Informe revela que hay cerca de 100 puestos callejeros en Rosario
El último informe de venta callejera elaborado por el Departamento de Economía de la Federación de Comercio e Industria de Rosario (FECOI) ha revelado un aumento significativo en la cantidad de puestos ambulantes en el microcentro de la ciudad. Según el relevamiento trimestral realizado en junio, se identificaron 98 puestos de venta de mercadería en la vía pública, distribuidos en un perímetro de 27 cuadras que incluye las peatonales.
Distribución de los puestos callejeros
El estudio mostró que el número de puestos ha crecido en comparación con el segundo trimestre del año anterior y con la observación de marzo de 2023, donde se habían registrado 94 puestos. La calle San Luis sigue siendo la zona con mayor concentración de economía informal, con el 44% de los puestos ubicados en esta vía. Le siguen la calle San Martín con el 24%, la calle Córdoba con el 24%, y la calle Rioja con el 7% del total.
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Detalle por calles y rubros
La calle San Luis, desde la altura 800 hasta la 1700, tiene 43 puestos, representando la mayor concentración en una sola vía. La calle San Martín, desde la altura 700 hasta la 1100, alberga 25 puestos. La calle Córdoba, desde la altura 800 hasta la 1400, cuenta con 23 puestos, y la calle Rioja, desde la altura 900 hasta la 1300, tiene 7 puestos.
En cuanto a los rubros más comercializados, la indumentaria y calzados lideran con un 30% del total de los puestos, seguidos por juguetería con un 18%, alimentos y bebidas con un 14%, y artesanías con un 12%. Otros rubros incluyen óptica, relojería y joyería (10%), accesorios para celulares (10%), y vivero y florería (6%).
El crecimiento de la venta callejera en Rosario refleja diversas dinámicas económicas y sociales. Por un lado, muchos comerciantes informales ven en la calle una oportunidad para ganarse la vida en un contexto económico desafiante. Por otro lado, este aumento también genera debates sobre el impacto en el comercio formal y las regulaciones necesarias para equilibrar la economía urbana.
La expansión de la venta ambulante en Rosario plantea varios desafíos para las autoridades locales y la comunidad en general. La necesidad de regular y organizar estos espacios es fundamental para asegurar que tanto comerciantes como consumidores puedan operar en un entorno seguro y ordenado. Al mismo tiempo, es crucial considerar las necesidades económicas de los vendedores ambulantes, muchos de los cuales dependen de esta actividad para su subsistencia.
Regulación y organización
Para abordar el creciente fenómeno de la venta ambulante, las autoridades locales deben implementar políticas que equilibren las necesidades de los vendedores con las del comercio formal. Esto podría incluir la designación de áreas específicas para la venta ambulante, la provisión de permisos y licencias, y la implementación de medidas de seguridad e higiene. Estas acciones ayudarían a formalizar la economía urbana informal, proporcionando un marco legal y operativo que beneficie a todos los actores involucrados.
Inclusión de los vendedores ambulantes
Es esencial que las políticas de regulación incluyan la voz de los vendedores ambulantes. La participación de estos comerciantes en la elaboración de normativas y en la planificación urbana puede garantizar que sus necesidades y preocupaciones sean adecuadamente abordadas. Esto también podría facilitar la transición de algunos vendedores hacia el comercio formal, ofreciendo oportunidades de capacitación y apoyo financiero.
El rol del comercio formal
El comercio formal también juega un papel crucial en este escenario. Las cámaras de comercio y las asociaciones de comerciantes pueden colaborar con las autoridades locales para encontrar soluciones que beneficien a todos. Esto podría incluir la promoción de mercados temporales o ferias, donde los vendedores ambulantes puedan operar en condiciones reguladas y seguras.
Un enfoque inclusivo hacia la economía urbana informal puede generar múltiples beneficios. La formalización de la venta ambulante no solo mejora las condiciones de trabajo y vida de los vendedores, sino que también contribuye a la economía local a través de impuestos y tasas. Además, una ciudad bien organizada y regulada es más atractiva para los residentes y visitantes, lo que puede impulsar el turismo y el comercio.
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El aumento de puestos callejeros en el centro de Rosario, según el relevamiento de FECOI, pone de manifiesto la necesidad de un enfoque equilibrado y regulado para gestionar la economía urbana informal. La inclusión de los vendedores ambulantes en la planificación y regulación urbana, junto con el apoyo del comercio formal, puede crear un entorno más justo y próspero para todos. Al implementar políticas inclusivas y organizadas, Rosario puede transformar el desafío de la venta ambulante en una oportunidad para el desarrollo económico y social.