Por Mayra Carrizo, Gerente Comercial – Bionexo Argentina
La conmemoración del Día del Comprador, que se realiza el 30 de septiembre, nos hace reflexionar sobre el gran cambio por el que han transitado los compradores en general, y particularmente en el sector de la salud, durante esta primera parte del tercer milenio.
Este ecosistema que reúne a instituciones de salud, prestadores, proveedores, profesionales médicos, administrativos, y que cumple un rol social fundamental, estaba habituado a realizar procesos de compra manuales y burocráticos, implementando hojas de cálculo, formularios y sistemas informáticos aislados, cuando no se hacían planillas y anotaciones a mano en cuadernos.
Así mismo, existía una limitante en la falta de información sobre proveedores, precios y disponibilidad de insumos y medicamentos. Las decisiones de compra estaban fundamentadas en la experiencia personal, y los procesos de abastecimiento podían tomar días e incluso semanas, comprometiendo la salud y la vida de los pacientes. Esto resulta paradójico, pues la salud siempre ha estado ligada al progreso tecnológico, pero enfocado principalmente en la creación de equipos de diagnóstico y tratamiento, dispositivos, medicamentos, entre otros.
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En los últimos años se da ha dado un paso adelante. Los líderes de instituciones de salud fueron transformando su visión. Entendieron que el planeamiento estratégico y las tareas operativas del sector de compras pueden tener una aliada: la tecnología digital, convencidos de que la tecnología no es competencia, no es un gasto, es una inversión; una herramienta esencial para mejorar los procesos, la productividad, los resultados y la atención a los pacientes. De esta forma, la tecnología y el rol del comprador han creado una sinergia que hoy cobra mayor importancia.
El comprador de hoy: estratega 4.0 para las instituciones
Históricamente, el comprador tradicional estaba direccionado a la ejecución, a los procesos manuales y offline, pero el comprador actual ha tenido un cambio drástico en los métodos y herramientas. Hoy en día existen soluciones especializadas para gestionar el ciclo completo de compras, es posible acceder a miles de proveedores en una sola plataforma, cotizar grandes cantidades de insumos, seleccionar los mejores precios y proveedores, acordar el proceso de pago, la recepción de los productos y reabastecer ágilmente.
De igual forma, el comprador puede contar con información detallada de precios, historial de compras y cumplimiento de los proveedores. Las decisiones que antes eran tomadas bajo el criterio de experiencias previas ahora están apoyadas en datos registrados que permiten analizar las variables de consumo, entender escenarios pasados y presentes para comprar estratégicamente a futuro. Y lo que antes tomaba días e incluso semanas, hoy es cuestión de horas, siendo posible reducir hasta un 90% el tiempo de inventario.
Por otra parte, años atrás, al depositar toda la información en hojas de cálculo o documentos físicos, se estaba expuesto al extravío irreversible, mientras que, al contar con plataformas digitales y sistemas de seguridad robustos, se minimiza el riesgo, lo cual es imprescindible ahora más que antes por el flujo creciente de información y las permanentes intrusiones a sistemas más débiles. De ahí la importancia de contar con herramientas realmente seguras.
3 ejes indispensables para el comprador en 2025
1. Digitalización, automatización y nuevas tecnologías: El ecosistema de salud y los compradores deben implementar soluciones que centralicen la información, faciliten la conexión con proveedores y permitan una toma de decisiones más eficiente.
2. Capacitación: Alcanzar una mayor eficiencia requiere actualización permanente para poder explotar al máximo la potencialidad de los sistemas que utilice cada institución, esto implica conocer últimas tendencias de eProcurement, para garantizar la mejor calidad y disponibilidad de insumos a un menor costo.
3. Profesionalización: Es fundamental contar con conocimientos especializados en compras y equipos altamente capacitados, que dominen los requerimientos, las técnicas de negociación, el análisis de datos, y la planificación estratégica para lograr stocks eficientes, sin excesos y sin escasez; contemplando contingencias y emergencias.