La conducta del consumidor ante la agonía del efectivo en Argentina
En Argentina, el uso del efectivo está en plena transformación. Este fenómeno, impulsado por avances tecnológicos, inflación y estrategias comerciales agresivas, está redefiniendo cómo los consumidores realizan sus compras cotidianas en supermercados. Según datos recientes del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el uso de billetes para este tipo de compras alcanzó en octubre de 2024 un mínimo histórico del 16,9%. Este cambio no solo refleja una preferencia creciente por medios electrónicos, sino también una evolución en la relación de los argentinos con el dinero.
El efectivo, que alguna vez dominó las transacciones en supermercados, ha perdido terreno frente a otros medios de pago. En octubre, las compras con tarjeta de débito representaron el 26,3% del total, mientras que las de crédito alcanzaron un 46,3%. Estas cifras evidencian una caída drástica en el uso de billetes, que crecieron solo un 88,5% en términos nominales durante el último año, muy por debajo de la inflación interanual del 193%.
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Según Andrés Borenstein, economista de BTG Pactual, esta tendencia se extiende más allá de los supermercados. “Aunque la informalidad sigue siendo alta, cada vez más personas optan por alternativas electrónicas para sus transacciones”, afirma.
Billeteras virtuales y fintech: los nuevos protagonistas
El crecimiento de las billeteras virtuales y las fintech ha sido clave en esta transformación. Plataformas como Mercado Pago, Ualá y Naranja X han ganado popularidad al ofrecer no solo comodidad, sino también beneficios financieros, como intereses por fondos depositados.
Los datos del Banco Central respaldan esta tendencia: en noviembre de 2024, los pagos con tarjeta de crédito aumentaron un 18,5% interanual, alcanzando 172,2 millones de operaciones. Aunque las tarjetas de débito registraron una leve caída del 4,5%, aún lideran con 240,3 millones de transacciones.
Además, el segmento “Otros” (que incluye códigos QR, vales y gift cards) experimentó un crecimiento del 300% en términos interanuales, superando ampliamente la inflación y representando el 10% de las operaciones en supermercados.
La inflación ha sido un factor determinante en la migración del efectivo hacia medios electrónicos. Con un aumento constante de los precios, los consumidores buscan formas de preservar su poder adquisitivo, y el efectivo, que no genera intereses, se vuelve menos atractivo.
Christian Thomas, CEO de GDN Argentina, destaca cómo esta dinámica ha afectado al sector. “El uso de efectivo está en mínimos históricos, alrededor del 10%. Las billeteras virtuales y las tarjetas están ganando terreno gracias a promociones y descuentos específicos para supermercados”, señala.
En este contexto, las billeteras virtuales han lanzado campañas agresivas para captar usuarios. Plataformas como Modo y Mercado Pago compiten ferozmente, ofreciendo descuentos y beneficios exclusivos en supermercados.
Esta estrategia no solo impulsa el uso de estas herramientas, sino que también refuerza la transición hacia una economía más digital. Según Thomas, el peso de las promociones es tan significativo que, de ser limitado, el crecimiento de las billeteras sería mucho más lento.
Aunque el efectivo sigue siendo relevante en ciertos sectores informales, su papel en las compras cotidianas está en declive. Este cambio no solo refleja una adaptación tecnológica, sino también una evolución cultural en la forma en que los argentinos manejan su dinero.
La tendencia hacia medios electrónicos parece irreversible. Con un mercado cada vez más competitivo y consumidores que valoran la comodidad y los beneficios financieros, el efectivo enfrenta un futuro incierto.
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El cambio en los hábitos de consumo en supermercados argentinos es un ejemplo claro de cómo la tecnología, la economía y las estrategias comerciales pueden transformar profundamente una sociedad. Aunque el efectivo sigue siendo parte de la economía, su rol está disminuyendo rápidamente, abriendo paso a un ecosistema de pagos más moderno y dinámico.
Este proceso, impulsado por la inflación y el avance de las fintech, no solo redefine las transacciones, sino también la relación de los consumidores con el dinero. En un país marcado por la volatilidad económica, la adopción de alternativas electrónicas podría ser una solución para enfrentar los desafíos del futuro.