Según publica dirigentesdigital.com, la innovación se ha convertido en un factor crítico para el éxito a largo plazo de las organizaciones. En esta búsqueda constante de nuevas ideas y enfoques, las empresas están recurriendo cada vez más a la innovación abierta como una estrategia efectiva para estimular la creatividad y la evolución continua.
Siguiendo la descripción de Henry Chesbrough, autor del libro Open Innovation, que introduce por primera vez el término de innovación abierta, “las ideas valiosas pueden venir de dentro o de fuera de la empresa y pueden llegar al mercado desde dentro o desde fuera de la empresa también”. Y por tanto sostiene la tesis de que las innovaciones pueden ser producidas por personas externas o desde fuera de la empresa, y no deben depender solo de las investigaciones propias.
En su libro, Chesbrough explica los beneficios que obtienen los corporates que abrazan la innovación abierta entre los que destacan la reducción del coste de realizar investigación y el aumento en la productividad del desarrollo debido a la orientación al cliente, así como la mejora de planificación y entrega de proyectos gracias al uso de metodologías ágiles; pero sobre todo destaca el potencial de sinergia entre innovaciones internas y externas.
Una de las formas más poderosas de adoptar la innovación abierta es a través de programas especializados de aceleración e inversión en startup desde el corporate. Cada vez son más las empresas que están incorporando en el foco de su vertical de innovación la inversión en startup para resolver retos propios de la empresa, así como otros transversales del sector; en definitiva, invierten en tecnología disruptiva que permita solucionar los problemas endógenos de su industria.
Estos programas de innovación híbrida que combinan aceleración e inversión con otras fórmulas como convocatorias abiertas de retos o modelos de venture client han demostrado ser capaces de diversificar y ampliar talento, penetrar en nuevos mercados y dotar a toda la estructura de mayor velocidad; además de lograr elevar la tasa de retorno de inversión del corporate en casi un 3%.
Pero estas inversiones no solo representan la obtención de retornos a partir de operaciones de inversión o M&A, como bien podría hacer un fondo de private equity o venture capital, sino que el objetivo es diametralmente distinto, aunque no opuesto. Se persigue la creación de conocimiento y know-how, la agilidad en la ejecución, la disrupción de ideas. Es, en definitiva, una forma de acceder a la innovación.
A lo largo de los años, el corporate venture capital, como se le conoce coloquialmente a la inversión en startup corporativa, se ha mantenido en niveles de volumen y número de operaciones por debajo de los fondos de venture capital, sin embargo, la inversión corporativa está creciendo pese al contexto macro. Según un estudio presentado en la pasada edición del BIGBAN Investors Congress, el corporate venture capital redujo en el último año su número de operaciones, pero sin embargo ha logrado duplicar el volumen total de capital canalizado en inversión directa en startup.
Es, sin duda, una gran noticia para el sector, que está contemplando cómo crece y se consolida un player tractor del ecosistema inversor y que está llamado a ser el catalizador del cambio de paradigma empresarial español.
Por Alberto Andújar, director de BIGBAN Inversores Privados
Fuente: dirigentesdigital.com