La inflación baja por tercer mes consecutivo y mejora la economía real
En las últimas semanas, Argentina ha experimentado un dato alentador para la economía real: la inflación continúa disminuyendo de manera sostenida. Este fenómeno, que ha captado la atención tanto de analistas como de ciudadanos, ha generado un impacto positivo y palpable en la vida cotidiana de los argentinos, marcando un giro significativo en el panorama económico.
La inflación en Argentina, históricamente un tema preocupante, está mostrando signos de mejora. Durante septiembre, el índice de precios al consumidor logró descender a un 3.5%, perforando la barrera del 4% que había dominado los meses anteriores. Este dato no solo representa una mejora respecto a cifras anteriores, sino que también establece una nueva esperanza para octubre, donde las proyecciones apuntan a una inflación inferior al 3%.
Vea también: Los mayoristas de Argentina lanzan la «Black Week» para impulsar el consumo
Este cambio es especialmente relevante para el actual líder político Javier Milei, quien ha subrayado la lucha contra la inflación como una piedra angular de su estrategia económica. Según el relevamiento de precios minoristas realizado por C&T para la región del Gran Buenos Aires (GBA), octubre cerró con un incremento mensual de apenas 2.8%. Este es el nivel más bajo registrado desde noviembre de 2021 y representa un cambio notable en el ritmo inflacionario.
Desglose de los principales rubros
Los datos del informe indican que la inflación núcleo, aquella que excluye los precios regulados y estacionales, se ubicó en 3.6% durante octubre, mostrando una tendencia a la baja en comparación con el 3.8% registrado en septiembre. Esta reducción refleja un ajuste en los precios de bienes y servicios básicos que afectan directamente el bolsillo de los argentinos.
Bienes y servicios varios: Este rubro lideró los aumentos, impulsado principalmente por el encarecimiento de artículos de tocador.
Salud y educación: Ambas categorías registraron un incremento del 3.5%, en gran medida debido a los servicios asociados, mientras que los bienes relacionados, como medicamentos y útiles escolares, mostraron una moderación en sus precios.
Alimentos y bebidas: Este sector, crucial para el consumo diario, experimentó un aumento del 2.6%, mostrando una desaceleración en comparación con septiembre.
Vivienda y servicios públicos: El ajuste fue del 2.5%, influenciado por la política de contención en las tarifas públicas, especialmente en transporte, donde trenes y subtes vieron incrementos, pero no así los colectivos.
Varios elementos han contribuido a esta desaceleración inflacionaria. En primer lugar, una política más mesurada en cuanto a los ajustes de los servicios públicos ha jugado un papel crucial. Además, la reducción del impuesto PAIS ha facilitado una cierta estabilización en el ritmo de variación del tipo de cambio oficial, lo que ha ayudado a contener los precios de los bienes importados.
Por otro lado, el mercado de bienes duraderos, como electrodomésticos, mostró una estabilidad inusual, atribuida a la ausencia de aumentos significativos en los salarios del servicio doméstico, lo que permitió mantener los costos de mantenimiento del hogar bajo control.
Para Javier Milei, este contexto es más que un simple dato económico. La reducción de la inflación es un triunfo tangible de su enfoque económico y un indicador de que las políticas implementadas están comenzando a rendir frutos. La disminución en la inflación no solo fortalece la economía, sino que también refuerza su posición política, mostrando un compromiso efectivo con las necesidades económicas del país.
Este panorama más favorable también impacta en la percepción de los consumidores, quienes comienzan a experimentar un alivio en sus gastos diarios, especialmente en sectores clave como alimentación, salud y vivienda. Esta percepción es fundamental para generar confianza en la economía y en las políticas gubernamentales, lo que podría traducirse en un mayor apoyo político y una mayor estabilidad económica a largo plazo.
Vea también: Movimientos comerciales en Rosario: Blast abandona esquina icónica de la ciudad
El desafío para el gobierno ahora es mantener esta tendencia a la baja y asegurar que los precios continúen estabilizándose. La clave estará en seguir gestionando cuidadosamente los ajustes en los servicios públicos y en mantener bajo control las presiones sobre el tipo de cambio. Además, será crucial monitorear de cerca los sectores con incrementos más altos, como bienes y servicios varios, para evitar que estos aumentos erosionen los avances logrados en otras áreas.
En conclusión, la baja sostenida de la inflación es un dato alentador que tiene el potencial de transformar la economía argentina, impactando positivamente en la vida de todos los ciudadanos. Aunque aún queda camino por recorrer, los signos actuales de mejora ofrecen un respiro y una nueva esperanza para el futuro económico del país.