El futuro del mundo cripto: Blockchain, Inteligencia Artificial y el caso argentino
La tecnología blockchain y la criptoeconomía han revolucionado el panorama financiero global, y Argentina se ha posicionado como un país clave en este ámbito. Según Ariel Scaliter, director del área de blockchain y criptoeconomía de la Universidad del CEMA (Ucema) y fundador de Agrotoken, el futuro de las criptomonedas y su interacción con otros avances tecnológicos, como la inteligencia artificial, abre un abanico de posibilidades fascinantes. Este artículo explora el impacto de estas tecnologías, las particularidades del mercado argentino y las tendencias que marcarán el rumbo del mundo cripto en los próximos años.
Argentina: un caso singular en el mundo cripto
Argentina se destaca como uno de los países con mayor adopción de criptomonedas en el mundo. Las restricciones a la compra de dólares y la devaluación constante del peso argentino han llevado a la población a buscar alternativas para preservar el valor de sus ahorros. Según Scaliter, más de la mitad de los argentinos ha interactuado con criptomonedas en algún momento, siendo las stablecoins —monedas digitales vinculadas al valor del dólar— las más populares.
Vea también: La marca rosarina Ave apuesta por Uruguay y refuerza su e-Commerce
El Bitcoin, considerado por muchos como el «oro digital», también tiene una base sólida en el país. Argentina fue pionera en su adopción, con varios de los primeros usuarios globales emergiendo de este mercado. «Cuando una moneda local pierde valor, las personas buscan alternativas más confiables, y las criptomonedas ofrecen esa posibilidad», señala Scaliter.
Tipos de criptomonedas y sus usos
Scaliter diferencia entre los diversos tipos de criptomonedas, cada una con características y usos específicos:
Bitcoin: Es una reserva de valor con una cantidad limitada de 21 millones de unidades. Su seguridad y descentralización lo convierten en una opción confiable para preservar riqueza.
Monedas de utilidad: Ethereum, Cardano y otras funcionan como sistemas operativos para desarrollar aplicaciones descentralizadas. Su éxito depende de la adopción de los protocolos que representan.
Stablecoins: Vinculadas a activos como el dólar, ofrecen estabilidad y son ideales para quienes buscan protegerse de la volatilidad.
Memecoins: Monedas especulativas sin respaldo tangible, comparables a objetos coleccionables.
El impacto global: de El Salvador a Estados Unidos
El Salvador se ha convertido en un «showroom» para el mundo cripto, al adoptar Bitcoin como moneda de curso legal y atraer inversiones relacionadas con blockchain. Aunque su economía no tiene la escala de países más grandes, su estrategia ha captado la atención global. Según Scaliter, la decisión del gobierno salvadoreño de almacenar reservas en Bitcoin podría ser replicada por otras naciones en el futuro.
En Estados Unidos, la llegada de Donald Trump al poder ha generado expectativas positivas para el mundo cripto. Durante su campaña, Trump mostró interés en la digitalización financiera, lo que podría impulsar la adopción de criptomonedas a nivel institucional y gubernamental.
Blockchain e inteligencia artificial: una combinación prometedora
La integración de blockchain con inteligencia artificial (IA) es una de las tendencias más emocionantes en el ámbito tecnológico. Scaliter destaca que muchas nuevas criptomonedas están vinculadas a compañías de IA, representando sistemas operativos diseñados para agentes autónomos. «La combinación de blockchain e inteligencia artificial tiene el potencial de transformar industrias enteras», asegura.
En este contexto, las aplicaciones prácticas de blockchain están ganando terreno. Empresas como Agrotoken, fundada por Scaliter, están digitalizando activos del mundo físico, como los granos, para facilitar transacciones y garantizar créditos. Esta tecnología permite a los agricultores usar sus cosechas como garantía para obtener financiamiento, democratizando el acceso al crédito y mejorando la eficiencia del sector agrícola.
Scaliter visualiza un futuro donde la economía global estará completamente digitalizada y tokenizada. Cada individuo podrá elegir en qué activos ahorrar, desde criptomonedas hasta bienes tangibles como oro o granos. Este modelo fomentará una competencia más justa entre monedas, obligando a los gobiernos a mejorar la eficiencia de sus economías para hacer sus monedas más atractivas.
«Los Estados tendrán que competir con multimonedas, ofreciendo incentivos para que las personas elijan sus monedas frente a otras alternativas», explica Scaliter. Además, la capacidad de los gobiernos para recaudar impuestos en su moneda local les otorga una ventaja estratégica en este escenario.
El papel de los grandes inversores y la escasez de Bitcoin
Con solo 21 millones de Bitcoins disponibles, la demanda de este activo está en constante crecimiento. Scaliter predice que la entrada de grandes instituciones financieras y gobiernos al mercado de Bitcoin impulsará su valor a largo plazo. Actualmente, menos del 1.5% de las carteras más grandes del mundo están invertidas en Bitcoin, pero este porcentaje podría duplicarse en los próximos años, generando un aumento significativo en su precio.
Argentina como líder en innovación cripto
A pesar de los desafíos económicos, Argentina se ha convertido en un laboratorio de innovación para la criptoeconomía. La creatividad y la adaptabilidad de los argentinos han permitido que el país esté a la vanguardia en la adopción y desarrollo de soluciones basadas en blockchain. Desde proyectos como Agrotoken hasta la creciente popularidad de las stablecoins, Argentina es un modelo a seguir para otros países en desarrollo.
Vea también: Gucci y la realidad de su llegada a Argentina: Un mercado distante
El mundo cripto se encuentra en una etapa de transformación acelerada, impulsada por la convergencia de tecnologías como blockchain e inteligencia artificial. Argentina, con su alta adopción de criptomonedas y su capacidad para innovar en contextos adversos, se posiciona como un actor clave en este ecosistema global. A medida que más gobiernos, empresas e inversores adopten estas tecnologías, el futuro de la economía digital promete ser más inclusivo, eficiente y descentralizado.
