«Markthal: La Revolución del Retail»es el tema que propone Laureano Turienzo Esteban, Presidente & Fundador de la Asociacion Española del Retail
El Markthal Rotterdam se erige como un ícono del retail europeo, una fusión innovadora de arquitectura, comercio y cultura que transforma la experiencia de compra en algo casi místico. Con su impresionante estructura en forma de herradura, que alberga apartamentos y oficinas, el Markthal es mucho más que un simple mercado; es un destino turístico y un punto de encuentro social. La audacia de su diseño, que combina funcionalidad y estética, es testimonio de la creatividad y la ambición de la arquitectura contemporánea, estableciendo un nuevo paradigma para centros comerciales en todo el mundo.
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La obra de arte monumental de Arno Coenen e Iris Roskam, que ocupa el techo del edificio, es un espectacular mural de 11,000 m² que no solo embellece el espacio, sino que también invita a los visitantes a contemplar la conexión entre la alimentación y la cultura. Este mural transforma la experiencia de compra, elevándola a una forma de arte.
Además, el Markthal se inserta en una rica tradición de bazares y mercados en la historia, evocando los grandes mercados de ciudades históricas como Estambul y Alepo. Este tributo al pasado se ve reforzado por el descubrimiento de una granja del siglo X durante su construcción, que sugiere que el área ha sido un punto neurálgico de comercio y agricultura desde tiempos remotos.
Los residuos de esta antigua civilización, conocida como Rotta, sirven como recordatorio de que el comercio no es solo una actividad económica, sino una expresión cultural profundamente arraigada en la historia humana. Así, el Markthal se posiciona como un homenaje a los comerciantes de antaño, aquellos que fomentaron el intercambio y la comunidad, enfatizando que la esencia de la compra va más allá de la mera transacción monetaria.
La afirmación de que las compras en tiendas físicas perderán relevancia en un mundo cada vez más digital es desmentida por la experiencia única que ofrece el Markthal. Aquellos que sostienen este argumento probablemente nunca han visitado este lugar emblemático, donde el acto de comprar se convierte en una celebración de los sentidos. La interacción directa con productos frescos, el contacto humano con los vendedores y el ambiente vibrante y dinámico crean un espacio que celebra la comunidad y la convivencia.
En este sentido, el Markthal no solo es un lugar para adquirir bienes, sino un refugio donde se valoran las experiencias compartidas, resaltando que, aunque la tecnología avance, el deseo humano por la conexión y la interacción seguirá siendo fundamental. Aquí, en el corazón de Rotterdam, el Markthal se manifiesta no solo como un mercado, sino como un símbolo de resistencia y adaptación ante los cambios del comercio moderno.