El impacto de la carga laboral en la competitividad argentina actual
Un reciente informe de la Cámara Argentina de Distribuidores y Autoservicios Mayoristas (CADAM) ha puesto en evidencia el elevado peso de los costos laborales en el país. Según el análisis, de cada $1.241.189 que un empleador destina a un trabajador, solo $457.312 terminan en sus manos. Esta situación refleja la gran cantidad de aportes y contribuciones obligatorias que encarecen la contratación y reducen la competitividad de las empresas.
Una estructura de costos que afecta el salario neto
La estructura de costos laborales en Argentina está compuesta por una serie de contribuciones patronales, aportes sindicales, seguros obligatorios y cargas sociales. Entre ellos se encuentran:
Aportes a capacitación profesional: Empresas deben contribuir al Instituto Argentino de Capacitación Profesional y Tecnológica para el Comercio (INACAP), aunque el trabajador no reciba formación directa.
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Contribución solidaria a la obra social OSECAC: Nacida en la pandemia, esta cuota sigue vigente a pesar del cambio de contexto. Actualmente, las empresas deben pagar $5.500 por empleado, tenga o no esa obra social.
Seguro obligatorio «La Estrella»: Un fondo de retiro del 2,5% del salario, administrado por una empresa designada por el sindicato, sin posibilidad de elección para el trabajador.
El seguro «La Estrella» y la pérdida de valor del ahorro previsional
Este seguro, creado en la década del 90, tiene como objetivo complementar el sistema previsional de los empleados de comercio. Sin embargo, la forma en que se administra genera preocupaciones:
Solo el 50% de lo aportado se acumula en una cuenta individual del trabajador.
La tasa de ajuste del capital es significativamente inferior a la inflación. Por ejemplo, en septiembre de 2024 el ajuste fue del 1,85%, mientras que el IPC del mismo período alcanzó el 3,5%, erosionando el valor real de los ahorros previsionales.
Aportes sindicales obligatorios, afiliados o no
Otro factor que incide en el salario neto de los trabajadores es el aporte obligatorio al sindicato, que se descuenta independientemente de la afiliación del empleado. Como resultado, de los $1.241.189 destinados por el empleador, el trabajador solo recibe el 69,2% ($858.322) antes de impuestos al consumo.
La carga impositiva reduce aún más el poder adquisitivo
Una vez que el trabajador recibe su salario neto, debe enfrentar una serie de impuestos al consumo que erosionan su poder adquisitivo:
IVA (21%) sobre la mayoría de bienes y servicios.
Ingresos Brutos (aproximadamente 13%), aplicado a lo largo de la cadena productiva.
Tasas municipales, como Seguridad e Higiene.
Impuesto a los débitos y créditos bancarios (1,2%) por cada transacción.
Luego de estas deducciones impositivas, el poder adquisitivo real del trabajador se reduce a solo $457.312, lo que equivale al 36,84% del costo laboral total aportado por la empresa.
Las consecuencias de un sistema costoso y poco eficiente
Desde CADAM sostienen que esta estructura de costos contribuye a:
Menor competitividad de las pymes, que deben afrontar altos costos para emplear formalmente.
Aumento de la informalidad laboral, ya que muchas empresas no pueden asumir el costo de las cargas sociales y buscan alternativas no registradas.
Mayor nivel de pobreza, ya que los salarios netos son insuficientes para cubrir las necesidades básicas en un contexto inflacionario.
Un proyecto de ley busca reducir la carga impositiva
Ante esta situación, la diputada Marcela Pagano ha impulsado un proyecto de ley que busca eliminar los aportes obligatorios incluidos en las paritarias y que benefician a los sindicatos. El debate sobre esta iniciativa se dará en la Cámara de Diputados en los próximos días.
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La discusión sobre los costos laborales en Argentina es clave para definir el futuro del empleo formal y la competitividad empresarial. La reducción de cargas podría mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores y fomentar la creación de nuevos puestos de trabajo.