Furgoneta eléctrica de los grandes almacenes Harrods de 1939. Londrés.
La flota de vehículos eléctricos de reparto de Harrods fue algo cotidiano en en la década de 1930 en las calles de Londres. Incluso durante los años de la IIGM.
Los grandes almacenes británicos, y en concreto el más famoso, usaban furgonetas eléctricas Walker de fabricación estadounidense, ya en 1919, hace más de un siglo. Durante la década de 1930, Harrods renovó la flota, llevando a cabo el diseño y la construcción en sus propios talleres. El trabajo comenzó en 1933 y un prototipo de furgoneta estaba en funcionamiento en 1935. Hasta 1939 se construyeron un total de sesenta furgonetas.
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Las furgonetas de 1 tonelada funcionaban con baterías montadas bajo el suelo, lo que proporcionaba una autonomía de sesenta millas por carga. Algunas de estas furgonetas electrícas permanecieron en funcionamiento hasta lo años 70.
Eran unas furgonetas muy preciadas por los londinenses al ser silenciosos y libres de contaminación.
El lema de Harrod´s era: Omnia, omnibus, ubique (Todo para todos, en todas partes)
En los años 30, el número de entregas de mercaderías que salían de los grandes almacenes a los hogares londinenses fueron enormes. Los pedidos se hacían generalmente llamando a líneas telefónicas operadas por personal entrenado para coger los pedidos, y transmitirlo a los empleados de la tienda que preparaban el pedido, y ese mismo día generalmente salía para el domicilio.
Y también era común que los clientes fueran a recoger lo pedido, o reservado, por teléfono, al gran almacén y, de paso, comprar más cosas que necesitaran.
Luego… muchos años después, nos dijeron que el futuro del retail era la logísitica verde, y la omnicanalidad.