Según publica telam.com.ar, en la encrucijada de desafíos ambientales y la búsqueda constante de un desarrollo sostenible, conceptos como «green skills» y «green jobs» emergen como faros de esperanza y cambio. Estos términos no solo representan habilidades y empleos verdes, sino que también encarnan una visión transformadora que fusiona la prosperidad económica con la preservación del ambiente y el bienestar de las personas.
A simple vista, estos conceptos podrían parecer simples. Al escucharlos, uno pensaría quizás en formación técnica sobre gestión de residuos o energías renovables. Sin embargo, este nuevo enfoque representa algo un poco más complejo y poderoso.
Para comprender plenamente la esencia de las green skills, es crucial empezar por la educación. Estas habilidades verdes no solo se refieren solamente a conocimientos técnicos en tecnologías sostenibles, sino que abarcan un espectro más amplio. Desde la agricultura sostenible hasta la adquisición de habilidades socioemocionales, estas habilidades se configuran como un conjunto diverso de capacidades duras y blandas, diseñadas para abordar los desafíos socioambientales actuales y futuros.
La educación orientada hacia la sostenibilidad no solo arma a las personas con conocimientos prácticos, sino que también fomenta una mentalidad de resiliencia y creatividad. Estas habilidades no son estáticas, sino que evolucionan con la tecnología, la comprensión cambiante de la sostenibilidad y de la realidad social. La adaptabilidad se convierte así en un skill esencial para el presente y el futuro, marcando la diferencia entre una fuerza laboral tradicional y una más sostenible.
Tampoco podemos pasar por alto el papel fundamental de la concientización. Fomentar una conexión profunda con la naturaleza y la comprensión de las interconexiones entre las personas y con el ambiente son elementos esenciales. La educación en green skills busca cultivar una mentalidad que valore y respete a las personas y al planeta, y aportar herramientas para pasar a la acción.
Todo este nuevo paradigma encapsula una revolución en la forma en que concebimos el trabajo y su impacto en el entorno. Estos green jobs, o empleos verdes, no solo pretenden generar ingresos, sino también contribuir activamente a la preservación del ambiente y a la construcción de comunidades inclusivas y sostenibles.
Las energías renovables pueden ser un ejemplo claro de la proliferación de green jobs. Desde instaladores de paneles solares hasta ingenieros especializados en energía eólica, estas ocupaciones no solo ofrecen estabilidad laboral, sino que también son vehículos para la transformación de nuestro modelo energético. Pero no solo se trata de empleos técnicos; también implica la capacitación en materia de sustentabilidad para generar cambios positivos dentro de una organización, o el reskilling en habilidades enverdecidas, para actualizar y adaptar habilidades existentes hacia prácticas más sostenibles.
Otro aspecto fundamental de los green jobs es su capacidad para combinar la realización personal con un impacto positivo en el mundo. A medida que más personas buscan trabajos que no solo les proporcionen un salario, sino que también les den un propósito significativo, los green jobs se presentan como una respuesta a esta creciente demanda de significado en el trabajo. Estas ocupaciones permiten a los individuos no solo ganarse la vida, sino también contribuir a la construcción de un futuro más sostenible. Y esto trae consigo un impacto positivo en el individuo, y también en la retención de talento y la creación de valor en las empresas.
La adopción generalizada de green skills y green jobs tiene claras implicaciones ambientales, pero también impulsa transformaciones en el tejido social y económico. Es decir, genera un triple impacto positivo. En términos de equidad, estos conceptos ofrecen oportunidades para reducir las disparidades económicas y construir comunidades más resilientes.
En el ámbito social, la implementación de green skills puede democratizar el acceso a oportunidades educativas y laborales. Las comunidades marginadas, en general las más afectadas por los impactos ambientales adversos, pueden encontrar en estas habilidades una vía para salir de situaciones de vulnerabilidad y fortalecer su resiliencia frente a los desafíos actuales y futuros.
Desde una perspectiva económica, la transición justa hacia una fuerza laboral más verde no solo genera empleos, sino que también impulsa la innovación y el crecimiento económico. La inversión en tecnologías sostenibles y en la formación de una fuerza laboral capacitada crea un ciclo virtuoso que beneficia tanto a las empresas como a la sociedad en su conjunto.
El viaje hacia un futuro sostenible no está exento de desafíos. La transición de las industrias tradicionales hacia prácticas más sostenibles puede enfrentar resistencias y obstáculos. Es importante abordar estos desafíos con una visión a largo plazo y un compromiso colectivo con la sostenibilidad.
La inversión en investigación y desarrollo, la creación de incentivos fiscales para empresas sostenibles y la promoción de la educación orientada hacia la sostenibilidad son pasos cruciales en esta dirección. Los gobiernos, las empresas y los individuos tienen que colaborar para crear políticas y prácticas que fomenten la adopción de este nuevo paradigma.
Green skills y green jobs son más que simples nuevos conceptos del glosario de sustentabilidad. Representan una visión de futuro donde la prosperidad socioeconómica y la sostenibilidad ambiental coexisten armoniosamente. La educación sostenible y la creación de empleos verdes son los cimientos sobre los cuales podemos construir una sociedad más equitativa, resiliente y colaborativa. Tenemos una oportunidad para transformar nuestros modos de vida y contribuir a la salud a largo plazo de nuestro planeta. Es hora de abrazar este cambio y construir juntos un futuro donde la naturaleza y la economía coexistan en perfecta armonía.
Escrito por: Maite Durietz es Lic. en gerenciamiento ambiental, especialista en sustentabilidad y consultora B.
Fuente: telam.com.ar