«Influencers y marcas: ¿más estrategia y menos seguidores?»es el tema que propone David Caro, CEO de Adinfluence agencia especializada en marketing digital, influencer marketing, generación de contenido y performance con Inteligencia Artificial.
Últimamente, he visto cómo muchas marcas saltan de lleno al tren de las colaboraciones con influencers, esperando resultados casi milagrosos. Y, ojo, no las culpo: trabajar con la persona correcta puede ser un cambio de juego. Pero aquí va una verdad que a veces pasa desapercibida: no todo se trata de seguidores.
Creo que hay que repensar cómo estamos gestionando estas alianzas. Si lo hacemos bien, las colaboraciones pueden ser más que una estrategia de marketing: pueden ser una conexión real con su audiencia, esa que les compra, les recomienda y se queda fiel.
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Entonces, ¿cómo elegir al influencer ideal? Aquí hay algunas cosas que deberían tener clarísimas:
La audiencia lo es todo
El público del influencer debe parecerse al tuyo. Es básico, pero a veces lo olvidamos. Analicen dónde están esas personas, qué les interesa, qué edades tienen. Porque no sacan nada con una campaña ultra creativa si el mensaje no llega a quienes realmente podrían comprar su producto o servicio.
La autenticidad no se negocia
¿Se han preguntado si el influencer realmente cree en su marca? Les prometo que los seguidores lo notan. Un creador de contenido que conecta de manera genuina con su producto puede ser la diferencia entre una publicación más en redes y una recomendación memorable.
El historial habla mucho
Esto es clave: antes de comprometerse, revisen con quién ha trabajado el influencer antes. ¿Han promovido a su competencia directa? ¿Productos que van en contra de los valores de su marca? Estos detalles son más importantes de lo que parecen.
Miren más allá de los seguidores
Los números son atractivos, claro, pero ¿quién está realmente viendo ese contenido? Revisen métricas como el engagement: likes, comentarios, compartidos. Esos datos dicen mucho más sobre la conexión real que tienen con su audiencia.
El contenido es el rey
Y, por último, el tema creativo. ¿Han visto el estilo de contenido que produce el influencer? No basta con que se vea bonito: tiene que contar su historia, transmitir su mensaje, y hacerlo con coherencia.
Ahora, también entiendo que esto puede sonar abrumador, pero no están solos. Hoy en día, con herramientas como la inteligencia artificial, se pueden evaluar todos estos factores de manera mucho más precisa y, permitiendo elegir perfiles que proyecten resultados tangibles y minimicen riesgos.
Lo otro importante es evitar errores comunes. Como por ejemplo, lo de elegir al influencer sólo por cantidad de seguidores es uno de los más frecuentes. Pero también lo es descuidar la calidad del contenido, no investigar la audiencia del creador o incluso ignorar su historial de colaboraciones. Todo esto impacta directamente en el éxito (o fracaso) de sus campañas.
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Trabajar con influencers es una inversión, no un juego de azar. Háganlo con estrategia, pensando en el largo plazo, y verán cómo los resultados superan sus expectativas.
Las redes sociales están llenas de oportunidades. La clave está en cómo las aprovechan.
