Argentina: Por crisis textil, algodonera Avellaneda se acoge a concurso de acreedores
Algodonera Avellaneda, una de las empresas más importantes en el sector textil argentino y propiedad del grupo Vicentin, ha presentado una solicitud para el concurso de acreedores. La medida es un intento por evitar la quiebra en medio de la crisis que atraviesa la industria textil del país. La firma, con una larga trayectoria en el acopio y desmontado de algodón, opera en tres plantas estratégicas ubicadas en Reconquista (Santa Fe), General Pinedo (Chaco) y Bandera (Santiago del Estero). Esta situación refleja la compleja realidad económica que enfrentan muchas empresas argentinas, afectadas por factores internos y externos que han golpeado sus operaciones y viabilidad financiera.
Algodonera Avellaneda fue adquirida hace más de tres décadas al grupo Eurnekian, consolidándose como uno de los principales actores en la producción de algodón en Argentina. Hasta el año 2015, la empresa se destacaba por ser proveedora de la marca Estrella, conocida en el sector textil. Sin embargo, con el paso del tiempo, la compañía decidió diversificar su producción, enfocándose en la industria textil y ampliando su línea de productos hacia áreas como la cosmética y la higiene personal.
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La diversificación ayudó a Algodonera Avellaneda a mantenerse competitiva durante varios años, pero los desafíos económicos y los cambios en el mercado textil a nivel global comenzaron a impactar negativamente su negocio. A pesar de los esfuerzos por adaptarse a las nuevas condiciones, la empresa no logró revertir la caída en sus ingresos y ahora se encuentra en una situación crítica, buscando alternativas para evitar la quiebra.
La solicitud de concurso de acreedores por parte de Algodonera Avellaneda está relacionada con una serie de problemas económicos que la empresa no ha podido superar. Según informes de medios locales como Clarín y La Nación, la compañía ha señalado varios factores que contribuyeron a su situación actual:
Impacto de la pandemia de COVID-19: El confinamiento y las restricciones impuestas durante la pandemia afectaron severamente la producción y las ventas de la empresa. Como muchas otras compañías del sector, Algodonera Avellaneda enfrentó interrupciones en su cadena de suministro, una disminución en la demanda y problemas para acceder a financiamiento.
Rol como garante en el proceso concursal de Vicentin: La relación de Algodonera Avellaneda con su empresa madre, Vicentin SAIC, también ha sido un factor determinante en su situación financiera. Vicentin, uno de los conglomerados agroindustriales más grandes del país, se declaró en concurso de acreedores en 2020, dejando deudas millonarias. Algodonera Avellaneda actuó como garante en este proceso, lo que agravó sus dificultades económicas al verse obligada a responder por compromisos financieros que excedían su capacidad.
Apertura de importaciones textiles: La política económica del gobierno actual, liderado por Javier Milei, ha promovido la apertura de importaciones en diversos sectores, incluyendo el textil. Esta medida ha permitido la entrada masiva de productos textiles extranjeros, afectando gravemente a las empresas locales, que no pueden competir en precios con las importaciones de bajo costo. Algodonera Avellaneda ha visto una caída significativa en sus ventas como resultado directo de esta política, sumándose a los problemas financieros existentes.
En su momento de mayor auge, Algodonera Avellaneda empleaba a 700 operarios en sus distintas plantas de producción. Sin embargo, con el deterioro de la situación económica, la empresa se vio obligada a realizar recortes en su personal. Actualmente, la compañía cuenta con 570 empleados, quienes han sido afectados por una serie de ajustes laborales implementados para evitar despidos masivos.
Entre las medidas adoptadas se incluye una reducción de la jornada laboral, que pasó de 8 a 6 horas diarias. Esta modificación fue acordada con los sindicatos en un intento por mantener los puestos de trabajo. Además, los empleados aceptaron una reducción salarial, recibiendo el 75% de sus ingresos habituales. Estas medidas han generado tensiones y conflictos sindicales, ya que los trabajadores enfrentan dificultades económicas, mientras la empresa lucha por mantenerse operativa.
El proceso de concurso de acreedores de Algodonera Avellaneda será llevado adelante por el Juzgado Comercial de Reconquista, a cargo del juez Fabián Lorenzini. Este magistrado es el mismo que se encuentra al frente del concurso de Vicentin SAIC, lo que podría facilitar la coordinación y el entendimiento del caso, dado el vínculo entre ambas empresas.
El concurso de acreedores es una herramienta legal que permite a las empresas reestructurar sus deudas bajo supervisión judicial, evitando una liquidación inmediata. En este proceso, Algodonera Avellaneda tendrá la oportunidad de negociar con sus acreedores, buscando acuerdos que le permitan continuar operando mientras se reorganizan sus finanzas. Sin embargo, el éxito del concurso dependerá en gran medida de la voluntad de los acreedores y de la capacidad de la empresa para presentar un plan de reestructuración viable.
La crisis de Algodonera Avellaneda no es un caso aislado, sino parte de un problema más amplio que afecta a toda la industria textil argentina. El sector ha enfrentado desafíos significativos en los últimos años, desde el aumento de los costos de producción y las dificultades para acceder a financiamiento, hasta la competencia desleal de productos importados. La situación se ha visto agravada por la inflación y la incertidumbre económica, que han reducido el poder adquisitivo de los consumidores y afectado la demanda de productos textiles.
A pesar del difícil panorama, existen oportunidades para la recuperación si se implementan políticas adecuadas que fomenten la producción local y protejan a las empresas nacionales. La industria textil argentina tiene un gran potencial, con una cadena de valor que va desde el cultivo de algodón hasta la confección de prendas de alta calidad. Sin embargo, para aprovechar este potencial, es necesario un entorno económico estable y medidas que apoyen la producción local frente a la competencia extranjera.
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La solicitud de concurso de acreedores por parte de Algodonera Avellaneda representa un punto crítico en la historia de la empresa y un reflejo de los problemas que enfrenta la industria textil argentina en su conjunto. La compañía, que alguna vez fue un pilar del sector, ahora se encuentra luchando por su supervivencia en medio de una combinación de crisis económicas y cambios en las políticas gubernamentales.
El futuro de Algodonera Avellaneda dependerá de su capacidad para negociar con los acreedores y de las condiciones del mercado textil en los próximos meses. Si logra superar esta etapa, la empresa podría resurgir más fuerte y adaptada a las nuevas realidades del mercado. De lo contrario, su historia podría terminar como una de las tantas víctimas de una crisis económica que ha golpeado con fuerza a las industrias tradicionales de Argentina.