Hace años, vi esta foto.
El anciano librero espera en la puerta a que llegue alguien.
En 1992, un titular del New York Times declaró: «El fin de los libros». El futuro de la literatura, decía, era digital. En los siguientes años, un ejército de grandes consultoras, proto-analistas, y visionarios firmaron la muerte de las librerías.
No importó el pequeño dato de que la Humanidad llevaba miles de años, desarrollándose en torno a sus librerías. Ya en el 430 a. C., las librerías de Atenas fueron mencionadas en las comedias, descritas como “barracas donde se venden libros”…
Pero alguien dijo que la gran biblioteca de la humanidad se llamaba internet. Y por tanto, no tenían sentido ya las librerías en un mundo de consumidores altamente digitalizados.
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Hicieron lo mismo con los discos de vinilo, con las tiendas físicas, con tantas cosas. Nos cartografiaron un mundo donde todo era algorítmico. Era una especie de supremacismo digital donde no había cabida para los objetos y los rincones analógicos. Nuestras vidas conectadas, nuestras vidas mandadas por dispositivos inteligentes, por electrodomésticos inteligentes, por alexas y metaversos inteligentes.
Yo recorro el mundo dando conferencias, asesorando a empresas, observando, estudiando, visitando muchas tiendas… Y no existe nada igual que cuando entras en una buena librería. Hay algo que no se puede emular, replicar tecnológicamente. Pasar y, de pronto, te ves rodeado de tanto libro, de tantas historias, esperándote.
Siempre me gustaron las librerías, y aprendo mucho de retail cuando entro en ellas, me parecen tan interesantes técnica y conceptualemente. Y sobre todo me gustan las librerías de «libros usados». Si te gusta leer, y amas los libros, sueles tener una adicción: compras y compras libros hasta que ya no caben más en tu casa, entonces vas metiéndolos en cajas, pero no paras, es una necesidad, y siguies comprando. Y en algún momento de ese círculo infinito, algunos de esos libros salen de tu casa, y muchos de ellos terminan en librerías como la de la foto.
Siempre pensé que los libros de segunda mano, eran libros huérfanos, esperando que los llevaran a un hogar. Entraba en aquellas viejas librerías como las de la foto,y me pasaba horas observándoles, decidiendo a cuáles iba a adoptar.
Los foros ultraespecializados en retail y en adivinarnos un mundo sin librerias, desconocen que las librerías de libros usados, inventaron la economía circular, hace más de dos mil años.