El primer mes de gestión del economista Javier Milei en la Presidencia ha sido objeto de escrutinio y debate. Más allá de las consideraciones políticas, es crucial examinar los resultados y acciones en materia económica y monetaria. Un análisis detallado arroja luces sobre el rumbo del gobierno en estos aspectos, destacando tanto logros como desafíos pendientes.
Uno de los principales logros que se destacan es la obtención de un superávit financiero, un hito importante en el plan de Milei. A pesar de las obligaciones de pago de intereses de bonos reestructurados en 2020, el gobierno logró ingresar más de lo que gastó en el primer mes de gestión. Este superávit es crucial, ya que significa que el Banco Central no necesita transferir fondos al Tesoro para financiar el déficit fiscal, cumpliendo así con una premisa fundamental de la administración de Milei.
La reducción del gasto en intereses, que fue significativamente alto en enero, también es un punto a favor. Esta reducción se espera que alivie las cuentas del Tesoro en los próximos meses, proporcionando un respiro financiero hasta junio.
Sin embargo, estos logros vienen acompañados de desafíos y preocupaciones importantes. Para lograr el superávit, se implementaron recortes brutales en el gasto público, especialmente en áreas como jubilaciones y pensiones, salarios, transferencias a provincias y universidades. Estos recortes representan una disminución del 32% en términos reales en jubilaciones y pensiones, un 18% en salarios públicos, un 50% en transferencias a provincias y un 18% en universidades, en comparación con enero del año anterior.
Es importante señalar que esta reducción del gasto no se debe a reformas estructurales, sino más bien a la inflación que licua los fondos asignados. Este enfoque plantea preguntas importantes sobre la sostenibilidad a largo plazo del superávit fiscal obtenido de esta manera.
Además, mientras que los ingresos relacionados con el comercio exterior han aumentado, como el impuesto PAIS a las importaciones, los ingresos por impuestos como Ganancias, que se coparticipan con las provincias, han disminuido significativamente. Este desequilibrio ha generado descontento entre los gobernadores, que han pedido compensaciones para hacer frente a la pérdida de ingresos.
En resumen, el primer mes de Milei en la Presidencia ha cumplido con la promesa básica de lograr un superávit fiscal y cero emisiones para financiar al Tesoro. Sin embargo, este logro ha venido acompañado de recortes drásticos en el gasto público y preocupaciones sobre la sostenibilidad a largo plazo de esta estrategia. La reducción del gasto se ha centrado en licuar partidas presupuestarias en lugar de implementar reformas estructurales, lo que plantea interrogantes sobre la viabilidad a largo plazo de este enfoque. Además, los desequilibrios en los ingresos generan tensiones con los gobiernos provinciales, lo que subraya la complejidad de los desafíos económicos que enfrenta el gobierno de Milei en su primer mes de gestión.