El enoturismo argentino se consolida con nuevas ofertas en todo el país
En los últimos años, el enoturismo ha experimentado un notable auge en Argentina, convirtiéndose en una de las actividades turísticas más populares y beneficiosas para las economías regionales. Esta modalidad de turismo, enfocada en visitar bodegas y disfrutar de la experiencia del vino, ha crecido rápidamente desde 2019. En la actualidad, 16 de las 19 provincias vitivinícolas del país ofrecen servicios relacionados al turismo del vino, lo que representa una oportunidad única para los amantes de la enología y un motor de desarrollo para diversas localidades.
En el centro de esta evolución se encuentra Mendoza, reconocida como una de las Grandes Capitales Mundiales del Vino desde 2005. La provincia, que es también la principal región productora de vino del país, ha desarrollado una infraestructura robusta para recibir a visitantes tanto nacionales como internacionales. Esta incluye restaurantes ubicados en bodegas, tours guiados, degustaciones y eventos especiales, todos diseñados para brindar una experiencia integral que combina tradición y modernidad.
Vea también: Salomon Argentina apuesta a una nueva tienda en Unicenter con innovación
El crecimiento del enoturismo en Argentina se refleja en el aumento de bodegas abiertas al público. En 2019, alrededor de 200 bodegas ofrecían actividades para visitantes; hoy, esa cifra se ha duplicado, alcanzando más de 400 establecimientos en todo el país. De acuerdo con datos actualizados a 2023 del Observatorio Vitivinícola, Mendoza lidera esta tendencia con 180 bodegas abiertas al turismo, seguida por Salta con 30 y Catamarca con 29. San Juan y Córdoba completan el top cinco, con 27 y 23 bodegas respectivamente.
Este incremento no solo beneficia a los productores de vino, sino también a otros sectores económicos de cada región, como la gastronomía, la hotelería y los servicios de transporte. Además, la ampliación de la oferta de enoturismo ha permitido diversificar las actividades, creando experiencias únicas que van desde visitas a antiguas bodegas hasta recorridos enológicos a caballo y catas en lugares de alto valor paisajístico.
Enoturismo: un pilar económico en las economías locales
El enoturismo es hoy un pilar económico clave en 19 regiones argentinas, con especial impacto en provincias como Mendoza, Salta, San Juan, La Rioja, Córdoba y Río Negro. La posibilidad de recibir visitantes locales y extranjeros ha consolidado al sector vitivinícola como un motor de crecimiento regional, al generar empleo y promover la inversión en infraestructura y servicios.
Por ejemplo, en Mendoza, el enoturismo atrae anualmente a aproximadamente 3.8 millones de visitantes, lo cual es una cifra significativa al comparar con la población de la provincia, que ronda los dos millones de habitantes. Este flujo de turistas no solo ha impulsado la venta directa de vinos, sino que también ha permitido que los productores locales obtengan una mayor exposición y reconocimiento en mercados nacionales e internacionales.
El perfil del enoturista en Argentina
El Observatorio Vitivinícola ha realizado estudios que permiten conocer más acerca de los visitantes de las bodegas argentinas. En cuanto a los turistas nacionales, se observa que el 39.3% de quienes visitan bodegas optan por una estadía de entre tres y cinco noches, mientras que un 22.3% permanece en la región por una semana completa. Durante su estadía, la mayoría visita entre una y dos bodegas, mientras que el 10.9% recorre seis o más establecimientos, demostrando así un interés creciente en explorar diferentes bodegas y regiones.
En el caso de los turistas extranjeros, el perfil muestra una estadía prolongada. El 31.3% de los visitantes internacionales se queda más de diez noches, mientras que un 23.8% elige una estadía de entre ocho y diez noches. Los extranjeros suelen visitar más bodegas durante su estancia, lo cual refleja el atractivo que representa el enoturismo argentino a nivel internacional.
Además, un dato interesante sobre el perfil etario de los enoturistas nacionales muestra que el 45% de los visitantes tiene menos de 35 años, siendo los adultos jóvenes entre 25 y 35 años quienes más visitan bodegas. Por otro lado, entre los turistas internacionales, el grupo mayoritario está compuesto por personas de entre 36 y 50 años (41.9%), aunque la participación de los jóvenes también es significativa, con un 40.7% de visitantes de entre 18 y 35 años.
Impacto económico y consumo de vino
El crecimiento del enoturismo ha tenido un impacto directo en el consumo de vino. Según datos de encuestas realizadas en 2022 en diferentes bodegas, se registraron 1,264,004 visitas, las cuales generaron la venta de 732,281 botellas de vino. Esto se traduce en un promedio de una botella vendida por cada 1.72 visitantes. Además de las ventas directas, la popularidad del enoturismo ha generado un efecto positivo en la percepción de los vinos argentinos en el mercado global, consolidando al país como un destino enológico de referencia.
Uno de los temas centrales en el reciente evento de las IV Jornadas Nacionales de Turismo del Vino, organizadas por la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar) junto con la Secretaría de Turismo y el Gobierno de Mendoza, fue el papel de la sostenibilidad y la innovación en el futuro del enoturismo. Las bodegas argentinas están trabajando para integrar prácticas sustentables que van desde el uso de energías renovables hasta la reducción de desechos y la promoción de la biodiversidad en los viñedos. La sostenibilidad es ahora una prioridad en el desarrollo de las actividades enoturísticas, y cada vez más establecimientos ofrecen experiencias en las que los visitantes pueden aprender sobre estos esfuerzos ambientales.
Además de la sostenibilidad, la innovación ha sido un motor de cambio en el enoturismo. Muchas bodegas han comenzado a incorporar tecnologías avanzadas en sus instalaciones para mejorar la experiencia del visitante, como aplicaciones móviles que facilitan recorridos autoguiados, sistemas de realidad aumentada para mostrar el proceso de elaboración del vino y catas interactivas que permiten a los turistas experimentar diferentes etapas del proceso de vinificación.
Vea también: Estrategias de Nuevo Quilmes Plaza para mantener al consumidor interesado
El enoturismo en Argentina muestra un potencial de crecimiento enorme, y su desarrollo en los próximos años dependerá de la capacidad de las bodegas y de las provincias vitivinícolas para adaptarse a las demandas de un mercado cada vez más competitivo y exigente. La diversificación de las experiencias, la inversión en infraestructura, la sostenibilidad y la innovación serán factores clave para atraer a más visitantes y consolidar el enoturismo como una industria pujante.
El enoturismo argentino es hoy un fenómeno de gran impacto económico y cultural, que no solo enriquece la oferta turística del país, sino que también fortalece las economías regionales. Con una oferta variada que abarca casi todo el país, el enoturismo se ha convertido en una puerta abierta para que turistas locales e internacionales conozcan la riqueza vitivinícola de Argentina y disfruten de una experiencia inolvidable en medio de los majestuosos paisajes de viñedos.