Argentinos cambian su dieta por ajustes económicos
Argentina, un país conocido por su rica tradición gastronómica, está atravesando un cambio significativo en su consumo alimenticio debido a una crisis económica sin precedentes. Con Javier Milei al mando, se está implementando el que muchos consideran «el ajuste más grande de la historia». Este ajuste ha impactado de manera notable en dos de los alimentos más emblemáticos del país: la carne y la yerba mate.
La caída en el consumo de yerba mate
La yerba mate es un símbolo cultural de Argentina, con un consumo promedio de 6,4 kilos por habitante al año, presente en el 90% de los hogares. Sin embargo, el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) informó que en marzo, la cantidad de yerba mate destinada al mercado interno se redujo un 30% en comparación con el año anterior. Durante el primer trimestre, la contracción fue del 9,2% interanual.
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La principal razón detrás de esta caída es la pérdida del poder adquisitivo de las familias de menores recursos. Además, muchos supermercados y comercios adquirieron un stock excedente de yerba a finales de 2023, anticipando una posible subida del dólar con la llegada de Milei, lo que ha contribuido a la disminución del consumo actual. A pesar de la caída en el consumo interno, las exportaciones de yerba mate, que representan solo el 10% de la producción, aumentaron un 23% durante el primer trimestre de este año.
El descenso en el consumo de carne
El consumo de carne, otro pilar de la dieta argentina, también ha registrado una significativa caída. Según la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra), el consumo per cápita de carne vacuna pasó de 50,5 kilogramos en marzo de 2023 a 42,6 kg en marzo de 2024, una contracción del 18,5%. Este nivel de consumo es el más bajo en los últimos 30 años.
Miguel Schiariti, presidente de Ciccra, atribuye esta caída principalmente a la pérdida del poder adquisitivo del salario, que se redujo un 10% en el primer trimestre del año. Con la carne vacuna encareciéndose, los consumidores se han volcado a alternativas más económicas como la carne de pollo o cerdo, que actualmente son sensiblemente más accesibles.
La leche también se ve afectada
La leche, otro componente esencial de la alimentación argentina, también ha sentido los efectos de la crisis. En solo tres meses, el precio de la leche se duplicó, aumentando un 123% entre diciembre y marzo. Esta subida de precios ha llevado a muchos ciudadanos a reducir su consumo de leche y sus derivados como queso, yogur y manteca.
El Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) informó que el volumen de ventas de productos lácteos en el mercado interno cayó un 18,7% en los primeros tres meses del año en comparación con el mismo período de 2023. Esta disminución refleja la dificultad creciente de los argentinos para mantener su dieta tradicional en medio de una inflación galopante y una pérdida constante del poder adquisitivo.
Economía en crisis y señales de recuperación
La economía argentina se encuentra en una situación extremadamente delicada. La inflación sigue siendo alarmantemente alta, la actividad económica está en recesión y el riesgo de default acecha constantemente la deuda del país. Sin embargo, a pesar de este panorama desalentador, hay algunos signos de esperanza que sugieren una posible mejora en el horizonte.
Entre las señales positivas se encuentran la reciente desaceleración de los precios, superávits públicos, la caída del riesgo país, la incipiente estabilización del peso y el incremento de las reservas de divisas. Estos factores son cruciales para que Javier Milei pueda avanzar con su plan de dolarización, un proceso que culminará con el cierre del Banco Central de la República Argentina.
La estabilización del peso y el aumento de las reservas de divisas son particularmente importantes, ya que proporcionan la base necesaria para que Milei implemente sus políticas económicas. La dolarización, un tema controvertido, busca estabilizar la economía argentina y reducir la inflación a niveles manejables, aunque implica desafíos significativos y controversias políticas.
Impacto en la vida cotidiana
El ajuste económico y la caída en el consumo de alimentos básicos han tenido un impacto profundo en la vida cotidiana de los argentinos. La reducción en el consumo de yerba mate y carne refleja no solo una adaptación forzada a las circunstancias económicas, sino también una pérdida cultural. La yerba mate y la carne son más que alimentos en Argentina; son parte de la identidad nacional y de las tradiciones que unen a las comunidades.
Además, la disminución en el consumo de leche y productos lácteos indica un cambio en los hábitos alimenticios que puede tener consecuencias a largo plazo en la salud pública. La nutrición adecuada es esencial para el bienestar general, y los cambios en la dieta podrían tener efectos duraderos en la población.
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El futuro de la dieta argentina depende en gran medida de la evolución económica del país y de la capacidad del gobierno para implementar reformas que estabilicen la economía. La esperanza radica en que las medidas económicas actuales puedan generar una recuperación sostenible, permitiendo a los argentinos recuperar su poder adquisitivo y, con ello, sus hábitos alimenticios tradicionales.
Mientras tanto, los argentinos continúan adaptándose a una nueva realidad, en la que la austeridad económica redefine sus elecciones alimentarias. La resiliencia de la población y su capacidad para encontrar alternativas serán cruciales en este periodo de ajuste, mientras el país navega por uno de los momentos más desafiantes de su historia económica.