Crece la confianza empresarial en Argentina y se consolida una visión positiva
La percepción del entorno empresarial en Argentina está experimentando una transformación significativa. Mientras el mundo enfrenta un contexto económico desafiante, caracterizado por tensiones geopolíticas, inflación persistente y una desaceleración del crecimiento, el empresariado argentino empieza a vislumbrar oportunidades y a recuperar su confianza en el futuro.
Así lo indica el último Informe de Negocios Internacionales (IBR, por sus siglas en inglés), elaborado por la consultora Grant Thornton. Este estudio, que recopila las opiniones de más de 10.000 empresarios de medianas empresas en 28 economías, revela que Argentina se encuentra en un momento de cambio: el 75% de los empresarios locales manifiesta una visión optimista respecto al futuro económico, alcanzando el nivel más alto desde fines de 2011.
Una mejora paulatina pero sostenida
Aunque el incremento del optimismo empresarial fue moderado —un avance de apenas tres puntos porcentuales respecto al trimestre anterior—, su significado es notable. Se trata de una señal de reactivación en un país acostumbrado a lidiar con volatilidades macroeconómicas, restricciones cambiarias e inflación de dos dígitos. Esta expectativa favorable, en lugar de responder exclusivamente a las condiciones presentes, está más bien vinculada a la anticipación de mejoras a futuro en la actividad económica y en los resultados de las compañías.
Vea también: La plataforma GOcuotas marca un récord en argentina con tres millones de usuarios
De hecho, un 69% de los empresarios argentinos encuestados espera que sus ingresos aumenten en los próximos meses, mientras que el 49% proyecta un crecimiento en la rentabilidad. Estos indicadores sugieren que, más allá de los obstáculos estructurales, existe un compromiso por parte del tejido empresarial para reactivar sus operaciones, innovar y adaptarse a un entorno más competitivo.
Fernando Fucci, Managing Partner de Grant Thornton Argentina, resalta que el empresariado del mercado medio se mantiene estable y que el aumento reciente del optimismo está motivado principalmente por la expectativa de crecimiento futuro. A diferencia de lo que se observaba a finales de 2024, el factor decisivo ya no es tanto la reducción de restricciones comerciales, sino una apuesta estratégica por la expansión y la mejora del rendimiento organizacional.
Este cambio de enfoque revela una actitud más proactiva por parte de las empresas argentinas, que comienzan a pensar más allá del cortoplacismo y consideran cómo posicionarse mejor en los próximos años. El clima empresarial, en este sentido, se va desligando parcialmente de las tensiones inmediatas para centrarse en el diseño de estrategias sostenibles a mediano y largo plazo.
Sin embargo, esta tendencia positiva no significa que el camino esté libre de obstáculos. Uno de los principales retos que enfrentan las empresas argentinas es la escasez de talento calificado. El informe indica que el 36% de los empresarios considera la falta de personal capacitado como una limitación significativa para su crecimiento. Esto representa un aumento de nueve puntos porcentuales respecto a la medición anterior.
Paradójicamente, mientras este déficit se profundiza, la inversión en formación y desarrollo de personal pierde protagonismo en las prioridades estratégicas. Solo el 31% de las empresas encuestadas ve a la capacitación del capital humano como una herramienta clave para afrontar la competencia global, un descenso de seis puntos porcentuales.
Este contraste expone una brecha preocupante entre la necesidad urgente de talento y la voluntad empresarial de invertir en el mismo. A medida que las industrias se vuelven más complejas y digitalizadas, aquellas organizaciones que no apuesten por la actualización de sus equipos corren el riesgo de quedar rezagadas frente a sus competidores regionales e internacionales.
La sostenibilidad gana terreno en la agenda corporativa
Otro aspecto destacado del informe es el crecimiento del interés en la sostenibilidad empresarial. Un 32% de las firmas argentinas prevé aumentar sus inversiones en prácticas sustentables durante el próximo año. Si bien esta cifra aún está lejos de ser mayoritaria, muestra una tendencia clara: las compañías comienzan a ver las iniciativas verdes no solo como una respuesta ética a los desafíos climáticos, sino como un componente estratégico que puede generar valor y ventajas competitivas.
Desde el cumplimiento de normas internacionales hasta la atracción de inversores y consumidores conscientes, la sostenibilidad se está consolidando como una dimensión clave para el futuro empresarial. En este marco, sectores como la agroindustria, el retail y la energía ya han comenzado a adaptar sus modelos de negocio para incorporar prácticas responsables y más eficientes.
Matiana Behrends, socia de Advisory Services y Directora de Human Capital Consulting en Grant Thornton Argentina, sostiene que las empresas están reconociendo, aunque de manera paulatina, que la inversión en talento y sostenibilidad será crucial para mantener su competitividad. Estos dos pilares, lejos de ser modas pasajeras, se consolidan como elementos estructurales en las estrategias de crecimiento de las organizaciones más resilientes.
Para muchas compañías argentinas, esto implicará revisar sus presupuestos, alinear sus valores corporativos con prácticas más inclusivas y sostenibles, e incluso modificar su cultura organizacional. Si bien los desafíos estructurales del país no desaparecerán de un día para otro, la construcción de una base sólida de talento interno y el compromiso con el medio ambiente pueden ser diferenciales clave para sortear la volatilidad.
Vea también: El consumo en Buenos Aires 2024: Señales de alerta y adaptación
Argentina atraviesa un momento de expectativas renovadas en el ámbito empresarial. El optimismo no parte de mejoras inmediatas, sino de una mirada hacia el futuro basada en la adaptación, la estrategia y la resiliencia. Si bien persisten desafíos como la falta de personal capacitado y las limitaciones estructurales, las empresas parecen estar dispuestas a dar pasos firmes en dirección al crecimiento y la innovación.
La clave estará en cómo se traduzcan estas buenas intenciones en decisiones concretas: invertir en talento, apostar por la sostenibilidad, adoptar tecnologías emergentes y, sobre todo, sostener la confianza aún cuando los indicadores macroeconómicos no acompañen del todo.
En un contexto global incierto, la capacidad de anticipar, planificar y actuar con visión estratégica puede marcar la diferencia entre sobrevivir o liderar. Y todo indica que el empresariado argentino está empezando a jugar a largo plazo.