CAC entre el 1° y el 30 de diciembre registró 966 puestos de venta ilegal callejera en Buenos Aires. Este dato representa un descenso del 17,4 % respecto al mismo mes del año anterior, pero un aumento significativo del 88,3 % en comparación con noviembre de 2024.
La estacionalidad de diciembre, marcada por las compras navideñas y de fin de año, genera un contexto propicio para el aumento de esta actividad. Sin embargo, el impacto de la venta ilegal no se limita a los comerciantes formales; también afecta a los consumidores y al Estado, que pierde ingresos por impuestos no recaudados.
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El informe destaca que las diez cuadras más perjudicadas concentraron el 98,7 % de los puestos detectados, lo que equivale al 49 % de las cuadras relevadas. La Avenida Avellaneda se posicionó como el epicentro del comercio ilegal, con siete de las diez cuadras más afectadas.
En particular, Av. Avellaneda al 2900 y al 3000 lideraron la lista, con 216 y 185 puestos, respectivamente. Otros focos importantes incluyeron la estación Once, donde se concentra una gran afluencia de personas y una alta demanda de productos de bajo costo.
El rubro de Indumentaria y calzado dominó la oferta de productos ilegales, representando el 76,9 % del total. Este sector ha sido históricamente uno de los más afectados por la venta clandestina, dado su atractivo para los consumidores que buscan precios más bajos.
Alimentos y bebidas ocuparon el segundo lugar, con un 14,3 %. La comercialización de estos productos en condiciones no reguladas plantea riesgos para la salud pública, ya que no cumplen con los controles de calidad e higiene requeridos.
En paralelo al crecimiento de la venta callejera, los casos de piratería también mostraron un incremento. Durante diciembre, se detectaron 504 casos, un 13,8 % más que en noviembre de 2024.
La falsificación de Indumentaria y calzado predominó en Av. Avellaneda, mientras que en la estación Retiro se observaron numerosos casos en el rubro de Óptica, fotografía, relojería y joyería. Estos productos falsificados no solo perjudican a las marcas originales, sino que también generan desconfianza en los consumidores y afectan la competitividad del mercado formal.
La venta ilegal callejera genera múltiples consecuencias negativas. En términos económicos, afecta directamente a los comercios formales, que deben competir con precios más bajos ofrecidos por vendedores informales que no pagan impuestos ni cumplen con regulaciones laborales.
Además, el Estado deja de percibir ingresos fiscales que podrían destinarse a servicios públicos esenciales. Según estimaciones de la CAC, la venta ilegal representa una pérdida millonaria para las arcas públicas, dificultando aún más la recuperación económica del país.
En el ámbito social, esta actividad fomenta la precarización laboral, ya que muchos vendedores trabajan en condiciones informales sin acceso a derechos básicos. También se vincula con redes de contrabando y delincuencia organizada, que utilizan la venta callejera como un canal para distribuir productos ilegales.
Frente a este panorama, la CAC y otras entidades han instado a las autoridades a intensificar los controles y sanciones contra la venta ilegal. Sin embargo, el éxito de estas medidas depende de un enfoque integral que incluya tanto la fiscalización como el apoyo a los sectores más vulnerables.
Es necesario abordar las causas estructurales que impulsan a las personas a participar en esta actividad, como la falta de empleo formal y la creciente desigualdad económica. Programas de capacitación y acceso a microcréditos podrían ofrecer alternativas sostenibles para los vendedores informales, facilitando su transición hacia el mercado formal.
La venta callejera ilegal no es exclusiva de Buenos Aires; es un fenómeno presente en muchas ciudades de América Latina. Sin embargo, su magnitud y persistencia en la capital argentina reflejan problemas estructurales que requieren atención urgente.
Comparativamente, ciudades como Bogotá y Lima han implementado programas para formalizar a los vendedores ambulantes, con resultados mixtos. Estas experiencias podrían servir como referencia para diseñar políticas adaptadas al contexto de Buenos Aires.
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El crecimiento de la venta ilegal callejera en Buenos Aires durante diciembre de 2024 pone de manifiesto una problemática compleja que afecta a múltiples sectores. Aunque las cifras muestran un descenso interanual, el aumento respecto a noviembre subraya la necesidad de adoptar medidas efectivas y sostenibles.
El desafío radica en equilibrar el control de la actividad ilegal con el apoyo a las personas que dependen de ella para subsistir. Solo a través de un enfoque integral será posible reducir el impacto negativo de este fenómeno y fomentar un desarrollo económico más inclusivo y equitativo.