Crisis en el sector textil argentino: Caídas en ventas y empleo
El 70 % de las empresas reporta pérdidas y el 50 % despidos
El sector textil e indumentaria en Argentina atraviesa una de sus crisis más profundas en los últimos años. Según la Encuesta de Coyuntura del tercer trimestre de 2024, realizada por la Fundación ProTejer, la mayoría de las empresas del sector enfrentan caídas significativas en ventas, producción y empleo, consolidando un panorama preocupante para esta industria clave de la economía nacional.
Producción y ventas en caída libre
El informe destaca que la producción textil se encuentra un 19 % por debajo de los niveles alcanzados en el mismo período de 2023. Este dato refleja nueve meses consecutivos de contracción interanual, aunque con una leve desaceleración respecto a los primeros meses del año.
En cuanto a las ventas, el 70 % de las empresas encuestadas reportaron disminuciones, con una caída promedio del 18 % interanual. Estas cifras no solo afectan la rentabilidad de las empresas, sino que también impactan en la sostenibilidad de la cadena de valor textil, que abarca desde la producción de fibras hasta la confección y comercialización de prendas.
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Otro indicador preocupante es el uso de la capacidad instalada, que se redujo en el 64 % de las empresas relevadas. En promedio, este indicador cayó 12 puntos porcentuales en comparación con el mismo trimestre del año anterior, lo que evidencia un sector operando muy por debajo de su potencial.
La capacidad instalada ociosa no solo implica una menor producción, sino que también aumenta los costos fijos por unidad producida, poniendo en riesgo la viabilidad de muchas empresas, especialmente las pequeñas y medianas (pymes), que representan el 80 % del sector.
Las causas de esta crisis son múltiples y complejas. Según las empresas encuestadas, los principales factores incluyen:
Pérdida del poder adquisitivo: La inflación persistente y la caída de los ingresos reales de los consumidores han reducido la demanda de productos textiles, considerados bienes semidurables y, por ende, prescindibles en tiempos de crisis económica.
Apertura de importaciones: Las políticas del actual gobierno, que han facilitado la entrada de productos importados, han generado una competencia desleal para las empresas locales, que enfrentan costos de producción más altos.
Restricciones financieras: Las altas tasas de interés y la falta de acceso al crédito dificultan las inversiones necesarias para modernizar equipos o adaptarse a un mercado cambiante.
El empleo en el sector textil refleja de manera alarmante la magnitud de la crisis. Según el informe, el 43 % de las empresas redujo su plantilla de trabajadores entre septiembre de 2024 y diciembre de 2023. Las medidas más comunes incluyeron:
Cancelación de horas extras: Una práctica implementada por el 59 % de las empresas.
Suspensiones y despidos: El 50 % de las empresas reportó haber despedido empleados o no haber renovado contratos.
Este sector genera actualmente 540 000 puestos de trabajo directos y sostiene de manera indirecta a más de 2 millones de personas en todo el país. Sin embargo, de mantenerse la capacidad instalada ociosa, existe un riesgo creciente de cierres de establecimientos productivos, lo que agravaría aún más la crisis laboral.
Las pequeñas y medianas empresas (pymes) son las más afectadas por esta crisis. Estas compañías suelen operar con márgenes de ganancia más estrechos y dependen en gran medida del mercado interno.
Con la caída en el consumo y el aumento de las importaciones, muchas pymes enfrentan dificultades para competir en precio y calidad con los productos extranjeros, especialmente aquellos provenientes de mercados como China, donde los costos de producción son significativamente más bajos.
Comercio exterior: Una oportunidad limitada
El informe también analiza el desempeño del comercio exterior en el sector textil. Si bien algunas empresas han intentado compensar la caída del mercado interno con exportaciones, este segmento sigue siendo marginal.
Las exportaciones textiles representan menos del 5 % de la producción total del sector, y la mayoría de las empresas carecen de la infraestructura y los recursos necesarios para competir en mercados internacionales.
La Fundación ProTejer y otras entidades del sector han presentado una serie de propuestas al gobierno para mitigar la crisis y reactivar la industria textil. Entre las medidas sugeridas se encuentran:
Protección frente a importaciones desleales: Implementar controles más estrictos para evitar la subfacturación y el ingreso de productos que no cumplen con las normativas locales.
Incentivos fiscales: Reducir impuestos y cargas sociales para aliviar la presión sobre las empresas y fomentar la inversión en modernización y tecnología.
Promoción del consumo interno: Implementar programas que incentiven la compra de productos nacionales, como líneas de crédito accesibles para consumidores.
Apoyo a las pymes exportadoras: Facilitar el acceso a mercados internacionales mediante financiamiento y asistencia técnica.
En este contexto, el rol del consumidor argentino también es crucial. Elegir productos nacionales no solo apoya a las empresas locales, sino que también contribuye a preservar empleos y fortalecer la economía.
Sin embargo, con la pérdida del poder adquisitivo, muchos consumidores priorizan el precio por sobre el origen del producto, lo que plantea un desafío adicional para las empresas textiles.
El sector textil argentino enfrenta un futuro incierto. Si bien las medidas propuestas por la Fundación ProTejer podrían aliviar algunos de los problemas actuales, la recuperación dependerá en gran medida de factores externos, como la estabilización económica y la implementación de políticas públicas efectivas.
Además, las empresas deberán adaptarse a un entorno cambiante, invirtiendo en innovación y sostenibilidad para mantenerse competitivas en el mediano y largo plazo.
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La crisis en el sector textil argentino es un reflejo de los desafíos económicos y sociales que enfrenta el país en su conjunto. Con una combinación de políticas públicas adecuadas y el compromiso de las empresas, es posible revertir esta situación y recuperar el papel clave de la industria textil en la economía nacional.