La carne podría volver a influir en la inflación durante los próximos meses
El mercado de la carne en Argentina ha sido un componente clave para entender la dinámica de la inflación a lo largo del año 2024. Un reciente informe de la Fundación Mediterránea sugiere que, aunque el precio de la carne ha disminuido en términos reales durante los primeros meses del año, su influencia en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) podría cambiar en el futuro próximo. En este artículo, analizaremos la evolución del precio de la carne y su impacto en la inflación, así como las expectativas de cara a los próximos meses.
La evolución del precio de la carne
En el mes de julio de 2024, el precio promedio de la carne vacuna en Argentina se situó en $7.445 por kilo, tomando en cuenta 18 cortes de referencia. Este precio refleja una disminución en términos reales del 16 % desde diciembre de 2023, lo que ha tenido un impacto significativo en la disminución de la inflación durante el primer semestre del año. Según los análisis de la Fundación Mediterránea, la carne, que en diciembre del año anterior había aportado 2,2 puntos porcentuales a la inflación, en julio de 2024 sólo contribuyó con 0,11 puntos. Esta reducción en la incidencia de la carne en el IPC ha sido uno de los factores que ha permitido la desaceleración de la inflación en lo que va del año.
Vea también: La clase media argentina renuncia a los ‘gustitos’ para reducir gastos
Sin embargo, esta tendencia podría revertirse en los próximos meses, impulsada por cambios tanto en la oferta como en la demanda.
La caída del consumo de carne
Uno de los aspectos más relevantes del mercado de la carne en 2024 ha sido la caída del consumo de carne vacuna. Durante el primer semestre del año, el consumo aparente de carne (producción menos exportaciones) cayó un 20 % interanual, alcanzando niveles históricamente bajos. Esta caída en el consumo se debe, en gran medida, a la disminución del poder adquisitivo de las familias argentinas, quienes han optado por alternativas más económicas como el pollo o el cerdo para reducir sus gastos en alimentación.
A pesar de la baja en el precio de la carne vacuna, esta sigue siendo percibida como un producto costoso en comparación con otras opciones. En julio de 2024, un kilo de carne vacuna podía comprarse al mismo nivel promedio que durante el período 2007-2023. Sin embargo, en el mismo mes, con el costo de un kilo de carne vacuna, era posible adquirir casi tres kilos de pollo o un kilo y medio de cerdo. Esta diferencia de precios ha llevado a muchas familias a optar por carnes más baratas, lo que ha contribuido a la baja demanda de carne vacuna.
El panorama para los próximos meses es incierto y dependerá de varios factores, tanto internos como externos. Por un lado, si la actividad económica comienza a repuntar hacia finales de año, es probable que las familias argentinas retornen a sus patrones habituales de consumo, lo que implicaría un aumento en la demanda de carne vacuna. En este escenario, la presión sobre los precios podría ser al alza, ya que las familias estarían dispuestas a pagar más por la carne, disminuyendo la tendencia de sustitución por otras carnes más económicas.
Por otro lado, la oferta de carne también juega un papel crucial en la formación de precios. Durante los primeros siete meses del año, la producción de carne en Argentina cayó casi un 9 % en comparación con el mismo período del año anterior. La faena, es decir, el número de animales sacrificados, ha disminuido, y se espera que la producción total de carne cierre el año por debajo de los niveles récord alcanzados en 2023. Esta caída en la oferta podría generar presiones al alza en los precios de la carne en los próximos meses.
Además, otro factor que podría influir en los precios es la valorización de la hacienda, es decir, el ganado que se destina al mercado interno. Los precios de las vaquillonas y los novillitos, dos categorías clave en la producción de carne, han aumentado entre un 7 % y un 8 % en términos reales en lo que va del año. Este incremento en el costo de la hacienda tiende a trasladarse a los precios en el mostrador, por lo que los consumidores podrían enfrentar aumentos en el precio de la carne durante el último trimestre del año.
Factores externos: exportaciones y aranceles
Otro aspecto relevante en el mercado de la carne es la relación entre los precios internos y las exportaciones. Recientemente, Argentina ha experimentado una reducción de aranceles sobre productos y subproductos cárnicos, lo que podría incentivar a los productores a destinar una mayor parte de su producción al mercado externo. Si esto ocurre, la menor oferta disponible en el mercado interno podría presionar aún más al alza los precios de la carne.
La situación del mercado internacional también juega un rol importante en la evolución del precio de la carne en Argentina. Si los precios internacionales de la carne suben, los productores argentinos podrían encontrar más rentable exportar su producción, reduciendo la oferta disponible para los consumidores locales y, por lo tanto, aumentando los precios en el mercado interno.
Vea también: Argentinos hacen sus compras de agosto haciendo uso de sus tarjetas de crédito
El mercado de la carne en Argentina atraviesa un momento de cambios significativos, con factores tanto internos como externos que podrían alterar la evolución de los precios en los próximos meses. Si bien el precio de la carne ha disminuido en términos reales durante la primera mitad de 2024, su participación en el IPC podría aumentar nuevamente hacia fines de año. Esto dependerá en gran medida de la evolución de la demanda interna, la oferta de carne en el mercado y los factores internacionales relacionados con las exportaciones.
Para los consumidores argentinos, la evolución del precio de la carne será clave en sus decisiones de consumo en los próximos meses. En un contexto económico donde el poder adquisitivo de las familias sigue siendo limitado, la tendencia de sustitución de la carne vacuna por opciones más económicas como el pollo y el cerdo podría continuar. Sin embargo, si los precios de la carne vuelven a subir, su impacto en la inflación podría ser más significativo de lo que ha sido en la primera mitad del año.