Me preguntarón ¿cuál es la tienda que más te ha soprendido?
Pensé.
Y respondí: “Fue en Zurich”
Zurich es una ciudad ultrarica, y ultraburrida. Y medio de esa dicotomía magnífica, estaba la tienda más extraña que había visto en mi vida.
Extraña y alucinante.
Era la flagship suiza de Freitag,.
Una suerte de torre fabricada con viejos contenedores.
17 contenedores apilados de una forma sorprendente, taumatúrgica. En definitiva, unos 25 metros sobre el suelo, donde los clientes van superando contenedores que en verdad eran microtiendas con todo tipo de productos de la marca, Cada microtienda tenía una decoración especial, Y al final de ese viaje, el cliente era recompensado con unas vistas extraordinarias sobre la ciudad de Zurich. Una ciudad amurallada de lagos y montañas.
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Freitag es una marca que hace bolsas. En 1993 los hermanos Freitag comenzaron a fabricar bolsas con lonas usadas para camiones. Cuando aún no se llevaba, los hermanos crearon una propuesta con algo tan insensato por entonces como revitalizar materiales e ideas usados dándoles una segunda vida y un nuevo propósito. Eran los años de la moda rápida: consume rápido, tira pronto, oxigena tu armario.
Esta flagship es el rascacielos punk del retail
Freigtag, más allá de esta alucinación extraordinaria, tiene tiendas magníficas en Kioto, Basilea, Amsterdam… Cien por cien recomendables para los cazadores de estéticas imposibles.