Flotas sostenibles: reduciendo emisiones y aprovechando oportunidades de negocio. El tiempo corre en contra. De acuerdo con Naciones Unidas el transporte es el segundo mayor emisor industrial de gases de efecto invernadero en la mayoría de los países, haciendo del cambio en la movilidad una necesidad innegable. Al contrario de lo que muchos decisores consideran, la transición energética no es una mera cuestión sostenible: es una importantísima oportunidad de negocio y un diferenciador estratégico que sólo los primeros en actuar transformarán en una ventaja competitiva.
Para entender por qué conviene observar bien las ventas mundiales de vehículos eléctricos. En 2022 se vendieron 10 millones de vehículos eléctricos y para este año se espera la comercialización de 14 millones de unidades, un 35% más, de acuerdo con la Agencia Internacional de Energía (AIE). Los vehículos comerciales ligeros eléctricos son los grandes olvidados, pues apenas representan un porcentaje ínfimo de las ventas dentro del segmento electrificado.
Una de las causas principales para entender este retraso con respecto a los turismos es que los vehículos comerciales suelen ser más pesados y recorrer distancias más largas, lo que provoca una presión adicional en relación con la autonomía de las baterías. Los costes de infraestructura de las flotas son también más elevados, además de que existe un obstáculo psicológico que superar, por no hablar de un evidente elemento de incertidumbre asociado.
A pesar de todo ello, la descarbonización ofrece unas ventajas que no se pueden obviar, como el acceso a programas de ayudas para renovar vehículos, un repostaje más económico, beneficios de aparcamiento y acceso a carriles especiales y, también muy importante, la mejora de la imagen de la empresa. El compromiso con la nueva movilidad es una herramienta de comunicación y posicionamiento muy atractiva para los socios actuales y futuros.
Hay oportunidades de futuro para los gestores de flotas. Una encuesta de AddSecure muestra que cuatro de cada cinco (83%) empresas de transporte europeas están dispuestas a pasar a vehículos eléctricos o combustibles alternativos en su flota, o ambos si las condiciones lo permiten. Una de cada cuatro (26%) empresas de transporte considera que la sostenibilidad es el factor principal a la hora de querer hacer la transición a una flota más respetuosa con el clima. Más de uno de cada cinco (23%) indica que la demanda de los clientes es el principal impulsor de la transición.
Una movilidad emergente y con futuro
Se han logrado importantes hitos en el compromiso de DKV Mobility de impulsar el futuro sostenible de la movilidad: por ejemplo, nuestra red de suministro de más de 66.000 estaciones de servicio de combustible incluye aproximadamente 21.000 estaciones de servicio para combustibles alternativos, como GNL, GNC, HVO o hidrógeno. Con alrededor de 509.000 puntos de recarga de vehículos eléctricos en la actualidad, también ofrecemos acceso a una de las mayores redes de recarga de vehículos eléctricos de Europa.
En este sentido, el concepto de las flotas sostenibles ha surgido como un enfoque proactivo para reducir la huella ambiental de las operaciones y al mismo tiempo mejorar la eficiencia y la rentabilidad. Por tanto, no podemos pensar en que las flotas comerciales eléctricas promueven únicamente el uso de combustibles alternativos por la cuestión ambiental. Va mucho más allá y, en esta línea, la tecnología juega un papel crucial.
La digitalización va de la mano de la sostenibilidad
En DKV Mobility entendemos que el análisis de datos es fundamental para que los administradores de flotas monitoreen el rendimiento de los vehículos y optimicen las rutas. Por tanto, la digitalización también se traduce en sostenibilidad. Apoyarse en la tecnología para minimizar las distancias de viaje, reducir el tiempo de inactividad y mejorar la eficiencia del combustible, entre otras cosas, nos permite impulsar un modus operandi mucho más respetuoso con el medioambiente y, a su vez, eficiente.
En última instancia, las flotas sostenibles no son solo una cuestión técnica o económica, son una manifestación de nuestra responsabilidad hacia el planeta y hacia nosotros mismos. Son una declaración de que estamos dispuestos a evolucionar, a abrazar nuevas formas de movernos y a cuidar del mundo que compartimos. Cada vez que elegimos lo sostenible, estamos creando un pequeño pero poderoso impacto que causa efecto en toda la sociedad.
Víctor García, director general de DKV Mobility Iberia & Vat Services
Fuente: transporte3.com