Argentinos cruzan masivamente las fronteras para hacer sus compras
La creciente diferencia de precios entre Argentina y sus países limítrofes ha desencadenado un fenómeno comercial que afecta profundamente a la provincia de Misiones. Cada vez más argentinos eligen cruzar a Brasil y Paraguay para abastecerse, dejando a los comercios locales en una situación crítica. Mientras los supermercados y tiendas del otro lado de la frontera no dan abasto, los comerciantes misioneros enfrentan una caída abrupta en las ventas. Ante este escenario, el gobierno provincial intenta mitigar el impacto con programas de beneficios para los consumidores y promesas de medidas estructurales largamente postergadas.
Una economía fronteriza marcada por el éxodo de consumidores
Durante el último fin de semana largo, miles de misioneros atravesaron las fronteras para aprovechar las diferencias cambiarias. En ciudades como Dionisio Cerqueira (Brasil) y Encarnación (Paraguay), la presencia de compradores argentinos fue masiva. Los testimonios de comerciantes de estas ciudades confirman la magnitud del fenómeno: “Arrasaron con todo”, reconocen. Los productos más buscados son alimentos, artículos de limpieza, ropa, calzado, herramientas y electrodomésticos.
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Las razones detrás de esta migración de consumidores son económicas. El real brasileño cotiza actualmente a unos 218 pesos argentinos, una relación que, paradójicamente, favorece a los compradores argentinos cuando se trata de productos de consumo cotidiano. Por ejemplo, una docente de Eldorado comentaba que con 250.000 pesos puede abastecerse por más de dos meses en Brasil, algo impensado si comprara en Misiones.
El “tour de compras”: una nueva costumbre popular
En las localidades más alejadas de la frontera, se han organizado verdaderos “tours de compras”, donde vecinos se agrupan para compartir el gasto de transporte y cruzar la frontera juntos. Un empleado municipal de Nueve de Julio, localidad situada a más de 100 kilómetros de la frontera, relató que paga 10.000 pesos por el traslado y logra abastecerse para todo el mes gastando menos de 100.000 pesos en total. Comparado con los precios locales, la diferencia puede alcanzar hasta un 70%.
Este comportamiento se ha institucionalizado. Personas de diferentes estratos sociales –docentes, empleados públicos, productores agrícolas– han adoptado el cruce de frontera como parte de su estrategia de supervivencia económica.
Colapsos en los pasos fronterizos
Las largas filas para cruzar son otra evidencia del volumen de tránsito fronterizo. En el puente Tancredo Neves, que une Puerto Iguazú con Foz de Iguazú, se registraron esperas de hasta cuatro horas. Lo mismo ocurrió en el puente internacional San Roque González de Santa Cruz, entre Posadas y Encarnación, donde las autoridades migratorias tuvieron que reforzar el personal ante la afluencia masiva.
Además de los misioneros, se suman ciudadanos de Corrientes y Chaco, aumentando el flujo hacia Encarnación, que vive un verdadero auge comercial. Comerciantes paraguayos reconocen que la diferencia cambiaria con el peso argentino —que en este momento equivale a poco más de 6.800 guaraníes por cada 1.000 pesos— ha convertido a la ciudad en un imán para los consumidores del nordeste argentino.
Impacto en el turismo: dormir en el extranjero es más barato
El fenómeno no se limita a las compras. También afecta al turismo, ya que muchos visitantes eligen hospedarse en Brasil o Paraguay por la notable diferencia de precios. En Foz de Iguazú, un hotel de cuatro estrellas cuesta menos que uno de tres estrellas en Puerto Iguazú. Situación similar se observa entre Posadas y Encarnación, donde los alojamientos en la ciudad paraguaya resultan mucho más accesibles.
Esta situación genera un doble perjuicio para Misiones: no solo se pierde el consumo local, sino también la renta turística que tradicionalmente aportaba un ingreso significativo a la provincia.
Comercios misioneros al borde del colapso
Mientras tanto, del lado argentino de la frontera, la realidad es diametralmente opuesta. Comercios vacíos, despidos y cierre de locales se han vuelto frecuentes. Algunos comerciantes, en un intento desesperado por sostener sus negocios, cruzan a Brasil de forma informal para abastecerse y luego revender en sus locales. Esta práctica, aunque ilegal, se ha convertido en una forma de supervivencia.
“Ya despedí a tres empleados”, contó un comerciante de Bernardo de Irigoyen. “Cruzo a diario a Dionisio Cerqueira y traigo lo que puedo para mantener abierto el negocio”. Otros coinciden: “Acá no se vende ni un alfiler, la gente compra desde garrafas hasta productos básicos en Brasil o Paraguay”.
La paralización comercial en la frontera argentina no solo refleja la pérdida de competitividad, sino también una fractura estructural en la economía local.
El gobierno provincial reacciona: beneficios y promesas
Frente a esta situación crítica, el gobierno de Misiones decidió extender los programas de descuentos “Ahora” con reintegros en distintos rubros, e incluso anunció un plan específico para la localidad más afectada, Bernardo de Irigoyen. El gobernador Hugo Passalacqua adelantó la creación del programa “Ahora Misiones Especial” con el objetivo de incentivar el consumo local y asistir a los comerciantes.
Sin embargo, esta medida ha sido recibida con escepticismo. Para muchos comerciantes, las soluciones de fondo requieren más que reintegros. Lo que se necesita, aseguran, es una política estructural que nivele el terreno frente a las condiciones fiscales y arancelarias de los países vecinos.
La zona franca: una promesa incumplida
Uno de los reclamos históricos de Misiones ha sido la implementación de una zona franca aduanera. Esta figura permitiría a los comercios operar con beneficios impositivos similares a los que disfrutan sus competidores en Brasil o Paraguay.
En 2020, el entonces gobernador Oscar Herrera Ahuad impulsó esta idea y obtuvo apoyo del gobierno nacional. Incluso el exministro de Economía Sergio Massa, durante su campaña presidencial, prometió que en septiembre de 2023 se habilitarían estas zonas francas en la provincia. Sin embargo, esa promesa no se materializó.
Hoy, los comerciantes misioneros lamentan la falta de acciones concretas mientras observan cómo sus clientes cruzan diariamente las fronteras para comprar y consumir en el exterior.
Una encrucijada para la economía regional
El fenómeno de los “tours de compras” hacia Brasil y Paraguay evidencia una economía regional profundamente afectada por la inflación, la devaluación del peso y la falta de políticas de contención a nivel nacional. Si bien el comportamiento de los consumidores es racional desde el punto de vista económico, sus efectos sobre el entramado comercial local pueden ser devastadores a largo plazo.
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La competencia desigual con comercios que operan en condiciones fiscales más favorables y con monedas más fuertes plantea un desafío que requiere atención urgente. La posibilidad de implementar zonas francas o nuevos mecanismos de promoción comercial parece hoy más necesaria que nunca.
