En el competitivo mundo del comercio electrónico, los minoristas se enfrentan a un desafío creciente: adaptarse a las expectativas cambiantes de los consumidores que se perfilan para 2025. En su reciente artículo, @Scott D. Dustin ofrece un análisis profundo sobre el comprador online del futuro, que se caracteriza por ser exigente, desconfiado y profundamente digital. Destaca que los consumidores de hoy en día no son solo compradores, sino también escépticos expertos en tecnología que han llegado a esperar niveles de personalización que antes eran inimaginables. Puedes leer el artículo completo aquí.
La hiperpersonalización ha pasado de ser un lujo a una necesidad. Según Dustin, los compradores esperan que las marcas conozcan sus deseos antes de que ellos mismos los articulen. Esto significa que las recomendaciones de productos deben ir mucho más allá de sugerencias básicas, como sugerir calcetines tras la compra de zapatillas. Los consumidores quieren experiencias adaptadas a sus preferencias individuales, lo cual es un reto para las empresas que aún operan con métodos tradicionales de segmentación de mercado.
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Otro aspecto crucial que Dustin menciona es el papel transformador de las redes sociales en la experiencia de compra. Las plataformas sociales han evolucionado hasta convertirse en verdaderos centros comerciales, donde el 76% de los consumidores en el Reino Unido planean hacer compras directamente a través de ellas. Esto señala un cambio drástico en el comportamiento del consumidor que los minoristas deben reconocer y aprovechar. Marcas como L’Oréal y Sweaty Betty están liderando el camino al convertir a los usuarios de TikTok en compradores activos, destacando la efectividad de conectar con los consumidores en los espacios donde ya pasan su tiempo.
Además, la confianza ha emergido como la nueva moneda en el comercio minorista. Los consumidores han perdido la fe en los anuncios convencionales y en el marketing tradicional, buscando autenticidad e interacciones genuinas con las marcas. Dustin señala que compañías como Loewe y Fenty Beauty han reemplazado a los influencers por contenido generado por empleados, lo que resulta en un enfoque más identificable y verdaderamente representativo de la cultura corporativa. Este tipo de autenticidad provoca un sentido de comunidad y lealtad entre los consumidores, ya que se ven reflejados en las marcas que eligen.
La tendencia de combinar experiencias digitales y físicas también está ganando protagonismo, creando una revolución en lo que se denomina “experiencia phygital”. Marcas prestigiosas como Gucci y Prada están transformando sus espacios físicos en cafeterías y centros de experiencia, brindando una forma novedosa de interactuar con los consumidores. Esta integración no solo mejora la experiencia del cliente, sino que también impulsa un mayor valor de vida del cliente para los minoristas que logran equilibrar lo digital y lo físico.
Por último, pero no menos importante, la demanda de entrega rápida y sin fricciones es un tema candente. Dustin señala que los consumidores quieren recibir sus compras rápidamente, pero no están dispuestos a pagar más por ello. De hecho, el 90% de los compradores online esperarán de 2 a 3 días por envío gratuito. Empresas como Amazon y Walmart están liderando la carga, ofreciendo opciones de entrega ultrarrápida que se han convertido en un estándar que los consumidores esperan.
El comprador de 2025 será un individuo impredecible, exigente y habilitado por la tecnología, que anhela la personalización, compra donde se desplaza y busca experiencias fluidas en línea y fuera de línea. Las marcas que se adapten a estas expectativas —adoptando la inteligencia artificial, la autenticidad y un enfoque phygital— están bien posicionadas para triunfar en este nuevo entorno. Por el contrario, aquellas que continúan aferrándose a estrategias de comercio electrónico obsoletas están destinadas a ser superadas.
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Este artículo proporciona una perspectiva valiosa sobre cómo las marcas pueden evolucionar y prosperar en un mercado en constante cambio, donde la capacidad de innovar y adaptarse a las demandas de los consumidores es más crucial que nunca. Al entender y anticipar estos cambios, los minoristas pueden no solo sobrevivir, sino también prosperar en el futuro del comercio digital.