Por Roberta de Oliveira, Directora de Experiencia en Betterfly
Había una vez una actividad vinculada exclusivamente a la infancia: jugar. Sin embargo, el concepto encontró su lugar en la vida de los adultos y dentro de las empresas no ha pasado desapercibido. Recursos Humanos se han dado cuenta de la capacidad de la gamificación para estimular la creatividad, fomentar la colaboración, promover el aprendizaje continuo y fidelizar equipos.
Al incorporar elementos de juego como desafíos, recompensas y competencias en tareas cotidianas se transforman en actividades estimulantes y satisfactorias. Esta habilidad para convertir la interacción en una experiencia gratificante hace del juego una poderosa herramienta.
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Las cifras hablan por sí solas, según la Universidad de Pensilvania, el 90% de los colaboradores son más productivos cuando se emplea la gamificación en sus tareas diarias y el 72% de las personas considera que la gamificación lo inspira para alcanzar sus metas.
En tiempos donde la retención y el compromiso de los equipos son claves para el éxito empresarial, la gamificación emerge como una solución innovadora y eficaz. Hemos evidenciado, cómo al transformar tareas rutinarias en experiencias gamificadas, no solo se promueve un ambiente de trabajo más motivador, sino que también se fortalece el sentido de pertenencia y satisfacción entre los colaboradores aumentando su compromiso con las compañías.