Por Agustín Paolini CEO de Markmedia. Hincha del AUDAX ITALIANO
Creo que es interesante comenzar con el significado de una palabra que podría interpretar a muchos (as) que consideran al fútbol de superficial, o mejor dicho banal.
¿Qué significa el término «banal»?, se refiere a la falta de importancia, profundidad o trascendencia en algo.
Aplicada al fútbol, es que un deporte que genera pasión, casi una religión para millones de personas en todo el mundo, la idea de banalidad puede parecer contradictoria. Sin embargo, hay aspectos del fútbol contemporáneo que han llevado a algunos críticos a calificar ciertos elementos del deporte como superficiales, enfocados más en el espectáculo, el consumo que en la esencia y los valores tradicionales del juego.
El fútbol como entretenimiento.
En su esencia, el fútbol es un juego simple y hermoso que une a personas de diferentes culturas y orígenes. Sin embargo, la comercialización masiva del deporte ha transformado muchos aspectos del fútbol en entretenimiento puro y simple, en eventos de gran espectacularidad y asociado solo al consumo en sí mismo. Lo que no está mal, sino que se debe matizar, para no ahogar a los consumidores.
Las ligas europeas y hoy por hoy por lo visto en la Copa América en E.E.U.U. existen torneos se han convertido en grandes eventos mediáticos, donde el espectáculo ya puede competir con un recital de alguna celebridad musical, sin ningún problema. En Chile, no es así, eso daría para otro newletter, por cierto mucho más criollo que desvelaría las malas canchas,arbitrajes, clubes con fantasmas de propietarios y un largo etc.
El papel de los medios de comunicación.
Los medios de comunicación juegan un papel crucial en esta transformación, hoy muchios viven exclusivamente de lo que genera como industria. La cobertura constante y a menudo el tono sensacionalista de las vidas de los jugadores y las rivalidades entre equipos ha contribuido a una cultura donde el fútbol es consumido más como un producto que como un deporte, lo cual deja afuera una excelente alianza. Las narrativas se construyen alrededor de héroes y villanos, creando una dramatización que, aunque emocionante, puede desviar la atención de la pureza del juego. Por otro lado las transmisiones de TV ( EuroCopa – Copa América) , se podrían confundir con los animaciones de un juego de play con movimientos y tomas de cámaras realmente extraordinarias. ¿En Chile … ?, algo mediocre aún
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El mercado de transferencias.
Un aspecto que para mí refleja la total banalidad en el fútbol es el mercado de transferencias. Los montos exorbitantes que se pagan por jugadores han convertido el fichaje de futbolistas en un espectáculo por sí mismo. Los valores multimillonarios, las negociaciones secretas y los rumores constantes alimentan una industria que, para algunos, desvirtúa el verdadero espíritu del fútbol. Este mercado hipermediatizado a menudo presenta a los jugadores como meros activos financieros en lugar de atletas dedicados a jugar.
El impacto de los patrocinadores y las marcas.
La influencia de los patrocinadores y las marcas en el fútbol también ha contribuido a mejorar las experiencias. Los estadios, camisetas y los nombres de los torneos están patrocinados por importantes empresas. Aunque el patrocinio es vital para el sustento económico del deporte, su omnipresencia puede hacer que el fútbol se perciba más como una plataforma publicitaria que como una celebración de habilidad y competencia. No hay que perder el equilibrio.
El culto a la celebridades
Los futbolistas son ahora celebridades globales, admirados no solo por sus habilidades en el campo sino también por sus vidas fuera de él. Redes sociales y medios de comunicación han potenciado la imagen de los jugadores, a veces poniendo más énfasis en su estilo de vida, apariencia y contratos publicitarios que en su rendimiento deportivo. Este culto a la celebridad contribuye a la percepción de que el fútbol se ha vuelto superficial, centrado en la imagen y el glamour, más que el rendimiento en la cancha.
La resistencia a la banalidad
A pesar de estas tendencias, muchos dentro y fuera del fútbol luchan por preservar su esencia. Los aficionados más puristas, jugadores y entrenadores a menudo expresan su deseo de mantener el enfoque en los valores tradicionales del deporte: el trabajo en equipo, la dedicación, la pasión y la competencia justa. Iniciativas comunitarias y proyectos de base siguen promoviendo el fútbol como una fuerza positiva, destacando su capacidad para unir a las personas y fomentar valores importantes.
El Fútbol y la Política, Es Una Relación Muy Compleja
El fútbol, uno de los deportes más populares a nivel mundial, tiene una profunda conexión con la política. Esta relación es compleja y multifacética, influenciando y reflejando dinámicas sociales, económicas y políticas en diversos contextos. A lo largo de la historia, el fútbol ha sido utilizado como una herramienta de propaganda, un medio de protesta y una plataforma para la unidad y la división nacional.
Los regímenes autoritarios y democráticos han utilizado el fútbol como una herramienta de propaganda para promover sus agendas políticas y consolidar el poder.
En la década de 1930, Benito Mussolini utilizó el éxito de la selección italiana de fútbol para promover el régimen fascista. La Copa del Mundo de 1934, organizada y ganada por Italia, fue utilizada para exhibir la supuesta superioridad del fascismo italiano.
Durante la Copa del Mundo de 1978, la dictadura militar argentina utilizó el torneo como una herramienta para desviar la atención de las violaciones de derechos humanos y mejorar su imagen internacional La victoria de Argentina en el torneo fue utilizada como una muestra de unidad y éxito nacional.
Colo Colo, en Chile siempre ha sido un importante club para obtener réditos en la masa electoral, recuerdan el estadio Pedreros, hoy Monumental?, entremos en el contexto durante la década de 1980, cuando el régimen de Pinochet estaba consolidado, Colo-Colo logró avanzar significativamente en la construcción del estadio. Diversas fuentes sugieren que el club recibió apoyo del gobierno militar en forma de facilidades y recursos que permitieron la culminación del proyecto.
Durante la dictadura , o régimen militar ( como quieran leerlo) , las trabas burocráticas que normalmente habrían retrasado un proyecto de esta envergadura fueron eliminadas, facilitando el proceso de construcción.
Se ha sugerido que el régimen pudo haber proporcionado acceso a materiales de construcción o incluso fondos, directa o indirectamente, para ayudar en la construcción del estadio.
Fútbol y movimientos de protesta en varios lugares del mundo.
El fútbol también ha sido un escenario para movimientos de protesta y resistencia política.
Las protestas masivas en Brasil en 2013 coincidieron con la Copa Confederaciones. Los manifestantes utilizaron la atención global del evento para llamar la atención sobre problemas como la corrupción, el gasto público excesivo en estadios y la falta de inversión en servicios públicos esenciales.
En Irán, las mujeres han utilizado los partidos de fútbol para protestar contra las leyes que les prohíben asistir a eventos deportivos. Las activistas han desafiado las restricciones, utilizando el fútbol como una plataforma para luchar por sus derechos.
El fútbol puede actuar como un símbolo de unidad nacional, pero también puede exacerbar divisiones étnicas y regionales.
En países como España, la selección nacional de fútbol ha sido un símbolo de unidad, especialmente durante torneos internacionales como la Eurocopa y la Copa del Mundo. Las victorias de la selección pueden generar un sentido de orgullo y cohesión nacional.
En Chile luego de ser un ámbito que separaba más que juntaba , nació desde los medios, radio Nacional de Chile, Don Eduardo Bonvallet ex jugador que generó un cambio de mentalidad, yo estoy seguro que él fue el que pavimentó a una generación «dorada», desde la motivación, que los hizo creer que si se podia ser campeones.
En países con fuertes identidades regionales, como España, el fútbol también puede resaltar las divisiones. Equipos como el FC Barcelona y el Athletic Club de Bilbao tienen una fuerte identidad regional y han sido vistos como símbolos de la identidad catalana y vasca, respectivamente.
Si, El fútbol también juega un papel en la diplomacia internacional.
Los partidos amistosos y los torneos internacionales pueden servir como medios para mejorar las relaciones diplomáticas entre países. Un ejemplo notable es el partido de fútbol entre Corea del Norte y Corea del Sur, que fue un paso simbólico hacia la reconciliación entre las dos naciones.
Países como Qatar y Rusia han utilizado la organización de grandes eventos futbolísticos, como la Copa del Mundo, para mejorar su imagen internacional y ejercer su «soft power». o en Español algo asi como un poder blanco, suave, livianito… como con alitas de ángel.
La intersección del fútbol y la política no está exenta de controversias.La corrupción en las organizaciones futbolísticas, como la FIFA, ha llevado a escándalos que involucran sobornos y la manipulación de decisiones sobre la sede de torneos internacionales.
Discriminación y Racismo.
El racismo y la discriminación en el fútbol siguen siendo problemas importantes. Las políticas y las acciones de los gobiernos y las organizaciones deportivas para combatir estos problemas son cruciales para el desarrollo del deporte.
La relación entre el fútbol y la política es intrincada y dinámica. Mientras que el fútbol puede ser una herramienta para la propaganda y la diplomacia, también puede servir como plataforma para la protesta y la resistencia. Su capacidad para unir y dividir refleja las complejidades de las sociedades en las que se juega. A pesar de los desafíos y controversias, el fútbol sigue siendo una parte integral de la cultura y la política global, influyendo en millones de personas en todo el mundo.
Guerras y Conflictos Motivados por el Fútbol
El fútbol, aunque principalmente un deporte que une a las personas, ha sido en ocasiones un catalizador de tensiones que han llevado a conflictos armados. La historia registra algunos casos en los que el fútbol ha jugado un papel significativo en desencadenar o intensificar disputas. Aquí se destacan dos de los ejemplos más notorios:
La Guerra del Fútbol (1969)
La Guerra del Fútbol, también conocida como la Guerra de las Cien Horas, fue un conflicto armado entre El Salvador y Honduras que tuvo lugar en julio de 1969. Aunque las causas subyacentes del conflicto estaban relacionadas con disputas económicas, sociales y políticas, los partidos de fútbol entre los equipos nacionales de ambos países sirvieron como catalizador inmediato.
Muchos salvadoreños habían emigrado a Honduras debido a la pobreza y la falta de tierras en El Salvador. Esta migración generó tensiones, ya que los hondureños veían a los migrantes como una amenaza económica. Las políticas de reforma agraria en Honduras, que incluían la expropiación de tierras ocupadas por salvadoreños, exacerbaron las tensiones.
En los tres partidos que ambos países jugaron para la clasificación de la Copa del Mundo de 1970 se jugaron en un ambiente muy tenso. La violencia y el nacionalismo exacerbados durante los dos encuentros deportivos actuaron como una chispa que encendió las tensiones latentes.
Todo lo que desató el conflicto comenzó , como no, en el partido de ida. El primer encuentro se jugó en Tegucigalpa, Honduras, y fue ganado por el equipo local. Después del partido, hubo informes de violencia y ataques contra los hinchas salvadoreños.
En el segundo partido en San Salvador, El Salvador ganó, y nuevamente se produjeron incidentes violentos contra los hondureños.
Hubo un tercer partido de desempate, el cual se jugó en la Ciudad de México, y El Salvador ganó. Poco después, el 14 de julio de 1969, El Salvador ( se picó en chileno ) lanzó un ataque militar contra Honduras.
La guerra duró cuatro días y causó alrededor de 2,000 muertes. Una intervención de la Organización de los Estados Americanos (OEA) logró un alto el fuego, pero las tensiones entre ambos países continuaron por años.
Nosotros tenemos lo propio en el mundial del ´62. La Batalla de Santiago
Aunque no fue una guerra en el sentido tradicional, la «Batalla de Santiago» es un ejemplo de cómo un partido de fútbol puede reflejar y exacerbar tensiones internacionales.
Ese partido se jugó el 2 de junio de 1962 durante la Copa del Mundo en Chile, entre las selecciones nacionales de Chile e Italia.
Antes del partido, algunos periodistas italianos publicaron artículos despectivos sobre Chile, criticando el país y sus condiciones de vida. Esto generó una reacción negativa en el público chileno. . La atmósfera en Santiago era extremadamente hostil hacia los italianos debido a las tensiones creadas por la prensa.
El partido se caracterizó por una violencia extrema. Los jugadores de ambos equipos participaron en peleas y conductas antideportivas. Hubo varias expulsiones, y la policía tuvo que intervenir en el campo en múltiples ocasiones.
El juego fue transmitido en vivo y se convirtió en un símbolo de la intensidad y el fervor con el que se vive el fútbol en algunos contextos.
Aunque el partido no desencadenó, obviamente un conflicto armado, exacerbó las tensiones diplomáticas entre Italia y Chile y demostró cómo el fútbol puede reflejar y magnificar conflictos sociales y políticos.
El fútbol tiene un poder único para unir a las personas, pero también puede actuar como un catalizador de tensiones y conflictos.
Pero la realidad es que hoy en El fútbol es un fenómeno global y de géneros.
El fútbol, más que un simple deporte, es un fenómeno cultural y social de enorme envergadura. Jugado y seguido por millones de personas en todo el mundo, el fútbol trasciende fronteras, idiomas y culturas, convirtiéndose en un lenguaje universal que une a la humanidad. Su importancia social se manifiesta en múltiples facetas, desde la cohesión comunitaria hasta la identidad cultural y el impacto económico.
En muchas comunidades, el fútbol juega un papel fundamental en la creación de un sentido de pertenencia y cohesión. Los equipos locales son fuentes de orgullo comunitario y sus partidos son eventos que reúnen a personas de diversos orígenes y edades. Los clubes de fútbol actúan como centros de interacción social, donde los individuos pueden formar amistades y fortalecer lazos comunitarios.
Identidad cultural y orgullo nacional.
A nivel nacional, el fútbol es una poderosa expresión de identidad cultural y orgullo. Los equipos nacionales y sus éxitos en competiciones internacionales, como la Copa del Mundo, son momentos de celebración y unidad nacional. Estos eventos tienen el poder de elevar el espíritu de una nación y proporcionar un sentido de logro compartido, transcendente de las diferencias políticas y sociales. Hay existido guerras por el fútbol.
El fútbol también tiene un impacto económico significativo. Genera miles de empleos, desde jugadores y entrenadores hasta personal de apoyo, medios de comunicación y trabajadores de estadios. Las grandes competiciones y ligas profesionales son motores económicos que atraen inversiones y turismo. Las ciudades que albergan eventos importantes experimentan un auge económico que beneficia a una amplia gama de sectores.
Educación y desarrollo juvenil. A nivel de base, el fútbol es una herramienta poderosa para la educación y el desarrollo juvenil. Los programas de fútbol juvenil enseñan a los niños y adolescentes habilidades importantes, como el trabajo en equipo, la disciplina, la perseverancia y el respeto. Además, ofrecen un espacio seguro y positivo donde los jóvenes pueden desarrollarse física y emocionalmente.
Fútbol como espectáculo. El aspecto del espectáculo en el fútbol no solo aumenta su atractivo, sino que también tiene una importancia social propia. Los partidos de fútbol, especialmente los de alto perfil, son eventos que capturan la atención global. Estos eventos son momentos de entretenimiento compartido, que reúnen a personas frente a las pantallas de televisión, en los estadios y en los espacios públicos. El espectáculo del fútbol genera experiencias colectivas que fortalecen el tejido social.
La popularidad del fútbol también contribuye a la promoción de la salud pública. Al inspirar a millones de personas a participar en actividades físicas, el fútbol ayuda a combatir el sedentarismo y promueve estilos de vida activos. Las campañas y programas relacionados con el fútbol a menudo abordan problemas de salud pública, como la obesidad y las enfermedades cardiovasculares.
El fútbol tiene una capacidad única para movilizar a las personas en torno a causas sociales. Los clubes y jugadores suelen involucrarse en actividades benéficas y campañas de concienciación, utilizando su plataforma para promover el cambio social positivo. Eventos como partidos benéficos y fundaciones de jugadores recaudan fondos y apoyan diversas causas humanitarias.
El fútbol y las féminas
Desde principios del siglo XX, las mujeres han jugado al fútbol, aunque enfrentaron prohibiciones y restricciones significativas, como la prohibición de la Federación Inglesa de Fútbol en 1921. A partir de los años 70 y 80, el fútbol femenino comenzó a resurgir, con la primera Copa Mundial Femenina de la FIFA celebrada en 1991 en China.
Las mujeres en el fútbol enfrentan desigualdad salarial, menor visibilidad y cobertura mediática, y menos acceso a infraestructura y recursos de entrenamiento en comparación con los hombres.
A pesar de estos desafíos, el fútbol femenino ha logrado avances significativos, como el crecimiento y popularidad de la Copa Mundial Femenina, el establecimiento de ligas profesionales en varios países, y la igualdad de premios anunciada por la Federación de Fútbol de Estados Unidos en 2022.
El éxito del fútbol femenino empodera a mujeres y niñas, cambia actitudes hacia las mujeres en el deporte, y promueve la igualdad de género. Jugadoras destacadas como Marta Vieira da Silva, la chilena Christiane Endler,
Morgan y Megan Rapinoe han sido fundamentales en este avance.
A pesar de los desafíos, el fútbol femenino continúa creciendo y abriendo camino para la igualdad de género en el deporte y en la sociedad en general.
Desafíos y críticas.
Sin embargo, el fútbol también enfrenta desafíos y críticas. La comercialización excesiva y la influencia del dinero en el deporte han llevado a preocupaciones sobre la equidad y la ética. Los casos de corrupción y el escándalo en organizaciones futbolísticas han empañado la imagen del deporte. Además, la violencia y el comportamiento antisocial entre algunos aficionados siguen siendo problemas persistentes.
La importancia social del fútbol y del espectáculo es profunda y multifacética. Más allá del juego en sí, el fútbol actúa como un poderoso agente de cohesión social, identidad cultural y desarrollo económico. A pesar de los desafíos que enfrenta, el fútbol sigue siendo una fuerza positiva en la sociedad, capaz de inspirar, unir y transformar. Su impacto va mucho más allá del campo de juego, tocando la vida de millones de personas en todo el mundo.