En Argentina los costos logísticos aumentan en marzo y afectan a toda la cadena
La logística, considerada el sistema circulatorio de cualquier economía moderna, atraviesa un nuevo incremento en Argentina. Según el último informe elaborado por la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) en conjunto con el Centro Tecnológico de Transporte, Tránsito y Seguridad Vial (C3T), y presentado por la Cámara Empresaria de Operadores Logísticos (CEDOL), los costos logísticos nacionales experimentaron un aumento del 1,93% en marzo de 2025.
Esta cifra no es menor. Representa una continuidad en la tendencia alcista que desde hace años viene golpeando al sector logístico, que es clave para el funcionamiento de la economía. Desde el abastecimiento de alimentos y medicamentos hasta la distribución de productos industriales, los servicios logísticos se ven directamente afectados por múltiples variables que impactan de forma directa en los precios finales que enfrentan tanto empresas como consumidores.
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El informe detalla las distintas variables que explican este nuevo aumento. Uno de los elementos más destacados de marzo fue la entrada en vigencia del primer tramo de la actualización paritaria, que representó un ajuste del 1,2% en los costos laborales. Este factor, recurrente en el panorama económico argentino, sigue siendo una de las principales fuentes de presión sobre los costos empresariales.
A su vez, se registraron subas en rubros específicos como las comunicaciones (2,29%), los alquileres de infraestructura (3,77%) y la energía (2,33%). También impactaron en la estructura de costos el Índice de Precios Internos al por Mayor (IPIM), que subió un 1,64%, y el precio del film stretch, un material básico para el embalaje y protección de mercadería, que tuvo un fuerte incremento del 6,43%.
El componente del transporte: una parte crítica del problema
Cuando se analiza el componente de costos “con transporte”, el informe muestra incrementos en casi todas las categorías que conforman esta variable. El combustible, uno de los principales insumos en el rubro logístico, tuvo una suba del 2,01%. A esto se suman los aumentos en lubricantes (3,25%), reparaciones de unidades (2,34%), materiales rodantes (2,56%) y seguros (1,41%). También se encarecieron los costos financieros (2%) y los gastos generales (2,68%), lo que deja en evidencia que el alza fue generalizada y no se limitó a un solo rubro.
CEDOL destacó que estos incrementos se basan en elementos objetivos y de carácter público, cuya evolución se puede seguir mes a mes. Estos datos son útiles para transparentar el comportamiento de los precios y permiten que las empresas planifiquen con mayor información, aunque no necesariamente con mayor margen de maniobra.
¿Por qué es relevante monitorear los costos logísticos?
El costo logístico no es un dato aislado: tiene impacto directo sobre toda la economía. Cada incremento en este rubro implica un encarecimiento en la distribución de bienes y, por lo tanto, termina afectando a todos los sectores productivos que dependen de un eficiente sistema de transporte y almacenamiento.
Un alza sostenida en los costos logísticos puede llevar a que muchas empresas opten por reducir sus márgenes de rentabilidad, trasladar los aumentos al consumidor final o incluso reconsiderar su estrategia de distribución. Esto no solo genera tensiones en los precios, sino que también puede provocar desabastecimientos, retrasos en entregas y una menor competitividad de los productos argentinos tanto a nivel interno como externo.
Por ejemplo, en un contexto de inflación elevada, cada punto porcentual adicional en los costos logísticos se convierte en una amenaza para la estabilidad de precios en los supermercados, farmacias o tiendas minoristas. Del mismo modo, las pequeñas y medianas empresas, que no siempre cuentan con estructura para absorber estos aumentos, se ven forzadas a tomar decisiones que pueden comprometer su sostenibilidad.
Costos medibles y la exclusión de improductividades
Un punto interesante que plantea el informe es que el índice de costos logísticos excluye intencionalmente las “improductividades”, es decir, aquellos costos adicionales derivados de ineficiencias externas al operador logístico. Esto incluye, por ejemplo, demoras por cortes de ruta, paros gremiales, trámites burocráticos excesivos o falta de infraestructura adecuada.
Este enfoque busca aislar los aumentos genuinos, es decir, los que se pueden calcular y seguir de forma objetiva, y que responden a factores claramente identificables. De esta forma, el indicador ofrece una herramienta confiable para evaluar la evolución de los precios sin distorsiones asociadas a contingencias coyunturales.
Sin embargo, no se puede perder de vista que estas improductividades, aunque no figuren en el índice, siguen existiendo y afectando al sector. En muchos casos, son justamente estos factores “ocultos” los que hacen más complejo el trabajo de los operadores logísticos y generan sobrecostos difíciles de calcular pero que terminan influyendo en la eficiencia general del sistema.
Argentina enfrenta un desafío estructural en materia logística. No se trata únicamente del monitoreo mensual de los costos, sino de la necesidad de generar políticas públicas de largo plazo que permitan reducir la presión sobre este sector.
Algunos de los temas que requieren atención urgente incluyen la modernización de la infraestructura vial y ferroviaria, la inversión en tecnología para la trazabilidad y digitalización de procesos, y la capacitación constante del capital humano. A su vez, la integración de los distintos modos de transporte (carretero, ferroviario, fluvial) podría aportar a una logística más eficiente y menos costosa.
También se vuelve necesario revisar el marco regulatorio y los sistemas impositivos que inciden sobre la actividad. Muchas veces, los operadores logísticos deben enfrentarse a una carga fiscal excesiva, lo que reduce su capacidad de inversión y adaptación a las nuevas exigencias del mercado.
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Si bien el aumento del 1,93% en marzo puede parecer moderado en comparación con otros meses más volátiles, la acumulación de subas mensuales genera un efecto compuesto que termina afectando seriamente al sector. Por eso, más allá de los números puntuales, lo que se requiere es una estrategia nacional que contemple el desarrollo logístico como parte integral del crecimiento económico.
La logística no es un lujo ni un costo secundario. Es un componente esencial para la competitividad, la integración regional y la sostenibilidad del sistema productivo argentino. Si no se actúa con decisión, los aumentos constantes seguirán erosionando la rentabilidad de las empresas y el poder de compra de los consumidores.