«Eduardo Tricio, un empresario que inspira a México y a América Latina» es el tema que propone Willem F. Schol, Presidente de AmericaMalls & Retail y Director de Empresas.
En un continente donde el liderazgo empresarial suele enfrentarse a contextos desafiantes, hay figuras que trascienden más allá del éxito financiero para convertirse en referentes de visión, compromiso y transformación. Uno de ellos es Eduardo Tricio Haro, un empresario mexicano cuya trayectoria representa una historia de constancia, innovación y legado.
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Orígenes y formación: del campo a las grandes ligas
Eduardo Tricio nació en Torreón, Coahuila, una región con fuerte tradición agropecuaria que marcó sus primeros pasos como emprendedor. Se formó como ingeniero agrónomo zootecnista en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), lo que refleja desde temprano su conexión con el sector agroindustrial. Su formación técnica le permitió entender el valor de la productividad, la tecnología aplicada al campo y la necesidad de crear cadenas de valor sostenibles.
Los inicios empresariales: el legado de LALA
Tricio inició su carrera empresarial en Grupo LALA, empresa fundada por su familia y transformada bajo su liderazgo en uno de los gigantes de la industria alimentaria en América Latina. Su visión estratégica fue clave para convertir una compañía local en un grupo multinacional, con presencia en Estados Unidos, Centroamérica y Sudamérica.
Durante su gestión, LALA pasó de ser una cooperativa regional a convertirse en una marca icónica, destacándose por su innovación, expansión y responsabilidad social. Bajo su dirección, la empresa fortaleció su capacidad de producción, distribución y diversificación de productos, logrando salir a Bolsa en 2013 con una de las ofertas públicas iniciales más grandes de ese año en México.
Diversificación e impacto en sectores clave
Más allá del sector lácteo, Tricio ha sido una figura clave en la aviación mexicana, desempeñando un rol fundamental como presidente del Consejo de Administración de Aeroméxico, en un momento en que la aerolínea enfrentaba importantes retos. Su liderazgo ayudó a consolidar la reestructura, atraer inversión extranjera (como la de Delta Airlines) y renovar la flota, posicionando a Aeroméxico como una aerolínea de clase mundial.
Asimismo, ha participado activamente en consejos de empresas de peso como Grupo Televisa, Banorte y Kimberly-Clark México, mostrando su capacidad para aportar valor estratégico a diversas industrias.
Un legado de liderazgo con propósito
Lo que distingue a Eduardo Tricio no es solo su éxito empresarial, sino la forma en que ha conjugado ese éxito con una visión de desarrollo sostenible y compromiso con su país. Ha impulsado proyectos de responsabilidad social, modernización del campo mexicano, mejoras en la nutrición infantil y programas de apoyo educativo para comunidades rurales.
Su liderazgo discreto pero firme ha sido un ejemplo de cómo se pueden dirigir empresas con propósito, integridad y sentido de país. También ha promovido una nueva generación de líderes dentro de las compañías que ha dirigido, apostando por la profesionalización, la innovación constante y el arraigo con valores.
Claramente, Eduardo Tricio representa el tipo de empresario que América Latina necesita: visionario, ético, generador de empleo y transformador de industrias. Su historia demuestra que es posible construir empresas globales sin perder el compromiso local, y que el verdadero liderazgo se mide tanto por los resultados como por el impacto positivo que deja en la sociedad.
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Su trayectoria es una invitación a las nuevas generaciones a creer en el trabajo bien hecho, la innovación con impacto y el valor de construir a largo plazo. Por todo ello, Eduardo Tricio no solo inspira a México, sino a toda una región que busca ejemplos de empresarios con legado.