«¿El caos del comercio electrónico?»es el tema que propone Laureano Turienzo Esteban , Elegido Mayor Líder & Influyente Mundial en Retail en Español
Los medios de comunicación occidentales y los foros especializados en retail, en su infinita mayoría, desconocen este dato: el 18 de noviembre de este año, hace apenas tres semanas, China alcanza el récord de 150.000 millones de entregas de paquetes en 2024.
El logro se marcó a las 4:29 pm del domingo, con la cifra «150,000,000,000» parpadeando en la Plataforma de Big Data de China Express Delivery, que monitorea la industria logística del país.
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El paquete simbólico número 150.000 millones, una caja de manzanas de Tianshui, en la provincia noroccidental de Gansu, fue enviado a un destinatario en Chongqing, lo que pone de relieve la gran escala de la red de entrega de China.
La caja de manzanas recorrió casi 800 kilómetros. Y le llegó a su comprador urbanita en menos de 48 horas desde que hizo el pedido. A un precio increíblemente barato.
Imagina los cientos de miles de camiones y furgonetas que hay detrás de esas entregas individualizadas y rápidas.
Imagina la montaña de plásticos, cartones y emisiones de CO2 que hay detrás de la entrega rápida de 150 mil millones de paquetes.
China es el mercado de comercio electrónico más grande del mundo, con más de 800 millones de usuarios, una participación del 40% de las transacciones globales y ventas minoristas de comercio electrónico.
Y cientos de millones de consumidores occidentales reciben cientos de millones de paquetes, muchos de ellos con envíos gratuitos en paquetes unitarios que recorren miles de kilómetros desde las fábricas chinas a los hogares occidentales.
China se ha estado preparando para esta economía digital con nuevas infraestructura de transporte del país, y además, decenas de millones de chinos trabajan en la “economía de la entrega rápida”, y se ha producido la digitalización de las tiendas de barrio, ya que millones de ellas sirven de pieza fundamental para la entrega de la última milla en las urbes chinas.
El modelo chino al que vamos, es justo el modelo al que no debe ir el comercio electrónico, ya que este crecimiento voraz será el que haga que a los ojos de muchos consumidores (sobre todo occidentales) comprar por internet esté visto como un acto indeseable.
Nadie está levantando la mano para señalar lo que va a suceder: la ultaconveniencia ultrarápida del comercio electrónico nos lleva al caos del que no podremos regresar.
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El comercio electrónico es lo mejor que nos ha pasado, y precisamente porque es algo tan valioso, hay que defenderlo de los actuales ultradefensores y talibanes del comercio electrónico, palmeros del crecimiento sin freno, tan inconscientes, y hacer que crezca de una forma sostenible y en armonía con la vida de las ciudades.
