Cuando se trata de hablar de países destacados en la exportación de aceite de oliva, España, Italia, Grecia, y otros países mediterráneos son los primeros en venir a la mente. Sin embargo, en el mercado sudamericano, Argentina está emergiendo como un líder en la producción y exportación de aceite de oliva de alta calidad. Aunque no puede competir en volumen con los principales productores mundiales, Argentina está apostando fuertemente por la calidad, consolidándose como el principal exportador de aceite de oliva en América del Sur.
Calidad sobre cantidad
La estrategia argentina se centra en la calidad del aceite de oliva. Actualmente, Argentina exporta este producto a países vecinos como Uruguay, Paraguay y Brasil, así como a destinos más lejanos, como Ecuador, Costa Rica, China, Corea del Sur y Estados Unidos. Incluso España, conocida por su propia producción de aceite de oliva, ha importado aceite argentino. Aunque Argentina no puede competir en términos de volumen con gigantes como España, Italia o Grecia, ha encontrado su nicho al enfocarse en la calidad y diferenciación.
Liderazgo en sudamérica y perspectivas de exportación
Según datos de la administración argentina, el país es el principal productor y exportador de aceite de oliva en América del Sur. En términos de cifras, la producción argentina asciende a aproximadamente 40,000 toneladas, de las cuales se exportan alrededor de 37,200 toneladas. Aunque estas cifras no se comparan con las de los principales productores mediterráneos, colocan a Argentina en una posición destacada en la región. La actual administración, encabezada por el presidente Javier Milei, está buscando fortalecer la posición del país en el mercado global y aumentar las exportaciones, diversificando los destinos y consolidando la reputación de Argentina como productor de aceite de oliva de alta calidad.
Fluctuaciones de precio y apuesta por la calidad
Argentina es consciente de las fluctuaciones en el precio del aceite de oliva que afectan a los países mediterráneos. Ante esta realidad, ha intensificado su compromiso con la calidad para diferenciarse en el mercado. La historia de la producción de aceite de oliva en Argentina se remonta a mediados de la década de 1940, y desde entonces ha evolucionado significativamente. Con aproximadamente 2,500 hectáreas de olivares distribuidos en varias zonas del país, Argentina ha demostrado que puede competir en términos de calidad, si no de cantidad.
Coronel Dorrego: Capital provincial del olivo
Una región destacada en la producción de aceite de oliva en Argentina es Coronel Dorrego, ubicada en la provincia de Buenos Aires. Con un clima propicio y condiciones agroecológicas ideales, esta área se ha convertido en un epicentro de la producción de aceite de oliva de alta calidad. En 2022, la producción promedio de aceite de oliva argentino alcanzó los 1,000,000 de litros, siendo el 48% de esta producción originada en Coronel Dorrego. La zona se beneficia de la asesoría del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), que ha contribuido a optimizar las prácticas agrícolas y a garantizar altos estándares de calidad.
Las características climáticas de Argentina, como el tipo de suelo, la proximidad al mar, los inviernos fríos y la amplitud térmica, son óptimas para el cultivo del olivo. Coronel Dorrego en particular destaca por su capacidad para producir aceites de oliva de alta calidad, con altos índices de fenoles y una mayor proporción de ácido oleico. Estas características proporcionan al aceite argentino propiedades únicas y un sabor distintivo en el mercado global.
A medida que Argentina avanza hacia la consolidación de su posición en la producción y exportación de aceite de oliva de alta calidad, enfrenta desafíos y oportunidades. La diversificación de destinos de exportación, la promoción de estándares de calidad y la innovación constante serán clave para mantener y expandir su presencia en el mercado internacional. La apuesta de Argentina por la calidad sobre la cantidad refleja una estrategia a largo plazo que busca posicionar al país como un actor relevante en el competitivo mercado del aceite de oliva a nivel mundial.