«Trump y la guerra de aranceles: ¿Hasta dónde llegará la escalada comercial?»es el tema que propone Willem F. Schol, Presidente de AmericaMalls & Retail.
La decisión de Donald Trump de imponer aranceles del 25% a las importaciones provenientes de México y Canadá, así como un 10% a las de China, ha desatado una nueva crisis en el comercio internacional. Justificada bajo el argumento de una “emergencia nacional” derivada del tráfico de fentanilo y la inmigración ilegal, esta medida ha generado reacciones inmediatas de los gobiernos afectados, que han respondido con represalias comerciales.
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La gran pregunta ahora es: ¿cómo reaccionará Trump ante esta nueva escalada de tensiones? ¿Hasta dónde está dispuesto a llegar en esta guerra comercial?
México y Canadá contraatacan
Ante los aranceles impuestos por EE. UU., México y Canadá han anunciado medidas de represalia, intensificando las tensiones comerciales en América del Norte.
– Canadá, bajo el liderazgo del primer ministro Justin Trudeau, ha respondido con aranceles del 25% a productos estadounidenses por un valor de 155,000 millones de dólares canadienses, afectando bienes como alcohol, frutas, ropa y electrodomésticos.
– México, dirigido por la presidenta Claudia Sheinbaum, ha rechazado las acusaciones de Trump y ha anunciado medidas arancelarias y no arancelarias para proteger sus intereses, aunque aún no ha especificado la lista de productos afectados.
Esta respuesta firme demuestra que los socios comerciales de EE. UU. no están dispuestos a ceder ante presiones unilaterales, lo que sugiere que la guerra comercial podría prolongarse, con impactos impredecibles en la economía de la región.
Trump no cederá: La amenaza de una escalada mayor
Lejos de reconsiderar su postura, Trump ha dejado claro que podría intensificar aún más los aranceles si México y Canadá implementan sus represalias.
– Las órdenes ejecutivas firmadas por Trump incluyen cláusulas que le permiten aumentar los aranceles o ampliar su alcance si los países afectados responden con medidas similares. Esto indica que la Casa Blanca ya contempla una posible escalada en las tensiones comerciales.
– Trump también ha manifestado su intención de extender los aranceles a sectores estratégicos como productos farmacéuticos, semiconductores, acero, aluminio y cobre, lo que podría agravar aún más la relación comercial con México y Canadá.
Es evidente que el mandatario estadounidense ve en esta guerra comercial una estrategia política a corto plazo para fortalecer su imagen de “protector de la economía nacional”, especialmente en un año electoral. Sin embargo, el costo de estas decisiones podría resultar devastador tanto para EE. UU. como para sus socios comerciales.
Trump ha dejado claro que no tiene intención de retroceder, y sus amenazas de nuevos aranceles indican que la escalada apenas comienza. Sin embargo, esta guerra comercial podría convertirse en un búmeran para la economía estadounidense, afectando el consumo, la inversión y la estabilidad de las empresas.
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Mientras México y Canadá preparan sus estrategias de defensa, la gran incógnita es hasta qué punto Trump está dispuesto a llevar este enfrentamiento antes de que los efectos negativos comiencen a hacer mella en su propio país. Si persiste en esta línea de confrontación, el impacto económico podría ser tan severo que, paradójicamente, termine debilitando su propia posición política y económica.